A nueve meses de que la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) resolviera cesarlo como secretario de la Comisión de Apoyo del Hospital Maciel tras dudas sobre su gestión, Homero Bagnulo aseguró en entrevista con El País que esta decisión lo “sorprendió”, porque en las conversaciones que tuvo con autoridades le indicaron que “estaba todo bien”.
“Supongo que lo que estábamos haciendo no estaba alineado con los intereses, pero no puedo saberlo porque nunca tuvimos una charla”, señaló Bagnulo, que ocupó cargos en mutualistas, presidió el Fondo Nacional de Recursos (FNR) entre 2000 y 2005, y este mes presentó el libro “Prevención del daño en la salud. 20 años de experiencia en Uruguay”, que escribió con el médico Carlos Vivas.
ASSE cesó a los integrantes de la comisión, inició una auditoría y activó una investigación administrativa de la gestión entre 2021 y 2022. No detectaron desvíos de fondos, sino que apuntaron sobre todo a la solicitud de un préstamo al Banco República para una obra de US$ 2,1 millones del nuevo edificio de hemodiálisis, y a ciertas contrataciones directas.
Meses atrás, Bagnulo planteó que la comisión tenía “autonomía” para tomar decisiones y respaldó las contrataciones. También señaló que varios de los contratados por él siguen trabajando en ASSE.
Consultado sobre si el nuevo centro de hemodiálisis fue lo que más molestó de su gestión, dijo: “Aparentemente sí”. El objetivo fue “tener un centro con las mismas características que los mejores del Uruguay”, y aumentar 60% las plazas.
“Los criterios de quienes integramos la comisión era de que el paciente del Maciel se merece lo mismo que el de las mutualistas o más, porque es más pobre y porque tiene más dificultades”, acotó Bagnulo, reconocido por rescatar al FNR -en el gobierno de Jorge Batlle y en plena crisis-, que pasó de un déficit de 16% a un superávit del 9%.
Otro detonante planteado es que cuando él activó un mayor control de la gestión desde la Comisión de Apoyo, un funcionario “con un incumplimiento notorio, vio que se le acercaba la noche y empezó a agitar las aguas”. Y añadió: “Cuando entrás a controlar, alguna gente sale y empieza a serruchar”.
Bagnulo también fue consultado sobre el funcionamiento del Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS), a 16 años de su creación, en un contexto en que las mutualistas alertan por números rojos y el MSP puja por sumar más prestaciones para los usuarios.
“Creo que el sistema hay que discutirlo, hay que ponerse de acuerdo en algunas cosas y hay que reformarlo”, dijo Bagnulo, tras lamentar que en Uruguay “sigue habiendo una salud para pobres y otra para ricos, y que eso es inaceptable”.
En cuanto a los principales desafíos del SNIS, señaló en primer lugar que “falta muchísima rectoría” del sistema por parte del MSP. Planteó que es “imprescindible” definir “claramente” en la gestión sanitaria cuáles son las decisiones de nivel político y cuáles de nivel técnico para alcanzar mejoras.
En tal sentido, lamentó que para elegir a un director de un hospital “se mire el pelo político” del jerarca, en vez de considerar sus “antecedentes” en la gestión, sin importar a quién vota, remarcó.
El segundo desafío que indicó el experto son los “múltiples conflictos de intereses” que subyacen en el sistema, que dificultan la “integración” que tiene como cometido el SNIS. En tal sentido, dijo que se debe ir por una “declaración de conflictos de interés” de forma “generalizada” y no en un sector.
Y en tercer lugar, apuntó a que debe existir un “rediseño” del sistema de salud. “Es hora que dejemos de culpar a la gente; que el 80% de las veces no es su culpa, y que veamos los fallos del sistema, y que lo cambiemos realmente”, acotó.
En cuanto al diseño, sostuvo que “cuando una persona está enferma tiene que obtener, cualquiera sea su status social, el mismo nivel”. El paciente “tiene que llegar a tener lo mismo” en cuanto a “confort, recepción y acogimiento”.
Esto tomando en cuenta que “a determinado nivel sociocultural, se sabe exigir” el servicio médico, pero no en todos los casos. Si bien “mejoró con el SNIS”, se debe alcanzar otro diseño que contemple Montevideo e interior, agregó.
Prevención del daño en salud: “Hay que ser más proactivos”
Bagnulo dijo a El País que se debería ser “más proactivos y no solo reactivos” en cuanto a la seguridad en la salud. “Se tiró en parte la toalla” en algunos centros, por lo que se debería dar un “empuje” y aterrizar “un plan”.
El libro de Bagnulo y Vivas marcó el desarrollo de la seguridad de los pacientes en Uruguay y un análisis de su proyección a futuro.
“La evidencia es arrolladora: un número significativo de pacientes sufre daños durante la atención clínica”, comienza señalando el libro.
Esta situación “no sucede” porque los profesionales “atenten contra sus pacientes”, sino por la “complejidad de los sistemas de atención clínica”, agregó el texto.
“Actualmente el principal desafío es que sigue habiendo reticencia a la hora de informar eventos adversos, tanto por la parte de los profesionales sanitarios como por las administraciones hospitalarias”, concluyó el libro de 250 páginas.
SNIS:"Esto no es solo más dinero", dijo Bagnulo
Bagnulo, que dirigió el FNR durante cinco años, planteó que la solución a los desafíos del SNIS “no implica solo más dinero”. Apuntó que las “formas de gestión de algunas instituciones es esperar a ver quién sale presidente, quién es su ministro de Salud Pública o director de ASSE y acercarse para obtener beneficios”. Esta “forma de gestión no es aceptable”, subrayó Bagnulo, quien agregó: “Si revisas los últimos 20 años, con excepciones, siempre hubo alguna institución beneficiada”. Bagnulo agregó que se debe aterrizar una “segunda reforma” del SNIS, pero lamentó que “falta enormemente la discusión de los temas sanitarios”.
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