Tras la muerte de su padre, casi que sin pensarlo, Jorge Larrañaga Vidal se fue a Paysandú a construir allá desde cero su capital político. Pasaron tres años desde entonces, en las elecciones del 30 de junio fue votado por 4.800 sanduceros, y hoy busca ser diputado. Y se muestra optimista, pese al magro resultado electoral tanto de su sector Alianza Nacional como de la plataforma Sumar, que respaldó la precandidatura de Laura Raffo.
Y también, en entrevista con El País, habló de la coyuntura y de los desafíos que se le vienen al Partido Nacional: pasó raya a las elecciones internas, explicó por qué dejó atrás el acuerdo que Alianza Nacional tenía con el Herrerismo, opinó que el binomio presidencial que conforman Álvaro Delgado y Valeria Ripoll "es la mejor fórmula de todo el sistema político" y dejó planteada una autocrítica en materia de seguridad: "Hace falta hacer un mayor esfuerzo en el problema de los homicidios y en la lucha contra el narcotráfico".
—¿Por qué no fue posible continuar continuar con Sumar, la plataforma que impulsó la candidatura de Laura Raffo?
—Los sectores del partido están pasando por un proceso de redistribución de fuerzas. Empezaron las comunicaciones, los diálogos con distintos compañeros y también se ponen arriba de la mesa las distintas ingenierías electorales que pueden hacerse para las elecciones de octubre. Nosotros estuvimos conversando y se acercaron Javier García y Sebastián Da Silva, con quienes tenemos una afinidad muy grande. Y en virtud de eso, llegamos a un acuerdo que es formar Alianza País. Sin desmedro de lo que fue el proceso de la interna, estamos muy orgullosos de haber creado un bloque, un espacio con una precandidata que tuvo el partido, que fue Laura Raffo. Nosotros entendíamos que era un espacio, un bloque renovador, novedoso, con una mirada fresca. Y la verdad que transitamos la elección con muchísimo compañerismo y empuje. Pero la que decidió fue la gente, y la gente determinó que Álvaro Delgado fuera el ganador.
—¿Está de acuerdo con la elección de Valeria Ripoll como compañera de fórmula de Delgado?
—Sí, por supuesto. Es la mejor fórmula que presenta todo el sistema político. Tenemos al candidato a la Presidencia más preparado de todos los que se presentan; tiene una enorme experiencia, con el bagaje de la gestión, con una solidez muy fuerte, mientras que Valeria aporta su capacidad de lucha, su capacidad negociadora, y su condición de experta en distintos temas sociales. Pero además ella integró el Frente Amplio y entendió que ahí imperan las contradicciones y el doble discurso y se dio cuenta que este gobierno, en cambio, gestiona con sensibilidad social y cuida los dineros públicos.
—¿Fue de los que se sorprendió cuando se enteró que Ripoll sería candidata a vicepresidenta?
—Sí, porque veníamos con la euforia del proceso de la interna. Fue sorpresivo, pero la verdad que ahora estamos muy contentos, todos alineados, dispuestos a luchar con toda la fuerza, y nosotros lo vamos a hacer desde Paysandú.
—En retrospectiva, entonces, ¿se convenció de que Ripoll era una mejor opción que Raffo para integrar la fórmula?
—Hacer análisis de cuáles eran las alternativas me parece que no tiene mucho lugar, sobre todo cuando Álvaro ha ganado por un amplio margen.
—¿Ve como un error haber hecho para las internas una alianza con el Herrerismo, sector que ahora está reivindicando su histórica “visión liberal”, cuando Alianza Nacional tiene una base ideológica asociada al wilsonismo?
—No, para nada, porque nosotros en aquel momento conformamos un espacio nuevo. Estábamos esas dos corrientes del partido en el paraguas de Sumar, desde donde surgieron aportes para un programa que llevó adelante Laura Raffo.
—¿Hizo autocrítica sobre por qué Sumar no llegó al objetivo?
—Hacer un análisis en ese sentido no vale mucho la pena, sobre todo cuando estamos a dos meses y pico de un proceso que es corto pero intenso y es importantísimo porque se va a elegir el presidente de la República. Pero es cierto que, siempre, las estructuras pesan. Y la mayor cantidad de las estructuras estaban del lado de Álvaro Delgado, quien también ostentaba el poder. Y nosotros veníamos desde el llano, con lo puesto, sin nada, e hicimos todo el esfuerzo que pudimos.
—¿Está conforme con los poco más de 18 mil votos que obtuvo Alianza Nacional el 30 de junio?
