Hace una semana la sub 20 ganó la copa del mundo y Bauzá cree que esta es una carta más para jugar ante la FIFA para convertir a Uruguay en coorganizador del mundial de 2030. El secretario, y expresidente de la AUF, apuesta a una inversión sustentable, proyecta un Centenario en que entren 80.000 personas y se embarca en un proyecto para modificar el sistema de “listas negras”.
¿Cómo un país tan chico puede conseguir cosas tan importantes en el deporte, como sucedió hace una semana con la sub 20?
Mi historia empezó en Bella Vista. Me acerqué por mi padre, que fue 25 años su presidente. También llegué a ocupar ese rol y luego fui delegado en la AUF, integré la mesa ejecutiva y después tuve el honor de ser cinco años presidente. Ahora estoy en este lugar. Y siempre que me han hecho esa pregunta he contestado lo mismo: eso tiene que ver con nuestro baby fútbol.
¿Es esa la clave del éxito?
Es el secreto de nuestro fútbol. Hay que hacerle un reconocimiento a ONFI (Organización Nacional del Fútbol Infantil). Hay un trabajo en cuentagotas que puede verse cada fin de semana. Son entre 60.000 y 70.000 los niños que juegan. Cuando yo estuve en la AUF se empezó a reconocer a ONFI como academia. Cada vez que hay un pase internacional recibe plata el club que formó al chico, pero también ONFI. Eso sirve para ir mejorando las estructuras. No existe ningún jugador de los que hoy se ven en las canchas que no haya salido de ahí. El domingo pasado algunos tenían en la espalda la bandera de su club de baby fútbol.
Esos son los que lo lograron. ¿Qué pasa con los que no llegan?
Es cierto que solo el 1% llega a jugar internacionalmente, pero ahí también está el rol de la secretaría, de actuar ante esa sensación de fracaso. En estos dos años hemos trabajado en dos programas: Vamos Equipo -que se realiza junto con la ANEP y lleva a que se practiquen otros deportes en distintas localidades: básquetbol, handball, hockey, rugby y voleibol- o el ONDI -que es similar, pero se realiza con la ONFI. Esto tiene una continuidad, porque en 2009 Tabaré Vázquez empezó con Gol al Futuro, donde se sigue el ciclo de los chicos desde las formativas y se hacen revisiones médicas, que incluso han servido para salvar vidas.
¿Qué tan responsable es de lo que pasó el pasado domingo el llamado proceso Tabárez?
El maestro dejó un muy buen lugar para entrenar, como es el Complejo Celeste, donde van desde la sub 15 hasta la mayor. Allí comparten la misma comida, el mismo plato, la misma cama. Sirve para que se den cuenta de que para ser un Forlán, un Suárez o un Cavani hay que entrenar. Tabárez hizo que se entienda el concepto de disciplina y conducta. Eso se mantuvo. Por suerte, todos los dirigentes se convencieron de alguna manera de cuál tenía que ser el camino. Cuando yo era presidente de Bella Vista los clubes que realmente invertían eran Defensor, Danubio, Wanderers, River… Mi padre siempre me contaba que Cataldi le decía: “Prestame los jugadores que yo te hago de vidriera para venderlos”. Hoy eso no es así. Hoy se van de los cuadros en desarrollo al exterior, y eso es un cambio grande, porque obliga a Nacional y Peñarol a invertir en las formativas. Es imposible mantener un club de fútbol profesional si no se venden jugadores jóvenes. Lo vamos a ver ahora, cuando veamos cuántos jugadores de este Uruguay campeón se van.
También hay una renovación en la selección mayor. Esta semana en el debut de Marcelo Bielsa se vio una gran cantidad de jugadores jóvenes…
La llegada de Bielsa apunta a eso, a formar una generación nueva, a comenzar un ciclo. Yo reconozco también lo hecho por el Tornado Alonso, que agarró a la selección en un momento difícil y la clasificó al mundial.
