Emiliano Soravilla: "Lo de las horas extras en Montevideo es peor que en Artigas"

Con 37 años, Emiliano Soravilla es el jefe comunal más joven del país y en la historia de su departamento. En diálogo con El País, el jerarca habló de Pablo Caram, Valentina Dos Santos y del caso de corrupción por el pago de horas extras irregulares en la comuna del norte del país. Asimismo, cuestionó la postura del Partido Nacional, al que reprochó no haber brindado respaldo político ni personal a los referentes de Artigas.

-¿Cómo empieza su militancia política? ¿Viene de familia de tradición blanca?

-De la familia de mi padre siempre han sido del Partido Nacional. No eran militantes, por ideología. Mi madre viene de una tradición colorada. Pero no era una familia de hacer política. No hubo ninguna imposición con cuadros de Aparicio Saravia. Simplemente sabía que mi padre era blanco y mi madre colorada.

-¿Cómo se empieza a involucrar en política?

-Fue a los 100 años de la Batalla de Masoller, en 2004. Toda la mística que había. Era adolescente y empecé por mi cuenta a interiorizarme. Me atrapó por la parte histórica del partido, la revolución. Después comencé a descubrir la figura de Wilson (Ferreira Aldunate). Siempre fui muy de la lectura y de investigar. Y me fui acercando.

-Jorge Larrañaga era la principal figura del Partido Nacional en 2004.

-Era y también estaba asociado a Wilson. Pero no tenía una simpatía por la figura de ese momento. Lo más cercano me resultaba Wilson. En el liceo estábamos tratando la dictadura y me atrapó eso. Después, en 2006, me vine a hacer Derecho a Montevideo. En la facultad tienes más contacto, está todo más politizado, pero tampoco fui a full CGU o de la militancia de la juventud blanca. Siempre voté al Partido Nacional, pero mantuve una postura de análisis propio. Tuve alguna participación, menor. Recuerdo que fui a una de las primeras reuniones de Martín Lema cuando se empezó a armar Aire Fresco.

Foto: Estefanía Leal/El País.

-¿Qué pasó después?

-Los dos últimos años de la carrera viví en Punta del Este, trabajando. Después tomé la decisión de volver a Artigas para ejercer allá (es escribano público). Justo llegué en mayo de 2015 y por vínculos de amistad me convocaron para trabajar con ellos Pablo Caram y Valentina Dos Santos. Así arranqué como secretario en el despacho más desde un rol técnico.

-¿Qué representan hoy dos figuras como Caram y Dos Santos para el intendente de Artigas?

-Fueron los puntales en el ejercicio de la política activa. Empecé con ellos.

-¿Son sus referentes?

-Más que referencia son el equipo de trabajo con el que he hecho política. No he hecho política con otra gente. Empecé como un técnico y se fue generando confianza. Con el tiempo comencé a tener un perfil más político, pero siempre con el liderazgo de ellos. Pablo era el intendente y Valentina era la directora general, con proyección a la diputación. Pablo fue el primer intendente reelecto de la historia de Artigas. En la primera gestión (2015-2020) hubo una transformación en infraestructura y obras. La gente en el interior eso lo valora muchísimo.

-¿Qué valoración hace del segundo gobierno de Caram?

-No hubo tanta transformación. El impacto fue mucho mayor a nivel infraestructura en el primero. Había una emergencia y el cambio se notó mucho. En el segundo no hubo tanta obra y después vino toda la situación que conocemos, que modificó toda la configuración. Pero de todas maneras Caram como figura política en Artigas fue el intendente mejor votado de la historia y el único reelecto.

-Mencionó recién el caso de las horas extras. A nivel local quizás era conocido, pero a nivel nacional fue usted el que salió a dar entrevistas cuando el escándalo. ¿Se empezó a gestar ahí su candidatura a la Intendencia?

-Tengo un poco más de habilidad para hablar, para expresarme. Quizás ese fue el puntapié inicial. Pero desde mi perspectiva personal, íntima, nunca pensé en ser intendente. No estaba en el corto ni en el mediano plazo.

-¿El caso de las horas extras adelantó procesos?

-Claro, las circunstancias me llevaron a mí, pero básicamente por el impedimento de Valentina de ser la candidata. Era Pablo diputado y Valentina intendente. Me tocó ser las dos cosas. Hay confianza de ellos en mí, pero también la gente veía el equipo y al no estar ellos, conmigo había de alguna manera continuidad.

-El pago irregular de horas extras dejó instalada la idea de que en Artigas hay clientelismo político. ¿Qué opina?

