Una reunión clave en la residencia presidencial de Suárez y Reyes marcó el cierre de un día repleto de negociaciones por la reforma de la seguridad social. Y la “pulseada” entre el presidente Luis Lacalle Pou y el líder Cabildo Abierto, Guido Manini Ríos, tiene expectante a la coalición de gobierno. Sucede que de esas conversaciones -mejor dicho, de cuánto ceda cada parte con sus demandas- depende el futuro de un proyecto de ley insignia del gobierno.

Cabildo Abierto es claro: su voto lo condiciona a siete modificaciones a la iniciativa. Y ese fue el motivo del encuentro que tuvo con el mandatario en la tarde de ayer. Esos puntos los presentó el miércoles a la ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche, y, en palabras de Manini Ríos, ya incluyen un margen de “flexibilización” de parte de su partido en el marco de las negociaciones que se vienen dando desde hace semanas.

Aunque no todos, algunos de los puntos pueden considerarse por parte del gobierno. Así se le planteó al líder de Cabildo Abierto en la reunión. Sin embargo, de todas las propuestas, el Poder Ejecutivo no aceptará el vinculado a las inversiones de las AFAP en el exterior, calificado por Manini Ríos como uno de los tres más importantes. La idea de Cabildo, en pocas palabras, es desglosar ese artículo de la reforma para discutirlo en un proyecto de ley diferente.

Ahora que Manini ya tuvo una respuesta, la “pelota” volvió a estar en la “cancha” de Cabildo Abierto. Desde el gobierno esperan una devolución en la mañana de hoy por parte del líder del partido. En otras palabras, se aguarda conocer si está el voto de los cabildantes, necesario para que el proyecto siga adelante.

La comisión de la Cámara de Diputados que estudia el proyecto se reunirá hoy a las 10:00. Al comienzo de la sesión, los legisladores de la coalición -a excepción de los de Cabildo Abierto- pedirán una hora de cuarto intermedio para afinar detalles. Hasta ayer a la noche la voluntad de estos legisladores era votar hoy el proyecto. Será así a menos que reciban una llamada del presidente que cambie la situación.

De los siete planteos de Cabildo, tres son los más importantes. Uno es el vinculado a las AFAP, mencionado anteriormente. Otro implica reducir la cantidad de años que se toman para el cálculo de la jubilación básica, que los cabildantes proponen bajar de 25 a 20 -cuando hasta el miércoles pedían llegar a 15. El tercero está vinculado al Impuesto a la Asistencia de la Seguridad Social (IASS), que grava las pensiones y jubilaciones. La voluntad de Cabildo es que “desaparezca de manera paulatina a medida que la economía del país lo permita”, y así quieren que se establezca en el proyecto, contó Manini Ríos a El País.

En paralelo a las negociaciones políticas -imprescindibles para que la reforma vea la luz- el gobierno nunca dejó de tener un ojo puesto en la recepción que tiene la ciudadanía a este tema, que contiene la ineludible medida antipática de subir la edad de retiro jubilatoria.

Por eso arriba de la mesa de la Torre Ejecutiva están las mediciones que ha hecho al respecto la consultora Equipos, que en una encuesta reciente -a la que accedió El País- muestra básicamente un comportamiento estable de la opinión pública consultada acerca de esta reforma de la seguridad social.

La porción de los encuestados que respondió que “escuchó hablar de la reforma”, incluyendo a los que “no tienen una idea clara”, fue en ascenso desde abril de 2022 hasta diciembre de ese año, y tuvo un retroceso al momento de realizada esta última consulta a mediados de febrero. Comenzó en un 34%- sumando a quienes estaban “muy informados” y a quienes se consideran “algo informados”-, trepó hasta el 80% en diciembre del año pasado y ahora cayó al 66%.

Pero las respuestas que más importan al Ejecutivo son aquellas sobre la aceptación de la iniciativa. Aquí se muestra que, de acuerdo a la última medición, hay un 26% que está de acuerdo en el proyecto propuesto por el gobierno, mientras un 37% manifestó su rechazo, un 13% dijo no tener opinión y un 24% respondió “no sabe o no contesta”.

¿Y cómo ha sido la evolución de esta variable? Aquí también ha habido cierta estabilidad, tal como interpretan en el Ejecutivo.

Porque el apoyo a la iniciativa del oficialismo no tuvo prácticamente variación desde agosto de 2022 a la fecha: comenzó en un 27%- siempre contando los dos grados del apoyo-, bajó a un 26% en las tres siguientes mediciones de octubre y diciembre del 2022 y la de este febrero.

Algo similar ocurrió con la gente que se mostró en desacuerdo, que comenzó en un 35% en agosto de 2022, bajó a 29% en octubre y se situó en 33% en la última medición.

Una encuesta de Cifra, divulgada ayer en Canal 12, por su parte, mostró que el 54% rechaza el proyecto y que un 27% lo aprueba.