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Lacalle Pou a caballo en la Patria Gaucha en Tacuarembó: “Dije que no iba a cambiar”

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Lorena Ponce de León junto a Luis Lacalle Pou. Foto: Pablo S Fernández

FIESTA TRADICIONAL

En la previa de una semana clave por el ajuste en las tarifas públicas, el presidente Luis Lacalle Pou visitó la Patria Gaucha.

Dejó el traje, la corbata, los zapatos formales y se vistió para la ocasión. Bombacha de campo azul oscura, camisa celeste, botas de cuero marrones, sombrero negro y una hebilla en el cinturón con su iniciales: LAL, Luis Alberto Lacalle. A siete días de tomar el mando, el nuevo presidente viajó 400 kilómetros y se preparó para desfilar a caballo en la Patria Gaucha.

El líder blanco participó en la tradicional fiesta junto a su esposa Lorena Ponce de León, y se convirtió en el primer jefe de Estado uruguayo en completar la cabalgata. Pero para el mandatario eso no es un destaque para su currículum.

“Soy el mismo”, afirmó. “Vengo siempre. Yo dije que no iba a cambiar. Raro sería que no viniera”, comentó a El País unos minutos después de terminar el desfile. Desfilaron más de 4.200 jinetes, niños de cuatro y cinco años con caballos de 500 kilos, una madre amamantando a su bebé, el cantante de cumbia Lucas Sugo y varios carruajes. Los que no pudieron cabalgar fueron Batman y Superman, dos personajes que llegaron disfrazados de superhéroes y no consiguieron caballo, pero sí lograron la noche anterior la selfie con el ministro del Interior, Jorge Larrañaga.

El senador Juan Sartori volvió a desfilar. Aceptado por los blancos como uno más, cabalgó junto a su madre. “¿Luis donde está?”, preguntó al arranque. “Yo tengo que cambiar las piolas porque con estas te sacan puntos”, comentó y cambió las riendas por unas de cuero tradicional.

El payador cortó el Pericón Nacional para dedicarle unos versos. “Vienen con honda alegría, y es justo que yo le cante al digno representante de este solar uruguayo, la patria se hizo a caballo, mire si será importante”, dijo y despertó el aplauso de la vice, Beatriz Argimón.

Luis Lacalle Pou y Jorge Larrañaga en la Patria Gaucha. Foto: Pablo S Fernández
Luis Lacalle Pou y Jorge Larrañaga en la Patria Gaucha. Foto: Pablo S Fernández

La bandera uruguaya estuvo presente gran parte del desfile. No solo como estandarte. También en los vestidos, posando sobre el caballo de las chinas. Se vieron unas cuantas banderas de los Treinta y Tres Orientales, alguna del Partido Nacional, un par brasileñas y otras extranjeras: de Gran Bretaña, Canadá, Francia y Estados Unidos.

Los embajadores de esos países viajaron desde Montevideo para sumarse a la fiesta. “Estuvo increíble. Muy divertido y la patria del gaucho es muy buena, es lo mismo que en mi país, en los Estados Unidos”, dijo emocionado el embajador estadounidense Kenneth S. George, quien llevó su sombrero tejano y un pañuelo rojo anudado al cuello. “Texas tiene un largo tiempo de tradición, buen tiempo”.

En el palco oficial, al lado del senador Jorge Gandini, se ubicó la ministra de vivienda Irene Moreira. Su esposo, el líder de Cabildo Abierto Guido Manini Ríos, desfiló con la caballada. “Excelente, mejor es lujo. Acá es la primera vez que desfilo. He estado en otras, pero acá si es la primera vez”, comentó a El País el senador de la coalición de gobierno.

Luis Lacalle Pou en la Patria Gaucha. Foto: Pablo S Fernández
Luis Lacalle Pou en la Patria Gaucha. Foto: Pablo S Fernández

Con un poncho del color de su bandera partidaria -blanco y tres líneas, una roja y dos azules-, Manini montó en un moro. “Senador, con el corazón despierto, yo pienso que está en lo cierto, se les terminó el recreo”, remató el payador el saludo con que le dio la bienvenida al palco. Manini detuvo el tranco y saludó con su sombrero. Lacalle y Argimón lo saludaron desde el palco y él —ya baqueano en el pingo— se arrimó y le tendió la mano al presidente.

Lacalle dejó una ofrenda en el monumento de Artigas y volvió a Montevideo. La semana que viene será clave. Dijo estar preocupado por la sequía y por la suba del dólar. Se prepara para el anuncio del primer paquete de medidas económicas. Entre ellas, la siempre antipática suba de tarifas. Prometió trabajar cada semana “como si fuera la última” de su mandato. “Aspiro a que todas las semanas, de aquí en adelante, sean importantes para el gobierno y para la gente”, comentó.

Sabe que hay expectativas sobre su gestión y dijo que está con muchas ganas. “Pero no alcanza con que lo diga yo, tiene que mejorar la vida de los uruguayos. Si no, el gobierno no es exitoso”, admitió el presidente.

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