Redacción El País
La incógnita, que mantuvo en suspenso la definición de la grilla de precandidatos a la Presidencia por el Partido Nacional, finalmente se despejó ayer a la tarde, cuando el senador Juan Sartori -que ha marcado su carrera política con interrogantes y misterios desde que en 2019 decidió competir en las elecciones internas- comunicó que este año no competirá por el premio mayor, y se plegará a la precandidatura del favorito Álvaro Delgado.

Fue un mensaje de unos ocho minutos, en el que destacó su labor como senador -labor que ha sido cuestionada duramente por legisladores de su propio Partido Nacional-, y en el que comunicó lo que en filas blancas estaban esperando.

¿Cómo fundamentó la decisión?

Por una afinidad que empezó definiendo como relación de “respeto mutuo”. Pero más allá de eso, Sartori sostuvo que los dos comparten “la necesidad de que Uruguay sea un país que genere más y mejores oportunidades de trabajo, que esté mucho más conectado al mundo y que haya más bienestar para la sociedad”. “También coincidimos en los cambios que son necesarios y que aún no han podido concretarse. Ambos creemos en un mundo más libre y democrático”, dijo el millonario, que segundos antes había afirmado que su “objetivo en la política es un camino a largo plazo”. “La idea es ir preparándome, ganando experiencia. En estos últimos años en la política he aprendiendo muchas cosas, como la manera de gobernar y estoy convencido de que eso me va a hacer mañana un mejor presidente, un mejor hombre político y alguien que pueda aportarle más ideas y más valor a Uruguay” en un futuro que no precisó.

De esta manera, Sartori confirmó las señales que había dado en las últimas semanas, como informó El País el pasado 11 de abril. Ya para entonces, los dirigentes más cercanos aventuraban que, en función del análisis que hacía Sartori de su coyuntura -y, sobre todo, de las escasas ganas que tenía de asumir otra precandidatura este año- se inclinaba a no solo apoyar a uno de los precandidatos en carrera, sino al que es favorito en la interna blanca desde que su nombre es incluido en las encuestas como eventual presidenciable. Y no solo eso: sino también al precandidato con la estructura más grande del Partido Nacional, que ayer creció al incorporar a Todo por el Pueblo.

Pero eso no quitó que, por motivos difíciles de definir incluso entre los dirigentes que lo acompañan desde 2019, se reuniera con Delgado y con la precandidata Laura Raffo el 16 de abril, solamente para transmitir -y comunicar después a la prensa- que todavía no había tomado una definición.

Foto: Archivo El País

“Le gusta que estén hablando de él”, había dicho uno de sus colaboradores a El País por esos días.

“Estuvimos haciendo una actualización de cómo viene la campaña, cómo están posicionados los diferentes precandidatos. Tengo todas las posibilidades abiertas. La semana que viene o en dos semanas voy a tomar una decisión”, había dicho en rueda de prensa tras el encuentro con Delgado.

Ese día había justificado, además, que “los tiempos” que se estaba tomando eran los “normales”, pese a que dentro de su sector esto le estaba trayendo problemas. “Ni siquiera soy candidato y estoy marcando en las encuestas tanto o más que la mayoría de precandidatos de mi partido. Los tiempos de la gente no son los mismos que los de periodistas y políticos”, había subrayado.

Las largas semanas de indefinición le pasaron factura a Sartori en la interna de su sector, Todo por el Pueblo. Entre otras cosas, ya que la falta de decisión hizo perder tiempo a dirigentes locales, impedidos de hacer una militancia con un objetivo claro. Días atrás, a Canal 12, el senador suplente, Juan Straneo, declaró que la espera no hizo bien a “la dirigencia en general”.