Gustavo Penadés dice que hay una "causa armada" y apunta a Mastropierro como ideólogo de un plan para tumbarlo

El exsenador nacionalista apuntó contra el joven como responsable de la "trama" en su contra.

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Llamada. Un importante dirigente del FA dijo a Penadés que narcos estaban detrás de las denuncias.uicio a Gustavo Penades
Llamada. Un importante dirigente del FA dijo a Penadés que narcos estaban detrás de las denuncias.uicio a Gustavo Penades.
Foto: Estefania Leal

A sus mejores amigos, Gustavo Penadés les repite que vive una tormenta perfecta. En menos de 24 horas, fue “incendiado” y juzgado por todos los uruguayos, les dice. En voz baja, Penadés se queja que el Parlamento no actuó como esperaba en el trámite de desafuero y le da la razón al senador de Cabildo Abierto Guillermo Domenech, cuando dijo en el plenario que “se hace la descripción psicológica de un pedófilo, pero no se aporta un perfil psicológico del senador Penadés que diga que es un pedófilo”.

En el medio de la tormenta perfecta, Penadés advierte a sus amigos que no sabía quién era Romina Papasso, la militante de la Lista 71 que denunció en un canal de internet que el exlegislador había tenido un contacto con ella cuando era menor y caminaba por Parque Batlle.

“¿Te acordás de aquel flaco alto que repartía listas nuestras en un cuatriciclo por la avenida 8 de Octubre? Ese es ahora Romina Papasso”, le dijo entonces un viejo militante de la Lista 71. “Pero nunca estuve con él. Hace años que no lo veo”, respondió Penadés al amigo.

El 28 de marzo de este año, por la tardecita, estalló la bomba. Romina Papasso denunció en el programa Hacemos lo que podemos, que Penadés había abusado de ella cuando era un adolescente y aún no había hecho su transición de género.

Esta fue la primera víctima del caso en presentarse como tal: Papasso contó que 15 años atrás la llevó a un hotel y que ese episodio le “marcó la vida”. Horas después, en Twitter, señaló -y mostró fotos- que había más casos como el de ella. Y recientes.

Ese fue el primer ventarrón contra Penadés, un dirigente de larga trayectoria dentro del Partido Nacional. Fue edil, diputado y senador. Y en la última década se transformó en un hombre clave en las negociaciones con el Frente Amplio y los partidos de la coalición de gobierno.

Ahora, con nueve denuncias en su contra, Penadés dice a sus allegados que no conoce a los jóvenes que lo imputan. De todas formas, como señaló a la fiscal de Delitos Sexuales de 6° Turno, Alicia Ghione y a sus adscriptas, María José Brisco y Mariela Betancor, Penadés insiste que nunca tuvo contacto con un menor de edad.

En el pedido de desafuero enviado al Parlamento, la jueza del caso, Marcela Vargas, señala que los hechos que investiga Ghione están pautados por una “nota de gravedad” en el marco de una “investigación compleja” sobre una “asimetría de poder” que se plantea entre “víctimas (menores de edad) e investigado”.

“En todos los casos que hemos tomado declaraciones -dice la fiscal en el escrito de desafuero- desde los más antiguos hasta la fecha en el correr de este año 2023, los adolescentes tenían corta edad, en su mayoría de 13 o 14 años, otros 15 y 16 años”.

Otro elemento que sacó de las casillas al exsenador fueron las fotos que circularon en las redes sociales donde se lo ve acomodando sus pantalones y un video donde entra en un cajero del Banco República cerca del Palacio Legislativo.

Por eso, cuando declaró en la Fiscalía, Penadés solicitó que se citara a testificar al joven Sebastián Mastropierro. Argumentó que en ambas situaciones se encontraba con Mastropierro, entonces mayor de edad. Mastropierro fue condenado por cinco delitos de estafa en 2019 contra Unicef Uruguay y una financiera local.

¿Cómo Penadés conoció a Mastropierro?

Según supo El País, Mastropierro y Sebastián Mauvezín, entonces profesor del Liceo Militar, se contactaron a través de una página de encuentros sexuales: Skokka. Esa misma página también era utilizada por adolescentes víctimas en la causa conocida como Operación Océano.

Después de chatear en varias oportunidades, Mastropierro se ganó la confianza de Mauvezín. El docente decidió pasarle el contacto del joven a Penadés (ver nota aparte).

