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Llegaron por error y piden refugio

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Lenguaje universal. Los jóvenes argelinos son aficionados al fútbol y algunos días a la semana salen del Inau a practicarlo. Foto: AFP / Archivo.

INMIGRACIÓN

Dos argelinos quisieron huir a Europa y terminaron en la capital de un país que no conocían.

En algún paraje de la ciudad de Tremecén, al noroeste de Argelia, dos adolescentes le entregaron todos sus ahorros y los de sus familias a un "coyote" que prometía llevarlos a España. Consiguieron dos pasaportes falsos, armaron sus valijas con lo básico y subieron al avión que los dejaría en… San Pablo. Sí, por engaño o por error, estos dos menores de edad terminaron a la deriva en Brasil.

Fue entonces que decidieron iniciar su travesía por tierra, haciendo dedo, con la intención de alcanzar Argentina; uno de los pocos países de Sudamérica que conocían de nombre. Como su lengua materna es el árabe, o mejor dicho el dialecto bereber, fueron a comprar la bandera de su destino lo que, pensaron, les facilitaría la comunicación. Era una tela con un sol, con blanco y azul en lugar de celeste. Era la bandera de Uruguay.

A fines del pasado febrero, y sin tener la más remota idea de dónde estaban parados (salvo por algunos datos futboleros), los amigos A y A, ambos de 17 años, quedaron varados en Montevideo. Cayeron en una comisaría, con la pinta de quien anda perdido desde hace días, con la desorientación de quien pasó del invierno al verano de un sopetón y la cara de susto que genera la incertidumbre.

La Policía dio aviso al juzgado, pero no había delito alguno para detenerlos. Como no los acompañaba ningún adulto responsable, y tampoco se los podía deportar porque supondría un riesgo ir contra sus voluntades, el INAU les dio cobijo. Pero este es otro capítulo de la historia.

Hacer la Europa.

La República Argelina Democrática y Popular es el más extenso de los 54 países que conforman África. Y es, a la vez, el Estado de ese continente con más población musulmana. Las familias de A y A son practicantes del islam, el padre de uno de ellos tiene cuatro esposas y el del otro cuenta con cinco hijos. Pero los dos adolescentes no son devotos. Ninguno de los dos respeta el ayuno de Ramadán ni reza cinco veces al día en dirección a La Meca. Sus aspiraciones pasan por otro lado.

Uno de ellos estaba cansado de trabajar desde que tenía diez años sin ver un futuro promisorio. El otro, que había estudiado hasta cuarto de liceo y también vivía en la pobreza, estaba harto de que su inquietud intelectual quedara confinada por su contexto. Argelia, más allá de ser la tierra de las carreras de camellos por el Sahara y el enclave estratégico de la migración norafricana, es la cuna de filósofos como Jacques Derrida y Louis Althusser. Pero el cultivo de las ideas no suele tener lugar cuando uno debe ganarse el pan plantando olivos y vid.

Ambos están deseosos de estudiar y trabajar en Uruguay, y, sobre todo, necesitan ayudar a sus familias que quedaron en Argelia. Pero la prioridad ahora es otra: aprender el español. "La comunicación es lo primero que tuvimos que atacar", reconoce Daniel Clausen, director del área de Adolescencia de INAU en Montevideo. "Ya fueron al curso de idiomas en la Facultad de Humanidades, pero esta semana que viene iniciarán un intensivo que les permitirá hablar fluido en dos meses y medio".

La vida de estos argelinos transcurre ahora en un hogar para mayores de 15 años que tiene el INAU. Algunos días a la semana van a una práctica de fútbol (solos y en ómnibus) y en breve comenzarán un programa en la pista de atletismo. Suelen cocinar sus platos típicos y los uruguayos les convidan también sus tradiciones.

"La cultura es súper desafiante", admite Clausen, quien recuerda que uno de los adolescentes se "enamoró" de una chica del hogar (es un centro mixto), pero para abordarla le quiso pedir matrimonio porque así le habían enseñado en su tierra.

El INAU ya había trabajado con extranjeros, pero esta "es la primera vez que son parte de un programa de protección 24 horas, que duermen en un hogar y que se sigue el paso a paso de la socialización", dice el director, quien admite sentirse "conmovido por esta linda experiencia".

PERDIDOS E INCOMUNICADOS

El primer festejo con velitas

Cuando los dos adolescentes llegaron perdidos a una comisaría apenas se comunicaban por señas, unas pocas palabras en inglés y solo repetían que no querían regresar a Argelia.

Como ocurre en estos casos, la Fiscalía de Flagrancia los investigó y no encontró delito alguno. Pero la historia de estos jóvenes no dejó de estar judicializada. ¿Por qué? El juzgado N° 7 de Familia Especializado deberá designar un curador tutor para atestiguar en el proceso de solicitud de refugio. Recién la semana pasada iniciaron el trámite de refugio ante la Comisión para los Refugiados que queda en Cancillería. "El refugio es la vía más directa y sencilla para luego traer a sus familias", explica Daniel Clausen, director de Adolescencia de INAU.

La tecnología, que ha servido de traductor instantáneo durante las primeras semanas, también es el lazo que une a los adolescentes con sus padres en Argelia. Hace unos días, uno de ellos cumplió 17 años y pudo mostrarles a sus familiares cómo sus compañeros del INAU le habían preparado una torta. Fue la primera vez en su vida que para su cumpleaños soplaba las velitas.

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