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¿Qué hacer y qué dejar de hacer en tiempos que existe riesgo de contagio de COVID-19?

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Comité asesor científico del gobierno por la pandemia del coronavirus. Foto: Leonardo Mainé

LA MARCHA DE LA PANDEMIA

Un compromiso ciudadano es lo único que, a juzgar por los científicos que asesoran al gobierno, podría hacer que Uruguay deje la zona de riesgo amarillo en la que se encuentra y retorne al verde.

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"Asistimos a un cambio como civilización”, sostiene el ministro de Salud Pública, Daniel Salinas. Para el jerarca la pandemia del COVID-19 dejará varias secuelas, entre ellas una modificación en la forma en que las personas se relacionan.

El riesgo de contagio cero no existe. Tampoco existe un número mágico que determine cuándo una reunión entre seres humanos se convierte en una aglomeración. Así lo dejó en claro, en tanto, Rafael Radi, coordinador general del grupo de científicos que asesora al gobierno. Y esa incertidumbre se hace más pertinente aún cuando se acercan las fiestas de Navidad y fin de año, tiempos de despedidas y brindis.

Una medida extrema -como una cuarentena estricta y masiva- no sería, a juzgar por los científicos, la mejor de las alternativas. La marcha de la pandemia en el país, que según Radi “viene bajo un control relativo”, no la justificaría. Mucho menos sabiendo que el confinamiento prolongado produce, además de pérdidas económicas, una fatiga mental y física. En definitiva el humano es, por definición, un ser social.

Por eso el profesor Henry Cohen, quien coordina el área de salud del equipo científico, dijo en conferencia de prensa que “cada uruguayo tiene que ser protagonista (de la toma de decisiones y la gestión del riesgo) y no hacer las cosas porque los científicos o el gobierno lo digan”.

La nueva definición de contacto cercano que adoptó el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estado Unidos (CDC) da unas pistas de las variables que más aumentan el riesgo: la distancia menor a seis pies (1,83 metros), el tiempo prolongado (15 minutos acumulados de exposición en un solo día) y el ambiente cerrado (el riesgo es 19 veces más alto en espacios interiores).

La matemática María Inés Fariello lo ejemplifica con una típica uruguayez: el asado. “Es mejor hacer ese asado en un parque, estilo picnic, que en una barbacoa cerrada. Es mejor que cada comensal tenga su plato individual o un choripán a que todos piquen de la misma tabla. Es mejor que dure poco a quedarse de cantarola (de hecho, dice, cantar es una de las actividades que más incrementa el riesgo). Es mejor que nadie tome del pico de la botella, que el mate sea individual. Es mejor moverse caminando o en bici que en un ómnibus abarrotado, y que, si ese fin de semana ya hice el asado con un grupo de amigos, no me junte a las dos horas con otro grupo y al día siguiente con otro más”.

Las actividades que carecen de un protocolo son las que, explicó el profesor Cohen, suelen incrementar el riesgo de contagio. Las protocolizadas, sea una exposición rural, la visita a un shopping o la celebración de un partido político, cuando se cumple el protocolo, “no nos dan dolores de cabeza”, añadió.

Previo a la habilitación de un evento con protocolo, el Ministerio de Salud sigue las matrices de riesgo que aconseja la Organización Mundial de la Salud (OMS). ¿Existe transmisión comunitaria en el país del evento? ¿Asiste al evento público que viene de países con transmisión comunitaria alta? ¿El evento es en el interior? ¿Las personas estarán principalmente quietas? ¿Cuán cerca estarán unas de las otras? Y así…

Cuando no hay protocolo, en cambio, el libre albedrío conlleva cierta tensión, como la acontecida en la madrugada del primer día de noviembre en la Plaza Seregni. En este sentido, el magíster en Epidemiología Juan Gil sugiere que, previo a cualquier encuentro social, se asuma una máxima: “Cada persona con la que usted se cruzará este día está, potencialmente, contagiada del COVID-19. Eso no quiere decir que no tenga que socializar, pero sí que tendrá que guardar la distancia, priorizar el aire libre, ponerse correctamente la mascarilla”.

¿Por qué? “El riesgo final es perder la capacidad de trazado. Cuando se pierde el hilo también se pierde la capacidad de advertirle a los contactos de que se pongan en cuarentena y se examinen”. Eso podría generar una escalada (exponencial) de casos. La crecida de casos aumenta los pacientes graves. Los pacientes graves ocupan más camas de CTI. El sistema sanitario colapsa y, al fin y al cabo, se incrementan las muertes.

