Redacción El País
El presidente de la República, Yamandú Orsi, debió salir en pocos días dos veces a aclarar declaraciones que había hecho horas antes, debido al fuerte cuestionamiento que surgió desde la oposición y en la opinión pública.
La primera situación incómoda para el primer mandatario se dio el lunes 24, cuando tras participar de un almuerzo de la Cámara de Comercio Uruguay-Estados Unidos, fue consultado por la prensa sobre el asesinato de un policía en el Cerro y respondió que desconocía que el hecho había ocurrido.
“No, no tengo ni idea. No sé a qué se refiere. De verdad lo desconozco porque hoy no he parado desde que arranqué”, contestó. Horas más tarde, al volver a ser requerido, se refirió nuevamente al tema y pidió a la oposición no “sacar rédito político” de la muerte de un oficial policial.
El miércoles, otras declaraciones vinculadas a la seguridad pública marcaron la reacción y las críticas de la oposición, luego de que Orsi señalara en entrevista con Búsqueda como un “ejemplo a analizar” las políticas represivas llevadas adelante por el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, para combatir las maras y la inseguridad en ese país.
Aunque, por iniciativa propia, el presidente llamó más tarde al programa Fácil Desviarse para aclarar sus dichos, una vez más su capacidad y las debilidades de su estilo de comunicación quedaron en evidencia, tal como había ocurrido durante la campaña electoral. Sin embargo, las interpretaciones son variadas.
La directora de la consultora Cifra, Mariana Pomies, dijo que, pese a las críticas que surgieron desde cierto sector de la opinión pública por un estilo comunicacional sin estridencias, por momentos ambiguo y carente de sustancia, hay que considerar como lo evalúa la gente en general.
“Orsi llega a ser presidente porque tiene una cercanía con la gente y una aceptación en su estilo que siempre ha sido así. Desde que era intendente ha tenido una forma de comunicarse muy coloquial. No es una persona clara en sus dichos, pero es espontáneo. De repente se espera de un candidato o de un presidente una mayor formalidad. Un modo más preciso en la comunicación con el fin de transmitir. Sin embargo, sigue teniendo un nivel de aceptación y de simpatía muy alto. Por lo tanto, el estilo indudablemente tiene aceptación en la gente”, opinó Pomies.
Cercano y expuesto
Desde Presidencia, por su parte, consideran que el estilo de expresarse políticamente por parte de Orsi es “muy natural, muy sin casete”.
A su vez, reivindicaron la alta exposición que está teniendo el presidente en los últimos días, ya que se interpreta que como se vio en la campaña electoral -cuando se reclamaba que hablaba poco- la fortaleza que tiene Orsi es “su cercanía y llegada a la gente”.
“Antes el problema era que no hablaba. Y esto es la lógica de la impronta de la personalidad del presidente. Interpreta al uruguayo tipo. Es el presidente más común de los uruguayos que vas a encontrar en el último tiempo”, resumieron fuentes cercanas al primer mandatario en Torre Ejecutiva.
Destacaron, a su vez, que Orsi “está todo el tiempo en contacto con los periodistas”, a diferencia de lo que pasa en otros países del mundo o de lo que ocurrió con sus antecesores, incluso con el expresidente José Mujica. En esta línea, valoran que, desde una perspectiva estratégica -a riesgo de sobreexponerse y generar vacíos de contenido- el presidente Orsi “mantiene un vínculo permanente con la gente a través de los medios de comunicación”.
No obstante, los asesores del primer mandatario reconocen que el exceso de ruedas de prensa brindadas terminan siendo entrevistas ómnibus en las que se pregunta por todos los temas. Y aclararon que la definición sobre otorgar entrevistas recae, finalmente, siempre en Orsi.
La tensión entre más libertad y seguridad
Con respecto a Bukele, desde Presidencia señalaron que la intención del primer mandatario era poner sobre la mesa un tema que para él es crucial. Apuntaron que Orsi es consciente que la seguridad pública hoy es el tema que más preocupa a la sociedad uruguaya. El presidente, valoraron, se “paró en el centro del ring para dar esta discusión”: el debate sobre los límites a la libertad que se está dispuesto a aceptar por mayor seguridad.
Contraste con las salidas de Lacalle Pou
El director de Factum, Eduardo Bottinelli, dijo a El País que sistemáticamente se vienen observando reacciones dispares ante la presencia mediática del presidente y sus declaraciones sobre los diversos temas.
“Hay un sector informado, que está permanentemente en contacto con las noticias -en particular con las políticas-, pero que no representa a la totalidad de la población. En paralelo, existe otro conjunto muy relevante de personas que sigue los acontecimientos de manera lateral o que directamente no se entera de lo que ocurre en el plano político-mediático. Sin embargo, al enfrentarse a la prensa sin tener la información de la muerte de un policía, más allá de la circunstancias en que se dio, no es un buen mensaje hacia la Policía y muestra cierto grado de improvisación. Si hacemos un contraste con el gobierno anterior, tenía un manejo más ordenado de la salida del presidente. Incluso, las pocas veces que no lo hizo salió mal. Ese espíritu más improvisado que tiene Orsi en este caso le jugó una mala pasada. No es necesariamente un problema de hoy, pero son cuestiones que van quedando asentadas en un público determinado. Lo de Bukele, además, alimenta lo de no estar ordenado en las ideas y puede tener un impacto negativo para los sectores más militantes del FA”, analizó el sociólogo.
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