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Contrarreloj para obtener la Credencial; aún quedan 6.000 personas por registrarse

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Hay que cultivar la paciencia para realizar los trámites y poder votar en las próximas elecciones. Foto: Leonardo Mainé

TODO A ÚLTIMO MOMENTO

Hoy a la medianoche vence el plazo para inscribirse en la Corte Electoral.

Es domingo de mañana, penúltimo día antes que venza el plazo para inscribirse para poder votar en este período electoral que se inicia con las elecciones internas. Hasta ayer se habían registrado más de 256.000 personas, y faltaban unas 6.000 de acuerdo a datos proporcionados por la Corte Electoral, que ya sabe que hoy será un día mucho más intenso y que no todos los que faltan llegarán a tiempo para inscribirse. Durante el fin de semana, se realizaron 1.484 trámites.

La imagen dentro del organismo es la antítesis del estereotipo que retrata a los funcionarios como lentos y desganados. Todos ellos (y ellas, claro) aparentan estar tomados por el estrés que sobreviene cuando hay mucho por hacer y poco tiempo para hacerlo. Recién allá al fondo, entre tres curtidos funcionarios que ya vivieron muchos últimos plazos, aparece esa imagen tan despectiva del empleado público: sentados y tomando mate. Pero es un espejismo que se disuelve enseguida. Entre un bullicio del cual es imposible abstraerse, el mate es más un estímulo para ir y venir en esa oficina grande y deslucida, que un compañero de apacibles charlas y anécdotas.

Afuera, sigue siendo domingo de mañana y la cola es un desparramo de gente. Aproximadamente un centenar de personas espera por su turno. Si no fuera porque no hay ni una hoja de pasto, la imagen podría ser la de picnic, con gente sentada comiendo algo y niños correteando para paliar el aburrimiento mientras algún adulto hace el trámite.

Para hoy se esperan largas colas frente a la Corte Electoral. Foto: Leonardo Mainé
Para hoy se esperan largas colas frente a la Corte Electoral. Foto: Leonardo Mainé

Rodrigo (22 años) tiene a sus dos hijos (2 y 4) en plena ebullición. Su pareja acaba de entrar a la oficina y mientras manotea para evitar que sus dos varones se vayan demasiado lejos o se lastimen, dice que si fuera por él, no votaría. No le interesa la política, agrega. Pero el desinterés es relativo. Conversando, aparecen opiniones bastante definidas. "Siempre estuvo el Frente Amplio en el gobierno", dice desde su perspectiva, y añade que le gustaría que haya un cambio "por cómo está el país". "Hay cada vez menos trabajo, y si supiera que me puedo llevar a toda mi familia a España, lo haría", comenta. Para él, lo más importante es el trabajo y la inseguridad. Dice que si hubiese un partido que le asegurase que habrá trabajo y menos delincuencia, lo votaría. "Pero no sé. Por ahora no me convence ninguno. Y si eso sigue así voy a volver a votar al Frente", dice mientras sigue forcejeando con sus hijos.

Una pareja que reservó agenda por la web y ya hace media hora que entró, sale corriendo de la oficina, papeles en mano. Los dos felices porque recién es mediodía y tienen varias horas por delante para hacer otra cosa que esperar en una oficina por un trámite. Se van rápido, abrazados.

Los hermanos Facundo y Franco, de 19 y 18 años respectivamente, también están por irse. Uno de ellos ya completó el registro y le sacó hora al otro. Ahora solo falta el trámite en sí, que lleva entre 15 y 20 minutos. Ellos, como Rodrigo, no conocen otro gobierno que no sea del Frente Amplio, pero a diferencia del primero, ya saben que no votarán al oficialismo. "Sartori es lo más nuevo, pero todavía no nos decidimos. Lo más probable es que votemos a alguien del Partido Nacional", dice Facundo y Franco asiente.

Fernando Vergara, secretario de la Corte, mira hacia afuera y se lamenta que no haya más gente. "Hoy tendría que haber mucha más. Pero es domingo. La gente se queda en su casa, con la familia, o ya se fue para afuera. En los primeros turnos, que arrancan a las 8.30, de los que estaban agendados faltaron 15%. Y en los turnos de las 11 y 12.30, faltaron 25% de los que estaban anotados". No todos hicieron la reserva online. En la desordenada cola hay personas con el papelito amarillo que le dieron días pasados, esperando para entrar. Uno de los funcionarios, que dice que lleva casi 40 años en su puesto de trabajo, va buscando a esas personas, para avisarles que tienen que entrar. También se fija si hay embarazadas y madres o padres con bebés en brazos para hacerlos entrar antes.

"Los demás, si quieren seguir esperando pueden hacerlo. Si no, mañana es el último día", vocifera. A un muchacho joven, con un porro bien gordo entre los dedos, parece gustarle la idea de irse a disfrutar del domingo y volver al otro día. Pero antes le pregunta a ese mismo funcionario: "¿Y más o menos a qué hora me recomienda venir para hacer el trámite? ¿Está bien a eso de las 6 de la mañana?". La Corte empieza a atender a partir de las 8 de la mañana y trabaja hasta la medianoche.

El funcionario lo mira con gesto de incredulidad: "¿A las 6? Estás loco. Mejor vení a la medianoche". "¿A la medianoche?", pregunta el joven y ahora es él el que lleva la incredulidad en el rostro. "Sí. Cuanto antes mejor. La cola va a dar vuelta varias veces a la manzana. Traete algo para sentarte, abrigarte y comer", recomienda el veterano. El muchacho lo medita unos segundos y vuelve a la cola. Parece pensar que es mejor seguir aguardando, y no tener que volver a la medianoche para una maratónica espera.

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