-La visión que se tiene desde Montevideo, en función de las intendencias del interior, es muy distinta a lo que se vive en la ciudad. El tema de los familiares; prácticamente todo el mundo es pariente en el interior. Es muy difícil que no tengas ningún tipo de vínculo de cercanía o que la contratación de una persona no termine interpretándose como un clientelismo. Porque básicamente la gente de confianza que uno tiene alrededor, si no es tu familia, son tus amigos más cercanos. Los gobernantes recurren a gente de su confianza. La distancia que hay entre Artigas y Montevideo hace que lo que llega a la capital sean ese tipo de noticias. Y va quedando la imagen de que somos una tribu de indígenas que hacemos solo macanas. En realidad es porque no conocés, no fuiste, no ves la realidad. Si yo te digo hoy que Pablo Caram es un tipo sumamente querido y respetado en Artigas, vos capaz que no me crees. Porque acá la imagen es de una condena y lo mismo Valentina. La popularidad de Valentina es impresionante en Artigas. No hubo afectación por la condena y eso en Montevideo es difícil de asimilar. Pero es una realidad.

-¿Por qué pasa eso?

-En Artigas el despacho del intendente es la primera pieza al entrar a la intendencia. Es muy cercana la relación. Hablar conmigo es lo más fácil del mundo. No me imagino en Montevideo que vos, como ciudadano, te vayas a encontrar o tengas la posibilidad de hablar con el intendente de Montevideo a cada rato. Hay una distancia. Por más que el intendente sea cercano, la distancia existe. Y en el interior, no. En el interior el conocimiento personal del intendente supera al cargo.

-¿Eso no es lo que genera discrecionalidades? ¿Qué el conocimiento personal del intendente prime por sobre lo institucional?

-Las discrecionalidades están permitidas por los caminos que hay.

-En el caso de las horas extras hubo una condena judicial. Hubo delitos asumidos por Caram y por Dos Santos.

-Existió una asociación que es equivocada. El delito de Valentina y la condena no tienen nada que ver con las horas extras.

-Fue por usurpación de funciones.

-Daba órdenes directamente a los funcionarios (de la Intendencia) siendo diputada. Pero no está en la órbita del expediente de las horas extras. No es que mandaba dar horas extras. Daba otras órdenes. Le pedían arreglar una calle y mandaba al director de Obras. En el caso de Pablo el delito es por omisión de denunciar. El fiscal dijo que debió haber denunciado antes (las irregularidades). Pero él en realidad denunció conmigo cuando terminó la investigación administrativa.

-¿Se puede determinar cuánto dinero fue pagado por horas extras irregulares?

-Es lo más difícil de determinar. En el caso de Stefani Severo sí, pero en el global no. El eslogan fueron US$ 8 millones, que fueron todas las horas extras que se pagaron durante el período a todos los funcionarios.

-¿Cree que es algo común en otras intendencias esa forma de gestionar que terminó en la Justicia?

-Sin ir más lejos Montevideo. Están en plena discusión por asignaciones de horas extras y compensaciones. Creo que si uno mira en Montevideo, es peor que en Artigas.

-¿En la asignación de horas extras?

-Mirá los volúmenes. No sé qué investigación se está haciendo. No tengo elementos para decirte que es peor, pero estamos hablando de millones de dólares. No vas a comparar una intendencia con la otra, pero tienen compensaciones, pagan horas extras. Había funcionarios de un casino cerrado que cobraban horas extras. Puede haber una explicación o no, pero esas cosas pasan en todas las intendencias. En Artigas hubo un caso que derivó en la condena de un intendente. No es fácil llegar a eso, hubo una cuestión política de fondo.

-¿Hubo corrupción de parte de Caram y de Dos Santos?

-Los delitos de ellos no implican corrupción. No fueron hechos por los que se beneficiaron a título personal. La corrupción en cualquier caso fue de Severo que se benefició y recibió dinero que no debía.

-¿Cómo cree que trató el Partido Nacional el caso?

-A partir de que hubo un acuerdo abreviado en el que se reconoce un delito el partido no tenía mucho para hacer. Quizás uno hubiese esperado algo más cercano. Que vayan a Artigas, que vean la situación. Hasta aportar en la estrategia comunicacional. La gente de Artigas interpreta que hubo una mala reacción del partido. Falta de respaldo político y personal. Una especie de abandono. Sin embargo, tampoco se abrió mano de ese caudal electoral. A Valentina la inhabilitaron para ser candidata, pero caminó conmigo toda la campaña. Y los votos estuvieron. No son para nada despreciables esos votos para el partido.

-¿Dos Santos va a ser candidata en las próximas elecciones?

-Ella manifiesta la intención de ser candidata. Ella sí se trazó un camino político y supongo que en la próxima va a querer ser. Lo mío son cinco años.

-¿La ve como una líder de los blancos que se proyecta a nivel nacional?

-No sé. No sé si quiere. Es muy localista, muy de la ciudad y el departamento.

-A nivel nacional,¿la presidencia de Yamandú Orsi cómo la ve en los meses que lleva?

-Hay que darle tiempo. Más allá de que pertenezco a otro partido y hay diferencias ideológicas, viene mejor de lo que la gente creía. Me pasó a mí también. Esa especie de subestimación o la idea de que va a ser una persona manejada por otra. Que no tiene personalidad y está llevando muy bien esa situación. Parece tener más decisión de la que muestra.