En las redes sociales, Mastropierro se mostraba como una persona de alto poder adquisitivo: oficinas lujosas, secretarias y autos con chofer. Decía que era un influencer en redes sociales.

Mauvezín jura que nunca conoció personalmente a Jonathan Mastropierro y que lo único que hizo fue vincular a dos adultos.

Penadés está seguro que cuando se encontró con Mastropierro este era mayor de edad porque cayó preso a los seis meses. Ello ocurrió hace más de tres años. En el ínterin, el joven nunca intentó extorsionarlo ni relacionarse con él. Sí se sabe que días después que Romina Papasso tiró la “bomba”, Mastropierro se contactó con ella y le comentó que podía ayudarla. Dijo, en esa ocasión, que su nombre era Mateo. “No estás sola. Tenemos pruebas. Lo que decís es verdad”, expresó.

Hoy Romina Papasso integra la lista de nueve denunciantes contra Penadés. En ámbitos judiciales, Penadés ha señalado que desconoce a los restantes ocho denunciantes. Y su principal réplica estriba en que se trata de una “causa armada” empujada “en una trama” a través de la cadena de denuncias.

El miércoles 5, la fiscal Ghione pidió a la Fiscalía comunicar que “no hay ningún elemento a su juicio en la investigación que revele la existencia de algún tipo de trama”.

El organismo añadió que “una gran cantidad de los denunciantes provienen de contextos sociales distintos y no se conocen entre sí, no tienen vinculación con Romina Celeste y tampoco con Jonathan Mastropierro”.

Fiscalía también resaltó que Ghione cuenta con “otras evidencias para respaldar los testimonios” de las víctimas, además de sus declaraciones.

Penadés enfrenta una investigación por el delito de promesa de retribución o retribución a menores de edad para que ejecuten actos eróticos. Ese delito tiene una pena mínima de dos años de cárcel y obliga al condenado a pagar 12 ingresos a la víctima. En caso de que Penadés resulte condenado por la Justicia y que se compruebe que las víctimas son nueve, tendrá que desembolsar cerca de un millón de dólares. El delito de retribución a menores es el mismo que se aplica en el juicio por la Operación Océano.

Las hipótesis

Penadés no se cansa de repetir que es inocente de todos los cargos que se le imputan.

Y en todo momento apunta sus baterías contra Mastropierro. El joven refleja en las redes sociales que se mueve en vehículos lujosos, concurre en forma asidua a la “Fortaleza” (una mansión con piscina, propiedad de un amigo en Piedras Blancas) y muestra sus viajes al exterior.

Ante todo este escenario, Penadés maneja dos hipótesis centrales sobre la causa: considera que la “trama” es liderada por Mastropierro que busca mostrar que es capaz de sacar del ruedo al principal senador del gobierno; y una alerta que le llegó a través del llamado de un importante dirigente del Frente Amplio, quien le señaló que detrás de las acusaciones “hay narcos del Cerro”.

Un invento

Oriundo de Lavalleja, desde muy joven Mastropierro sabía que no quería trabajar por un salario bajo. Por eso eligió la “vía rápida”, según relató el jueves 6 en el programa “La Pecera” de Azul FM. A su nombre le agregó el apellido Rockefeller e, increíblemente, según contó, todo el mundo le creyó.

Se movía en remises alquilados y así estafó a Unicef Uruguay. Estuvo 20 meses preso por los delitos.

Cuando salió de la cárcel, sabía que no quería tener un trabajo estable con un salario miserable. Ofrecía servicios de compañía en la página Skokka. Luego pasó a un “siguiente nivel”. Ahora participa como “influencer” en las redes sociales junto con un grupo de amigos.

Mastropierro sostuvo que la conferencia de prensa que dio Penadés en el Parlamento fue el detonante de su posterior contacto con Romina Papasso.

Según el joven, Penadés utilizó un edificio del Estado para beneficiarse y negar que salió con menores. “Yo estuve con Penadés. En la primera vez era menor. La segunda no. Ambas fueron por dinero. Mauvezín me contactó a nombre de Gustavo Penadés. Él (Mauvezín) oficia de reclutador. La Fiscalía tiene muchas pruebas contra Mauvezín”, agregó Mastropierro.

El joven sostuvo que en los encuentros Penadés no pedía cédula y señaló que el propio exsenador así lo reconoció en la Fiscalía.

En otro tramo de la entrevista, Mastropierro reconoció que no recibió dinero de Penadés. “No me pagó Penadés. Me pagó Mauvezín en efectivo. Yo tenía 17 años”, expresó.