—Siempre esperamos más, pero la votación fue buena y nosotros en Paysandú estamos muy contentos con el trabajo que hicimos porque armamos un movimiento nuevo, llevamos adelante una renovación muy fuerte en el departamento. Yo llegué a Paysandú y empecé a recorrer de punta a punta el departamento, la ciudad y el interior. Y logramos con casi 5.000 sanduceros que nos acompañaron en la interna. Y bueno, ahora estamos en un proceso diferente, por supuesto, donde en octubre se van a elegir espacios de responsabilidad, y yo voy a ser candidato a la diputación.
— ¿Y a la intendencia?
—Por supuesto que te estaría mintiendo si dijera que no tengo el sueño de tener la máxima responsabilidad de ser intendente de Paysandú; ese es el mayor honor que uno puede tener. Pero ahora estamos en un proceso diferente y hay que ir etapa por etapa.
—¿Está conforme con el actual gobierno o tiene alguna crítica a realizar sobre la gestión de Lacalle Pou?
—En líneas generales es un gobierno muy bueno. Altamente satisfactorio, con un muy buen rumbo en la economía y con reformas que eran impostergables para el país, como la educativas y la de la seguridad social. Pero por supuesto que siempre hay cosas que corregir, cosas que hacer, cosas que faltaron. Y eso también lo vivo en las recorridas que hago por Paysandú, en algunos de los barrios donde me comentan que hace falta más presencia de la policía o alguna boca de droga que está flagrantemente funcionando en horas de la noche. Es que en temas de seguridad, si bien se ha logrado frenar la suba creciente y galopante de todos los delitos en los 15 años de gobiernos del Frente Amplio, hace falta hacer un mayor esfuerzo en el problema de los homicidios y en la lucha contra el narcotráfico, y ahora vamos a tener para mí el plebiscito más importante que es el de los allanamientos nocturnos, que sale de una propuesta que estaba contenida en la reforma de Vivo sin Miedo.
—Con respecto a la lucha contra el narcotráfico, esa "batalla madre" como le llamaba Jorge Larrañaga ¿qué es lo que faltó en concreto? Porque fue algo donde el gobierno puso especial hincapié.
—Sí, creo que él tenía una impronta muy fuerte, humana, de presencia y de respaldo a los policías, y eso se veía también como consecuencia en el despliegue y en la lucha frontal contra el narcotráfico. Era un tipo que andaba en los operativos, que se hacía presente, y quizás, sin criticar a nadie, en los roles de mando principales hace falta un poco más de fuerza en ese sentido y de lucha frontal.
—¿En los mandos policiales, dice?
No, en los mandos del Ministerio, que termine como consecuencia habiendo más despliegue, más fuerza de los más de 30.000 funcionarios policiales que hay en la rueda de la seguridad. Se sintió (la ausencia de) la impronta personal y de fuerte liderazgo que tenía Larrañaga. Por su personalidad, era la persona ideal para estar al frente de su cartera. Creo que después tanto Luis Alberto Heber como Nicolás Martinelli hicieron un buen trabajo, pero el perfil, la personalidad y la potencia del liderazgo del Guapo fue lo que hizo la diferencia en la primera parte del mandato.
—Decía que la del Partido Nacional es la mejor fórmula de todo el sistema político. Pero en el Frente Amplio consideran que el binomio que forman Yamandú Orsi y Carolina Cosse es el más potente. ¿Cómo ve usted a la fórmula rival?
—Lo que veo es que en los temas importantes del país no aparecen o por lo menos no tienen una opinión contundente o hay que mirarlos con lupa para saber qué opinión tienen. Lo vemos con el plebiscito de la reforma de la seguridad social. Les ha costado pronunciarse en ese sentido y eso es algo muy importante. Yo creo que, como ya dije, la fórmula del Partido Nacional es por lejos la más preparada.
—Las encuestas hoy muestran que el Frente Amplio llega con favoritismo a estas elecciones. ¿Cree que ese escenario puede revertirse?
Pero por supuesto, las encuestas son datos que hay que tomar, pero ese escenario se puede revertir; se va a revertir. Yo creo que los uruguayos van a decidir bien, en el sentido de que tenemos un proceso corto, complejo y sencillo a la vez. Porque la elección está entre seguir avanzando en una segunda ola de transformaciones o retroceder a la peor versión del Frente Amplio que fue dueña de una inseguridad galopante de negocios ruinosos. Los uruguayos van a hacer que la coalición encabezada por el partido nacional sea la vencedora en los próximos comicios.
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