POLÉMICA OBRA

La cuestionada obra millonaria del Antel Arena volverá a ponerse en cuestión hoy durante una extensa jornada en la cámara alta, en la que se cumplirá el objetivo propuesto por el senador nacionalista Jorge Gandini: que todo lo ocurrido en el proceso que llevó a la construcción del estadio multifuncional durante las dos últimas administraciones del Frente Amplio tome “estado parlamentario”.

Esto implica que el ministro de Industria, Energía y Minería, Omar Paganini, y también el actual presidente de Antel, Gabriel Gurméndez -ambos citados por Gandini en este llamado a sala-, den detalles acerca de los informes y los resultados de las auditorías realizadas por este tema, y que en su mayoría fueron críticos con la decisiones tomadas y los costos involucrados.

En la coalición de gobierno saben que el Frente Amplio procurará ridiculizar la convocatoria. “Se podía convocar a las autoridades a comisión, pero no, es claro que las 800 mil firmas producen nervios”, dijo por ejemplo el senador frenteamplista Óscar Andrade días atrás en Twitter.

Por eso lo primero que intentará Gandini será “demostrar que el llamado a sala corresponde”, que no es una interpelación y que “desacreditar un mecanismo de control parlamentario es erosionar la labor del propio Parlamento”, según dijo a El País el líder de Por la Patria.

“Lo segundo es que esto es precisamente en defensa de Antel y no contra el Antel Arena, que es una obra construida que se debe aprovechar y hacer rendir social y económicamente”, dijo también Gandini.

Sobre el fondo del asunto, sobre el cual también hay un dictamen de la Jutep que determinó que en este caso hubo “violación a principios y normas de conducta”, Gandini dijo que buscará dejar en claro dos cosas. La primera es “saber dónde está la diferencia entre lo que se cotizó y lo que finalmente se gastó”, en referencia a los US$ 40 millones que la entonces presidenta de Antel, Carolina Cosse, había anunciado que saldría todo el proyecto, en contraste con los casi US$ 120 millones que terminó costando. Y la segunda es definir “por qué se ocultaron los desvíos en normativa, en legalidad y todos los procedimientos, que fueron declarados reservados”. “Nada justifica el secretismo, cosa que observó la Unidad de Acceso a la Información, y que también hizo en reiteradas ocasiones el Tribunal de Cuentas, ante la falta de argumentación”, concluyó el senador.