El Partido Nacional tiene por delante una serie de desafíos que preocupa a sus dirigentes, quienes todavía mantienen abiertas las heridas por la derrota en el balotaje del 24 de noviembre a manos del hoy presidente Yamandú Orsi. Pero estos últimos días, al igual que ocurre en filas del Partido Colorado -su principal socio en la coalición republicana- o del Partido Independiente, han sido de satisfacción y celebración por lo bajo, al encontrarse con la primera renuncia del gabinete de Orsi a menos de 50 días de asumido el nuevo gobierno -y una de las dimisiones más rápida de la historia democrática de Uruguay.
El escándalo que supuso que Cecilia Cairo, hasta este jueves a la noche titular del Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial, no tuviera regularizada la casa en la que vive desde hace más de 20 años, y que por ende no hubiera aportado lo que correspondía de impuestos como Contribución y Primaria, llevó a la dirigente del Movimiento de Participación Popular a presentar su renuncia al cargo, aun cuando se había negado hacerlo el mismo día que se hicieron públicas estas irregularidades -miércoles pasado-, y cuando la mayor carga de presión política no provino de la oposición sino de dirigentes y referentes del propio Frente Amplio.
Pero esta favorable coyuntura para la oposición, porque supuso la peor complicación del nuevo gobierno mientras todavía atraviesa lo que los analistas denominan la “luna de miel”, no quita que en los nacionalistas olviden las varias nubes de preocupación que tienen en el horizonte. Por ejemplo, el desempeño en las elecciones departamentales del próximo 11 de mayo -donde algunos departamentos en el interior están en riesgo de pasar a dominio frenteamplista, aunque al mismo tiempo varios vislumbran, aunque lejana, una “oportunidad” creciente en Montevideo-; la necesaria autocrítica que enfrentarán luego de los comicios departamentales por la derrota de Álvaro Delgado; y el nuevo mapa de distribución interna blanca, que tiene partido al partido en dos sectores que ya se han sacado chispas en varias oportunidades: Alianza País -sector hoy más grande, liderado por el senador Javier García y quien pretende presidir al partido- y Aire Fresco -el espacio de Luis Lacalle Pou y que tiene entre sus referentes al expresidenciable Delgado y al postulante a intendente de Montevideo, Martín Lema.
Con ese escenario y esa agenda de inquietudes es que el líder de este partido, precisamente Lacalle Pou, dará este martes su primer discurso político público desde que dejó la Presidencia el 1° de marzo -además de los apoyos a candidatos a intendencias que ha dado en cenas privadas-, y nada menos que ante el Directorio del Partido Nacional.
La instancia está fijada desde hace días porque, al decir del senador García, está planificado como un evento simbólico de “cierre del ciclo” presidencial de Lacalle Pou, que había sido recibido por el órgano de conducción blanco por última vez el 2 de diciembre de 2019.
“Va a cerrar el ciclo en su casa, que es el Partido Nacional, donde podremos decir todos: ‘Mandato cumplido’, que para quienes estamos orgullosos del gobierno que lideró entendemos como un mandato excelentemente cumplido”, dijo García a El País, que sin embargo advirtió sobre los riesgos de que el partido se torne dependiente de su principal figura (ver recuadro).
La coyuntura política, sostienen varios legisladores de esta fuerza política consultados por El País, difícilmente sea abordada en forma directa por el presidente, aunque hay quienes no descartan que el caso Cairo sea mencionado “oblicuamente” por el exmandatario.

“Va a dejar su semilla y va a hablar de lo que fue su gobierno. No se va a meter en la coyuntura”, anticipó en este sentido a El País un allegado del exjefe de Estado.
En el sentido anterior, otras fuentes señalaron que se espera que el presidente base gran parte de su discurso en una idea recurrente en él y que entienden se hace necesario en este arranque del período, cuando actores centrales del gobierno y del oficialismo han cuestionado la situación económica “heredada” del gobierno anterior”: la “comparación” entre los dos modelos de gestión, y una férrea defensa del que estuvo vigente en el período anterior.
Y hay quienes razonan que no faltarán las alusiones al “futuro” y referencias al proceso político que tiene este partido por delante, con el más que probable desafío de volver a liderar la coalición en las próxima elección nacional. Por eso, más de un referente de esta colectividad entiende que el martes al mediodía Lacalle Pou insistirá en el concepto de que todos los blancos tienen que mantener la unidad y “cuidar el instrumento” del Partido Nacional.
García advierte que el PN no debe ser “Luisdependiente”
El liderazgo de Luis Lacalle Pou en el Partido Nacional es hoy indiscutido, más allá de los referentes sectoriales que buscarán incidir en la conducción y destino de la fuerza política en este período.
Pero esa realidad, que lleva a muchos dirigentes blancos a dar por hecho la candidatura presidencial de Lacalle Pou en 2029, y a que luego lidere la Coalición Republicana para intentar recuperar el gobierno, prende una luz de advertencia, dijo el senador Javier García en diálogo con El País.
“Sería un error que el partido se transforme en Luisdependiente”, opinó uno de los candidatos a dirigir el próximo Directorio nacionalista. “No hay dudas de que Lacalle Pou es el líder del Partido Nacional, pero la vida política del partido no se puede centrar en él -agregó-. No sería justo con él mismo decirle que tiene que aceptar esa responsabilidad, pero tampoco sería inteligente políticamente que el Partido Nacional se base en el accionar de una sola persona”.
El sector que conduce García, Alianza País, expresó a inicios de este año que impulsaría al senador como candidato a presidir a los nacionalistas, y García aceptó la proclamación de su sector. Declaró en respuesta quería ser “presidente del Directorio blanco” entre otras cosas para modernizar a su partido y “liderar un proceso que lleve a la unidad de la Coalición Republicana porque es esencial para el futuro”.
Luis Lacalle Pou será presentado este jueves como asesor senior del Centro de Estudios para el Desarrollo Económico. Lo hará en un evento cerrado para empresarios socios del CED en un local en Carrasco. Este centro, actualmente dirigido y presidido por el economista Hernán Bonilla, se define en su página web como “una organización sin fines de lucro que investiga y analiza temas políticos y económicos de Uruguay para contribuir al debate informado y a la adopción de mejores políticas públicas”.