Mastropierro dijo que no es uno de los nueve denunciantes sino que es testigo en la causa. Luego insistió en que en el segundo encuentro mantenido con el parlamentario tenía 20 años y en el mismo también participó un menor. “También nos contactó Mauvezín”, explicó.

Reconoció que sacó la foto de Penadés apretándose el cinto del pantalón en una habitación, pero no la imagen del legislador ingresando a un cajero automático. Esa foto, agregó, la sacó el adolescente.

“Generalmente sacamos fotos o enviamos nuestra ubicación en tiempo real como medida de seguridad”, dijo.

Mastropierro negó la existencia de una trama detrás de las denuncias como sostiene Penadés. “Los nueve denunciantes no tienen contactos entre sí. No los conozco ni se conocen entre ellos”, expresó el joven.

Penadés tiene otra hipótesis. Consideró que esos jóvenes -al igual que Sebastián Barbieri Franco que murió de seis disparos en el pecho frente a una “boca” de drogas- son dirigidos por Mastropierro, quienes “los reclutó y los adoctrinó” para que testificaran en su contra.

Mastropierro insistió en que ya pagó sus deudas con la Justicia y sus causas están cerradas. Y con respecto a sus autos costosos -primero tuvo una camioneta BMW y ahora una Jeep-, el joven explicó: “Me ha ido bien (como influencer en redes sociales). Tengo una pareja de 83 años. Tiene buen nivel de vida. Lo quiero un montón. Gracias a él tengo buena educación y un apartamento”.

Mauvezín: “No conocí al joven víctima de homicidio”

Sebastián Mauvezín, uno de los investigados en el caso Penadés y exdocente del Liceo Militar, salió al cruce de los dichos de Romina Papasso sobre que conocía al joven Sebastián Barbieri, de 17 años, asesinado de seis disparos el 17 de abril pasado.

Mauvezín dijo a El País que Papasso expresó que habían chats que vinculaban al profesor con la víctima. “Nunca estuve con ese joven. No lo conozco. No tengo idea de los motivos de su fallecimiento. Si hay chats que (Romina) los presente y vamos a pedir una pericia de los mismos”, insistió el docente.

La Fiscalía también habla de esa muerte porque Barbieri pensaba presentarse a denunciar a Gustavo Penadés y a Mauvezín. “Preguntamos (a la Fiscalía) si nos estaban relacionado con el crimen. Desde la Fiscalía se dijo que era un factor contextual. No nos supieron explicar qué significa eso. Con esos dichos golpean a la gente. Es una pesadilla”, expresó el docente. Mauvezín sostuvo que en el caso “hay una madeja de mentiras” y agregó que pretende desentrañarla para llegar a la verdad. Expresó que ha sido objeto de “calumnias” sobre su persona que lo han afectado al punto tal de perder su trabajo en el Liceo Militar. Además del daño generado a su entorno familiar y de amistades, Mauvezín sostuvo que “vive una tragedia” desde el 29 de marzo pasado cuando en las redes sociales difundieron su foto como nexo de explotación sexual de menores. “Eso me pasó de forma totalmente injusta porque no tengo nada que ver con lo que se me acusa”, señaló.

Usted es señalado de actuar de nexo entre Penadés y menores de edad. ¿Qué dice al respecto?

Eso es totalmente falso. Se ha pergeñado toda una gran trama respecto que yo le ofrecía menores a Penadés. Hay contradicciones en las personas que declararon en las últimas semanas. En un principio decían que el tercer miembro del primer encuentro (de Penadés) era un menor de edad (se refiere a los dichos del joven Jonathan Mastropierro). A las 24 horas esa persona (Mastropierro) se desdijo. Era un mayor de edad. Yo nunca en mi vida fui nexo de nadie.

Lo vincularon con un menor que fue asesinado y usted negó conocerlo. ¿Por qué no hizo una denuncia por difamación e injurias?

Con mi abogado (Juan Carlos Fernández Lecchini) vamos a tomar cartas en el asunto después del proceso. El problema que este tipo de delitos son difíciles de impulsar en Fiscalía porque no los tiene como prioridad.

Cuando comenzó el caso surgieron supuestos chats suyos donde usted concretaba encuentros.

En los chats se decía que el chico no tenía trabajo. Entonces se me ponía como un monstruo explotador. Los chats eran falsos. Estamos esperando la pericia. De mi celular no salieron. Nunca tuve esa cuenta (de Instagram).

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