Vecinos vuelven a impulsar que las ferias roten cada cinco años: ruidos molestos, veredas rotas y desperdicios

La Unión de Vecinos de Ferias y Periferias de Montevideo (UVFP-M), presidida por el comerciante y dirigente colorado Flavio Harguindeguy, convocó a una reunión que se celebrará el próximo sábado a las 16 horas en el Club Valle Miñor.

El encuentro tiene como objetivo retomar un reclamo que se arrastra desde hace varios años: establecer la obligatoriedad en la rotación de las ferias vecinales al quinto año de instalada.

La intención, indicó Harguindeguy a El País, es que se llegue a la rotación de 100 distintas ferias de Montevideo en los próximos cinco años, ya que en la capital departamental hay unos 12 mil hogares afectados por esta situación.

Durante el gobierno de Luis Lacalle Pou hubo una iniciativa legislativa que permaneció en la Comisión de Asuntos Departamentales y Municipales del Senado, sin llegar a ser aprobada ni tratada en el pleno, que planteaba una modificación a la Ley Orgánica Departamental para brindarle “Descanso al Hogar”.

El proyecto planteaba que el periodo de estadía de las ferias vecinales alimentarias (tipo especial de mercado) no exceda los cinco años a partir de la fecha de instalación y emplaza al intendente de Montevideo a “realojarla en otro sitio liberando el uso del lugar afectado, quedando prohibida su reinstalación en el mismo emplazamiento por un plazo no menor a 12 años”.

En la exposición de motivos, se consigna que en 2023 en el departamento de Montevideo se realizaban por semana 153 ferias vecinales alimentarias.

A su vez, se reconoce el beneficio para un alto porcentaje de la población capitalina por el acceso a algunos productos, en particular en las alimentarias, a un menor precio que en comercios o grandes superficies. Además, se destacan los miles de puestos de trabajos directos e indirectos que representa esta actividad económica.

Sin embargo, se advierte por los problemas y daños que generan para los vecinos que viven por la calle en que se desarrolla la actividad comercial.

“El establecimiento de una feria vecinal alimentaria y o su periferia en la calzada de la vía pública frente a una vivienda familiar o un comercio establecido que no se complementa con la actividad de la feria, conlleva daños materiales y morales que son soportados por un único segmento de la población, el vecino de puerta frentista a la feria. Esta situación es además soportada sin un plazo de tiempo determinado ya que los cuerpos normativos hasta el momento establecen plazos mínimos, pero no máximos de estadía”, indica la exposición de motivos.

Y enumera otros problemas: ruidos molestos desde tempranas horas de la madrugada, en el armado de la feria, durante su desarrollo y en su desarmado, roturas de caños, veredas, canteros, fachadas, rejas, depreciación del valor del inmueble, vertido del desperdicio de frutas y verduras en la calle y veredas, de líquido de pescado, impedimento de acceso del vehículo a la vivienda, desvío del transporte público, impedimento de acceso de ambulancias, entre otra serie de perjuicios mencionados.

A esto se suman los comerciantes en la zona, cuyos rubros no se complementan con los de ese mercado y que ven afectada su actividad, entre otras cosas por las dificultades para cargar y descargar mercadería durante el desarrollo de la feria

El planteo de Harguindeguy que convocó a la primera reunión en 2015 y espera entre 100 y 150 vecinos este sábado (dijo que la Unión nucglea a unos 1.000 vecinos), es reclamarle mediante una carta al actual intendente de Montevideo, Mario Bergara, que se aplique la obligatoriedad de la rotación de las ferias cada cinco años.

“La falta de obligación y plan de rotación ha derivado en que, a la fecha, los promedios de estadía de las ferias en Montevideo se sitúen en los 18 años, pero que además haya una rotación de ferias injusta y desigual, localizadas en los municipios del sur (B, C, CH) donde el promedio de estadía ronda los 10 años y se realizan el 90% de las rotaciones. En oposición, los vecinos que viven en los municipios del norte casi no viven rotación de ferias y el promedio de estadía en esos casos es de más de 25 años”, apuntó un documento de análisis del colectivo.