PARTIDO NACIONAL

La mochila de una de las asistentes de Luis Lacalle Pou tenía poco lugar. Apenas entraba algún abrigo chico y unos dulces. Allí guardaba el programa de gobierno del líder blanco que recorrió todo el país en la campaña para las elecciones internas. Eran 211 páginas encuadernadas con un rulo bastante grande. Ahora la mochila va a tener que ser más grande. Es que el proclamado candidato del Partido Nacional anunció ayer en la Convención que iniciará la gira electoral con los programas de gobierno del Partido Colorado, Partido Independiente, Cabildo Abierto y Partido de la Gente para mostrar en sus actos.

Lacalle Pou sabe que para ganar necesita acuerdos y por eso ya sale a “mimar” a los cuatro partidos con los que pretende formar la coalición.

Muestra las coincidencias con su proyecto y habla de humildad. Pues quiere “tender puentes” firmes con sus “socios”. Pero también habla de autoridad.

Ayer el candidato blanco se plantó con un discurso más efusivo, en la Convención que realizó en el club Atenas. Prometió que ejercerá toda la autoridad que le permite la Constitución y la ley para “reprimir sin miedo” y así intentar mejorar la situación del país.

“Hay que poner de pie a nuestro país, amigos”, le dijo al público. En su análisis, los 15 años de gobiernos frenteamplista debilitaron a Uruguay y su legado será un hierro caliente para el gobierno entrante.

En momentos donde la candidata a vice del Frente Amplio, Graciela Villar, salió públicamente a recordar que los gobiernos colorados y blancos le entregaron a la izquierda una país “devastado” por la crisis de 2002, Lacalle Pou remarcó que el oficialismo entregará un país endeudado, con déficit y con un enorme desempleo.

“Yo me quiero hacer responsable del gobierno de mi país. Se vienen momentos de ejercer la autoridad, con justicia y con humildad”, remarcó.

Esa humildad que le pide a sus dirigentes y militantes es para facilitar el acercamiento con los otros partidos a ese gran acuerdo “multicolor”.

“Busquemos lo que nos une. Yo sé que en campaña es difícil. Busquemos las coincidencias, respetemos a las personas. Porque el que llega desuniendo, descalificando, insultando, no va a ser capaz de gobernar para todos cuando nos toque el 1° de marzo”, expresó Lacalle Pou. Desde la tribuna, su padre, apoyaba el discurso con un firme: “¡Muy bien!”.

Allí fue que desplegó una puesta en escena que se verá a lo largo de la campaña. Primero levanta su programa. El libro que lleva el eslogan “Lo que nos une”. Unos pocos minutos y le suma los otros cuatro documentos.

Los junta y los muestra al público. Del Partido Independiente destacó la idea de rediseñar el Ministerio de Desarrollo Social. De los colorados la regla fiscal. De Cabildo Abierto la idea de derogar la ley de inclusión financiera. Del Partido de la Gente una mayor eficiencia en las comisarías barriales.

En esa misma sintonía fue que se presentó su compañera de fórmula, Beatriz Argimón. La dirigente prometió que, si ganan la elección, trabajarán para recuperar lo que el Frente Amplio desarmó: la convivencia pacifica en la sociedad.

“La sociedad uruguaya reclama recuperar la convivencia. Estamos cansados de que nos quieran dividir a los uruguayos. Estamos cansados de que nos quieran poner de un lado a unos y de otro a otros”, dijo Argimón. Su planteo le sirvió para separarse de Villar, su competidora frenteamplista, cuando declaró que la elección está planteada en una dualidad: “Pueblo u oligarquía”.

La candidata se describió como “una mujer política que apunta por sobre todo al diálogo y la articulación”. Así la destacó el candidato blanco, y así se mostró también Lacalle Pou luego de ganar la interna. Es que él asumió su nuevo rol entre los blancos para conducir al partido en la campaña. Ya no solo con la experiencia de la pasada campaña, donde terminó derrotado, sino con un posicionamiento más enérgico para tomar decisiones internas.

Fue así que por su búnker de campaña desfilaron todos los principales dirigentes del partido. “Esto parece un consultorio médico”, bromeó semanas atrás uno de sus colaboradores.

El triunfador de la interna debió cuidar los equilibrios internos para evitar que los otros sectores perdieran fuerza electoral con la baja de importantes dirigentes. Hablando en sencillo: Lacalle Pou trancó el pasaje de referentes de Alianza Nacional a su sector.

Los blancos saben que para ganar la elección necesitan al partido unido, motivado y activo. Ese fue el clima que se vivió ayer en la Convención.

Atrás quedaron las peleas, los silbidos e insultos al empresario Juan Sartori. El candidato es consciente que necesita a todos. Por eso, si el costo de la unidad es dejar sin encontrar el culpable de la “campaña sucia”, lo vale. Así lo ven en el entorno de Lacalle.

El lunes renuncia al Parlamento. El martes arranca la gira por el norte del país. Su discurso mostrará una firmeza mayor: otro tono. Más confortativo con el Frente Amplio. Incluso en paralelo está previsto una agenda más activa de su equipo técnico, para divulgar las propuestas programáticas y captar votantes de diversos perfiles.

Ven en Pablo Bartol y Sebastián Bauzá dos “fichas” claves para captar indecisos y desencantados, que puedan no simpatizar del todo con el candidato blanco pero sí con los posicionamientos de esas dos figuras. Pero al mismo tiempo su compañera de fórmula mostrará un discurso más centrado en los colectivos de mujeres, contra la discriminación, y como una luchadora contra las “inequidades sociales”.

Lacalle Pou desafiará a su rival directo: Daniel Martínez. Le pide que diga cómo piensa mejorar la economía. “El resto es cháchara”, opinó ayer.