ENCUESTA

Entre los frentistas, en cambio, el 10% tiene visión desfavorable.

Cuando la izquierda llegó al poder, por primera vez, creó un ministerio para atender la emergencia social, tras la crisis de 2002, y para guiar las políticas sociales: el Ministerio de Desarrollo Social (Mides). Pese a ser la más nueva de todas las carteras del Estado, ha estado en el ojo de la tormenta.

Tanto es así que la oposición presentó en marzo una moción para la apertura de una comisión investigadora en el Parlamento, iniciativa que quedó trunca porque no contó con el apoyo del oficialismo. Días después la consultora Cifra realizó una encuesta para conocer el estado de la opinión pública respecto al ejercicio del novel Ministerio.

¿Cómo evalúa el desempeño del Mides desde que comenzó a funcionar hace más de una década? Ante esa pregunta, casi la mitad de la población tiene una opinión negativa (48%). Un tercio (36%) considera que la gestión ha sido “buena”. Y el restante porcentaje está en una posición intermedia (el color amarillo en términos de semáforo).

La visión sobre este ministerio parece estar bastante sesgada según el color político partidario de quien responda. Entre los frentistas, ocho de cada diez tiene una visión favorable. Entre los simpatizantes de los partidos tradicionales siete de cada diez tiene una imagen negativa. También es mayormente desfavorable entre los indecisos, muchos de ellos frentistas desencantados que ven en la gestión del Mides uno de los talones de Aquiles de lo que era el ideal de izquierda.

Aunque la mayoría piensa que está bien que los hogares de menos ingresos reciban ayuda del gobierno, “casi todos (82%) consideran que esta ayuda debe brindarse solo si el que la recibe se compromete a cumplir ciertos compromisos”, dijo la sociólogo Mariana Pomies en Telemundo.

Apenas uno de cada diez sostiene que el beneficio debe ir a todos sin contrapartida. Entre la población más rica, solo el 6% aprueba la ayuda sin compromisos.

Dentro de los pocos programas de gobierno que se han presentado hasta el momento, son varios los que insisten en reformular las funciones y la gestión del Mides; postura “ que ha sido criticada por la ministra Marina Arismendi.