En la final del domingo tuvo un encuentro con el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, y con el de la AFA, “Chiqui” Tapia. ¿Qué tan cerca se está de que Uruguay pueda ser coorganizador del mundial 2030?
La foto que tenemos hoy de los campeones del mundo es muy fuerte: en la selección mayor Argentina, en la sub 20 Uruguay y en la sub 17 Brasil. En esta zona del mundo es donde están las estrellas. Y esto tiene un peso. En 1930, cuando Uruguay organizó el mundial, venía de ser bicampeón de 1924 y 1928 a nivel olímpico, reconocido por la FIFA. Uruguay era también el primer país donde había una educación laica, gratuita y obligatoria, y donde las mujeres podían votar… La FIFA le debe mucho de la historia de los mundiales a Uruguay, que fue quien organizó el primero. Sería un error no darnos el mundial. La FIFA no puede cometer el mismo error que cometió el Comité Olímpico cuando se cumplieron 100 años de los primeros juegos en Grecia, que no se los dieron. Después lo tuvieron que arreglar y se los dieron cuatro años más tarde. Tampoco vamos a conseguir esto solo con la historia, ni con los logros deportivos. Hay que hacer las cosas bien. Los cuatro países que queremos organizar esto tenemos que trabajar bien, juntos. La Corporación Todos Juntos 2030 (formada por Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay) es la que va a llevar la candidatura, porque FIFA nos pide que haya un candidato único.
¿Y cómo vienen trabajando?
Ya tenemos elegidas las autoridades, abrimos una cuenta bancaria en Chile y contamos con el apoyo de las ocho patas: los cuatro gobiernos y las cuatro federaciones. En julio de este año vamos a tener el cuaderno de exigencias que va a pedir FIFA y hasta setiembre tenemos plazo para presentar la candidatura con las sedes y los campos de entrenamiento. Por eso hemos trabajado con el Congreso de Intendentes y fuimos a la AUF para pedir que los diferentes clubes y estadios se presen-ten. Esto es una oportunidad para arreglar muchas cosas. Japón invirtió US$ 500.000 en la infraestructura donde entrenó en el mundial pasado, y después esa infraestructura quedó.
De la Conmebol, la Corporación tiene asegurados 10 votos, y 41 de la Concacaf. ¿Cuántos más precisa?
Son 211 y se necesita una mayoría simple. Ahí hay una pelea política que deberán llevar adelante los dirigentes.
El mayor retador es la alianza de España y Portugal…
Sí, pero se iban a presentar solos y luego se dieron cuenta de que precisaban algo más para ganarnos. Al principio sumaron a Ucrania, y vieron que eso era imposible; ahora están presentando a Marruecos. Acá tenemos un tema político, porque son dos confederaciones distintas, cuando hasta ahora el mundial siempre fue organizado por una sola. Sí ha pasado que lo hicieran dos países, Korea - Japón, por ejemplo; y ahora vamos a tener en 2026 Estados Unidos - México - Canadá.
Hace un par de años se habló de hacer un llamado a empresas para reformar el Centenario. Finalmente esto no prosperó. ¿Hay posibilidades de que inversores se interesen en aportar el dinero que se necesita?
Cualquier inversión que se necesite para el mundial va a tener que ser pública y privada. Por supuesto que va a haber una inversión pública importante en los cuatro países, pero creo que esto no solo le va a interesar al Estado, por lo que se pueda recaudar, por el turismo que se va a mover, sino que también las empresas van a ver oportunidades. Los cuatro países estamos haciendo un estudio con una consultora internacional para ver todo lo que se movería y mostrar qué tanto les serviría esto a los hoteleros, a las agencias de viaje, a los empresarios gastronómicos y hasta las camionetas que transportan gente. El ejemplo más reciente lo tenemos con las finales de la Libertadores y la Sudamericana (en 2021), que se jugaron en Uruguay y en plena pandemia no tuvimos un hotel libre. Deberemos hacer una inversión sustentable. El Centenario es la gran bandera, y desde la AUF se ha trabajado en un proyecto para llegar a las 80.000 personas que precisamos de aforo para la gran final, poniendo un anillo más en la América. También vamos a tener que bajar el piso y hacer obras para un buen estacionamiento.
