Cada cinco años se renuevan los integrantes del Parlamento y se suele recurrir a frases como el fin de una era o la llegada de una nueva etapa para describir lo que allí ocurre. Sucedió, sin ir más lejos, en febrero de 2020 cuando luego de 15 años de gobiernos frenteamplistas asumían la mayoría en ambas cámaras legisladores blancos, colorados, cabildantes e independientes.
Este sábado, cinco años después, también se dará un giro -con el retorno del Frente Amplio al poder-, pero uno inédito que abre la interrogante de cómo será verlo en la práctica: la falta de mayorías. Por primera vez, el Frente Amplio deberá gobernar sin tener mayorías absolutas en el Parlamento. Sí la tendrá en el Senado -donde alcanzó 16 de las 30 bancas-, pero no en Diputados -donde ocupará 48 de los 99 escaños.
El desafío, planteado desde el último domingo de octubre cuando se conocieron los resultados electorales que marcaron el nuevo Parlamento, ya ha sido tomado tanto por frenteamplistas, para intentar tender puentes con los partidos que integran el oficialismo actual, como por legisladores blancos y colorados para intentar que los dos diputados de Cabildo Abierto y los dos de Identidad Soberana actúen como un bloque opositor, algo lejos de suceder, al menos en estas horas.
El nuevo Parlamento que asume hoy tendrá un Senado con 16 legisladores del Frente Amplio, nueve del Partido Nacional y cinco del Partido Colorado. Y una Cámara de Representantes con 48 diputados frentistas, 29 del Partido Nacional, 17 del Partido Colorado, dos de Cabildo Abierto, dos de Identidad Soberana y uno del Partido Independiente.
A diferencia de lo que ocurrió en 2020, la cámara alta ya no está representada por cuatro partidos debido a que Cabildo Abierto perdió su representación. Y en la cámara baja también se redujo el número de partidos políticos que alcanzaron una banca ya que la inédita llegada de Identidad Soberana se dio al mismo tiempo que el Partido de la Gente y el Partido Ecologista Radical e Intransigente perdieron sus lugares.
Otro elemento que tampoco será similar en este nuevo período legislativo es que diferente a lo que sucedió cuando Luis Lacalle Pou asumió en marzo de 2020 como presidente, en el inicio de la 50ª legislatura no está previsto que se vaya a presentar una nueva Ley de Urgente Consideración. Ni tampoco una iniciativa legal que pretenda abarcar en un único proyecto distintos lineamientos para las diversas áreas del Estado. El presidente electo, Yamandú Orsi, descartó llevar adelante una propuesta de este tipo y, de hecho, si quisiera hacerlo se encontraría con un más que desafiante escenario en la cámara baja.
De todos modos, está previsto que luego de este fin de semana, ya con los legisladores entrantes en sus funciones, se comience a trabajar en los proyectos que para el Frente Amplio serán prioritarios aprobar en los primeros días de su gobierno.
Orsi se lo pidió específicamente a cada uno de los ministros designados. El mandatario electo les solicitó que los futuros secretarios de Estado le envíen desde ya las prioridades que impulsarán desde cada ministerio y si requieren de aprobar o modificar leyes para así poder iniciar su tratamiento.
A su vez, a nivel parlamentario varios legisladores confirmaron a El País que ya se están dando intercambios y primeros sondeos para conocer la postura sobre diferentes temas. Y así encaminar acuerdos que permitan alcanzar el voto 50 en Diputados. Una de las señales más evidentes la ha dado el diputado por Cabildo Abierto Álvaro Perrone que desde los resultados electorales de octubre de 2024 dejó abierta de forma explícita la posibilidad para acompañar iniciativas impulsadas por el futuro gobierno de Orsi si está de acuerdo con ellas.
También existen contactos a nivel del Senado donde el Frente Amplio viene conversando, por ejemplo, con el líder de Vamos Uruguay, Pedro Bordaberry, quien este sábado presentará 17 iniciativas legislativas. Según indicaron a El País fuentes políticas, “es una posibilidad” lograr acuerdos en temas puntuales que permitan al senador colorado contar con el respaldo de los frentistas para sus iniciativas y que también propuestas del gobierno tengan el aval de diputados colorados en la cámara baja.
“Estamos obligados a negociar, pero también es una oportunidad”, dijo un senador frenteamplista. Con esa frase resumió cómo varios legisladores de todos los partidos políticos están viendo el escenario que quedó plasmado en el Parlamento. Una oportunidad, por ejemplo, para que diputados que por sí solos no contarían con los votos suficientes para aprobar proyectos de ley se vuelvan determinantes para que los partidos mayoritarios saquen adelante sus propuestas.
Lejos del tercio
La denominada “ley de cuotas” aprobada en 2009 se propuso establecer, y de alguna manera exigir, que al menos un tercio de los legisladores que conforman tanto el Senado como Diputados sea ocupado por mujeres. Para ello, cada lista debió armar ternas donde al menos hubiera una mujer aspirando a ser votada por la ciudadanía.
Luego depende de cada agrupación definir qué lugar ocupará y con ello qué tantas posibilidades tiene de resultar electa, en función de los votos que reciba el espacio.
El resultado aún sigue sin alcanzar el objetivo ya que, aún con mejoras, el nuevo Parlamento tendrá nueve senadoras y 28 diputadas, poco más del 28% del total de legisladores.
De todos modos, este porcentaje implicó un crecimiento con relación a la actual integración del Parlamento que se ubicó en poco menos del 20%.
Los detalles del inicio que tendrá la 50ª legislatura
El cronograma del inicio de la 50ª legislatura marca el comienzo de las actividades para las 13:30 horas. En ese momento se iniciará la sesión en la Cámara de Representantes con la asunción de los diputados y la elección del presidente de la cámara baja, Sebastián Valdomir, que dará su discurso a las 16:30. A las 17 horas será la sesión en la Cámara de Senadores y a las 18:30 la sesión de apertura del período legislativo de la Asamblea General. Luego se hará el tradicional desfile militar.
¿Qué implica no tener mayorías en Diputados?

En la lógica parlamentaria el Senado tiene una mayor incidencia que Diputados. En la cámara alta, por ejemplo, es donde se debe contar con la mayoría de los votos para lograr el nombramiento de los miembros de los directorios o directores generales, y los cargos de carácter político o particular confianza. Por ello, entre octubre y noviembre, mientras los entonces candidatos a la Presidencia, Yamandú Orsi y Álvaro Delgado, debatían uno de los puntos claves en los que hacía hincapié el Frente Amplio era en la falta de gobernabilidad que tendría el postulante blanco si era electo mandatario por no contar con la mayoría en el Senado.
De todos modos, el hecho de ser minoría en la Cámara de Representantes le implicará un desafío importante al Frente Amplio para poder aprobar proyectos claves para su gestión como son la Ley de Presupuesto y las sucesivas rendiciones de cuentas. También para cualquier proyecto de ley requerirá la aprobación de ambas cámaras.
Incluso, el gobierno está expuesto a que Diputados pueda iniciar el proceso de censura para alguno de sus ministros, si bien luego se resuelve en la Asamblea General donde la coalición de izquierda tiene los votos suficientes para respaldar a sus miembros.
Este escenario coloca en una situación clave al líder de Identidad Soberana, Gustavo Salle, ya que su partido tiene dos bancas y es la llave que permite que tanto el Frente Amplio como la Coalición Republicana alcancen el voto 50.
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