Menos del 15% de las personas que alguna vez enfermaron del COVID-19 en Uruguay no presentó antecedentes epidemiológicos identificados. A todo el resto de contagiados se le conoció el hilo de transmisión.

La buena señal, sin embargo, colisiona con dos de advertencia: los uruguayos están bajando la guardia (los sondeos de Equipos Consultores muestran que en marzo el 36% se sentía “bastante” o “muy” asustado por el COVID-19, y en setiembre lo estaba solo el 13%), y, al mismo tiempo, Uruguay abandonó la zona verde de riesgo y pasó al amarillo.

Tras más de siete meses en los que cada 100.000 habitantes había por semana menos de un caso positivo, ahora se superó (por centésimas) ese umbral.

El matemático Fernando Paganini, también parte del grupo de científicos que asesoran a la Presidencia de la República, concluyó que “sería interesante volver a la zona verde antes de fin de año”. Pero eso viene de la mano de un cambio de actitud. O, al decir del ministro de Salud, “del comienzo del cambio civilizatorio”.

Científicos aconsejan vuelta plena a las aulas
Reinicio de clases durante la pandemia del coronavirus. Foto: Francisco Flores

“Estamos mucho más convencidos y seguros de que los niños se enferman poco, sin síntomas o con poco síntomas, y además contagian poco. Ratificamos entonces la recomendación de ir hacia una mayor presencialidad en las clases”. En estos términos se refirió el profesor Rafael Radi a la postura del equipo científico de tender hacia un aumento de la asistencia a la aulas, incluso si no se puede mantener la distancia del metro y medio. Al respecto, agregó, que “en aquellos centros donde no se pueda, si hay que disminuir la distancia, hay que reforzar (las otras medidas)”. Según explicó el científico, “el aumento del riesgo no es gigante” si se decide pasar de una distancia de un metro y medio a un metro dentro de los salones.

La matemática María Inés Fariello, también parte del grupo asesor científico, aportó otro dato que, hasta ahora, no se conocía: las veces que los niños fueron contagiados siempre se conoció el nexo epidemiológico, esto responde a que son la consecuencia del contagio de un adulto.

En la sesión que el Codicen mantuvo ayer se abordó el tema de la presencialidad, aunque la consejera Dora Graziano aclaró que “no se llegó a ninguna resolución” y que se “va a analizar con más profundidad”.

El deporte con público vs. un show artístico

El médico Henry Cohen indicó que si bien en varias ocasiones se permite el público en espacios cerrados, no es lo mismo que habilitarlo para los deportes ya que las circunstancias son diferentes. “Nos abrazamos, gritamos”, ejemplificó.

En ese sentido, su colega Rafael Radi complementó que “es imposible tener todo en paralelo, hay que ir dando pasos progresivos porque esto va a seguir bastante tiempo más. Los uruguayos tenemos que tratar de disfrutar esta libertad bastante importante que tenemos, ir dando pasos cortos y seguros”. El concurso de Carnaval, por ejemplo, todavía no fue analizado por el grupo de científicos que asesora al gobierno.

“Si llegamos en mejores condiciones al verano son más factibles este tipo de actividades”, dijo Radi, quien advirtió que el visto bueno para estos espectáculos populares debería considerar la circulación viral en los días previos, al mismo tiempo que usar “la creatividad”.

Asesores de la presidencia.

fernando paganini
Fernando Paganini. Foto: Leonardo Mainé
“Sería interesante volver a la zona verde”

"No solo nos importaba la estabilidad, sino también mantener un nivel bajo. Uruguay estuvo siete meses dentro de la zona verde. En las últimas semanas hubo un empuje y el indicador pasó al amarillo”.

RAFAEL RADI
Rafael Radi. Foto: Leonardo Mainé

“Uruguay está con un control relativo”

"El verano ofrece las dificultades de las fiestas, las celebraciones y es ahí donde se tiene que trabajar. Es así como se fue de control en Europa (...) En este momento la etapa de regulación es fundamental”.

HENRY COHEN
Henry Cohen. Foto: Leonardo Mainé
“Es imprescindible no compartir mate”

"Los uruguayos sabemos que no debemos concurrir a fiestas masivas, tenemos que mantenernos dentro de nuestros círculos habituales. El exceso de interacciones aumenta las chances de contagiarnos”.

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