Redacción El País
El Ministerio de Transporte planifica la construcción este año de la primer autopista. Esta se transformará enla carretera más rápida país, debido a los límites de velocidad que serán fijados. La ruta carecerá de interferencias y tendrá dos carriles en cada lado divididos por una barrera de seguridad denominada “New Jersey”. Este tipo de barreras son generalmente construidas en hormigón y son utilizadas como separador de flujos de tráfico.

El subsecretario del Ministerio de Transporte, Juan José Olaizola, dijo a El País que el trazado de esa carretera todavía está a estudio de técnicos de la Dirección Nacional de Vialidad y de la Intendencia de Canelones.

El jerarca ministerial explicó que la autopista tendrá unos 23 kilómetros de extensión y agregó que unirá la ruta Interbalnearia, en las proximidades del Aeropuerto de Carrasco, con la ruta 8.

En este momento, el ministerio construye las dobles vías de las rutas 8 y 9, lo cual otorgará una mayor fluidez a las personas que circulen por esas vías de tránsito, destacó Olaizola.

“La idea de realizar una autopista tiene como objetivo alivianar el tránsito que va desde el balneario Piriápolis hacia el este. Calculamos que un 40% de los usuarios (de la ruta Interbalnearia) se dirigen a balnearios ubicados al este del país”, dijo Olaizola.

En cuanto a que se podrá circular a una velocidad mayor a la media, es de destacar que en este momento el límite de velocidad en las rutas nacionales está en 110 kilómetros por hora.

Olaizola declinó precisar la velocidad de la vía rápida, al señalar que se trata de un aspecto a estudio de los técnicos de la Dirección Nacional de Vialidad. Sí confirmó que la velocidad de la autopista será mayor.

“No tenemos todavía la cifra de la velocidad. Pero será mayor a la máxima que tenemos hoy, que es de 110 kilómetros por hora, porque no tendrá interferencias y será una vía rápida”, reiteró el jerarca ministerial.

Consultado acerca del plazo de construcción de la autopista, Olaizola afirmó que se hará un llamado a licitación y que el cronograma previsto de la obra será de 18 meses. Varias empresas constructoras se interesaron en participar en el llamado a licitación que se va a hacer, agregó el jerarca del MTOP.

Con respecto al costo de la carretera rápida, Olaizola dijo que ese también es un dato que está a estudio de los técnicos de la Dirección de Vialidad.

Según informó El País el 29 de septiembre del año pasado, la autopista implicaría una inversión en torno a los US$ 80 millones, ya que la obra incluirá la construcción de un puente para cruzar el arroyo Pando.

Ya existe uno, donde corre la ruta Interbalnearia, poco antes del peaje. La idea es construir otro en paralelo para no interrumpir la autopista, que no tiene prevista la instalación de radares.

El Ministerio de Transporte y Obras Públicas estudia dos posibles trayectos de la autopista, después de recibir esbozos de recorridos por parte de un consorcio privado. Esta definición será un aspecto fundamental para la estimación de costos y la posterior habilitación del Ministerio de Medio Ambiente.

Es de destacar que circular por la autopista no será gratuito para los conductores.

El asesor del Ministerio de Transporte, Carlos González, dijo a El País que se cobrará un peaje a aquellos por viajar a través de ella.

La cartera maneja dos posibilidades de cobro: una de ellas, que las personas abonen un costo mayor al del resto de los peajes siempre, o que haya un diferencial en el precio solo en ciertos días y horarios.

La segunda medida apunta a cobrar un peaje de costo variable, con el objetivo de estimular o desestimular ciertos recorridos.

Otra situación que resta definir en cuanto al recorrido es dónde se construirán los puntos de conexión entre la autopista y la infraestructura vial existente en este momento.

El asesor del MTOP explicó que los técnicos consideran varios lugares a lo largo de las diferentes rutas, para lo que tienen en cuenta la proyección de crecimiento vehicular a futuro con el propósito de evitar complicaciones en el tráfico a largo plazo.

Según González, otro de los aspectos que se tienen en cuenta para el trazado es “no afectar predios chicos” a la hora de realizar las expropiaciones, porque es “gente de menor poder adquisitivo” y, al mismo tiempo, lograr que al cortar un predio grande “queden (áreas) productivas” de los dos lados.

Después de que se defina el trazado, comenzarán a coordinar con la Dirección Nacional de Calidad y Evaluación Ambiental del Ministerio de Ambiente, con el objetivo de que la construcción no impacte de manera negativa en el entorno.