¿Ya está acordado con los demás países organizadores que la final se juega en Montevideo?
Sí, Chile y Paraguay entienden que si esto se organiza acá es por la historia de lo que pasó en el Centenario. Hay que tener en cuenta, también, que Uruguay y Argentina solos no pueden hacerlo. En el mundial de 2026 ya van a ser 48 equipos, esto obliga a presentar un mínimo de 14 estadios. Salvo el Centenario, que se habilitará porque si nos lo dan será en gran medida por este histórico edificio, los demás deberán ser evaluados por FIFA.
En un momento se habló de traer un estadio desmontable desde Qatar, ¿en qué quedó esa posibilidad?
El estadio 974, que se llamaba así por la cantidad de contenedores con los que se había hecho, se empezó a desarmar ni bien terminó el pasado mundial. Qatar no quería quedarse con eso y se manejó traerlo. El tema es que había que pagar un barco. Lo que terminó pasando fue que la FIFA llevó esos contenedores a África. Lo bueno es que esa empresa que hizo el estadio de contenedores se va a instalar en Sudamérica, así que va a estar la posibilidad de hacer un estadio similar.
¿Cuántos estadios debería tener Uruguay?
Tenemos que pensar en proponer cuatro o cinco. No significa que se vayan a usar todos, después la FIFA tendrá que definir. Quedarán dos o tres.
¿El Campeón del Siglo se podría utilizar?
Nacional y Peñarol van a presentar sus estadios. Creo que el interior, por lo que estamos viendo, también va a tener sus opciones. Este es un proyecto país, por eso es importante que se estén haciendo nuevos aeropuertos internacionales y se estén arreglando el 80% de las carreteras. También se necesitan hospitales cerca de los estadios, por eso creo que incluso puede ser una oportunidad para arreglar de una vez por todas el Hospital de Clínicas.
¿El Gran Parque Central tiene condiciones como para presentarse?
Lo que pasa es que en el Parque Central se jugó el mundial. Dentro de esa historia uno no puede dejar de reconocerlo. Luego la FIFA decidirá.
¿Le preocupa de alguna manera lo que pasó con la inversión que se hizo con el Antel Arena?
Tiene que ser un mundial sustentable, por eso hay que fijar un presupuesto y cumplirlo. Es fundamental, entonces, hacer un estudio detallado de cuánto va a salir hacer un estadio nuevo, y también ver cuánto va a salir arreglar el Estadio Centenario.
Usted dijo que había que mejorar el sistema de las “listas negras”…
Para entrar a Qatar o Rusia tenías que tener una aplicación, en la cual cargaban tus datos, y esos datos servían para controlar si estabas en la “lista negra” en el país desde donde salías. Si estabas, no podías entrar. La idea es que en la próxima reunión de la Corporación estén presentes los directores de Migración de cada uno de los países, porque también es necesario que las entradas y salidas sean más ágiles.
¿Va a pedir alguna partida especial para la rendición?
Sí, para candidatearnos. Porque precisamos contratar consultoras, para saber la devolución que va a tener el país, estudiar los trabajos que hay que hacer en el Estadio Centenario y alguna cosa más. Se van a pedir unos US$ 300 mil.
¿Cuánto se necesita para hacer el mundial?
Es muy difícil de saber, porque todavía no están las exigencias de FIFA. Tampoco sabemos cuántos estadios se habilitarían en Uruguay. Hay un tema que es el de la hotelería, pero en Qatar, por ejemplo, se dio una experiencia muy buena con el uso de cruceros.
¿Cuánto contesta la FIFA?
En setiembre de 2025.
En el medio de la campaña…
Sí, pero lo bueno que tiene esto es que cambiaron los gobiernos y se mantuvo la idea. En esto estamos todos juntos.