Adrián Peña, el hombre clave que elaboró el fenómeno Talvi y que defendía un batllismo “con igualdad de salida"

Empezó a militar con Jorge Batlle, pero ganó notoriedad a partir de su apoyo a Bordaberry; fue clave para la creación de Ciudadanos e incluso su nombre se manejó como candidato a presidente

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Adrian Peña
Adrian Peña
Foto: Leonardo Mainé

"Jorge Batlle decía que le gustaban las carreras de caballo porque todos salían del mismo lugar. El socialismo es igualdad de llegada: lo mismo para todos. El batllismo es desarrollo del individuo desde una igualdad de salida. Ese es el Partido Colorado para mí, y por eso es que creo que Ciudadanos debe tener su expresión en las elecciones de 2024". Así definía su pensamiento político Adrián Peña hace un año, en abril del año pasado, en la última entrevista que se le realizó para El País.

Oriundo de la localidad canaria de San Bautista, había empezado a militar muy joven a nivel departamental, a los 14 años, de cara a las elecciones de 1989, justamente en la lista 15 de Jorge Batlle. Lo mismo hizo en las elecciones de 1994, en la que Julio María Sanguinetti fue electo presidente y Batlle quedó segundo dentro del partido; y en 1999, cuando el fallecido exmandatario finalmente logró la Presidencia. Su primera postulación a un cargo público llegaría un año después, cuando intentó ser edil de Canelones apoyando la candidatura a intendente de Eduardo Chiesa.

Rumbo a 2004, en tiempos de un batllismo muy debilitado por la crisis, también apoyó a la lista 15, que impulsaba al exministro del Interior, Guillermo Stirling. Y en 2009 se integró en Canelones a Batllismo Unido, que apoyó la candidatura del exsenador Pedro Bordaberry. Por ese entonces también fue electo miembro del Comité Ejecutivo Departamental del Partido Colorado.

Peña, que murió en la madrugada de hoy a la edad de 48 años en un accidente de tránsito, intentó ser diputado en las elecciones de 2009 como integrante de la lista 11, pero no lo logró. Llegaría a la Cámara de Representantes recién luego de las elecciones de 2014, ya siendo parte de la agrupación Vamos Uruguay de Bordaberry, liderando la lista 10 de Canelones. Desde ese entonces su carrera política se vio sensiblemente potenciada, incluso llegando a ser electo, por unanimidad, secretario general del Partido Colorado.

El exministro cultivó un perfil dialoguista dentro del Parlamento y fue uno de los que acompañó a Vamos Uruguay hasta que Bordaberry anunció su renuncia a la actividad política, durante la pasada legislatura. Casi que desde entonces empezó a trabajar para un nuevo sueño, un sector propio que impulsara a un outsider que pudiera ser la renovación para los colorados (el economista Ernesto Talvi). Ciudadanos, además, era para Peña volver a las raíces de su pensamiento ideológico. Él concebía al partido como una fuerza política que pudiera ser liberal y al mismo tiempo progresista, y este era el mantra que Talvi siempre repetía.

Armó una estructura en todo el país y esta fue clave para hacer que un profesional prestigioso pero para muchos desconocido, se convirtiera en alguien sumamente popular. Peña estaba en las sombras del proyecto político que fue un pilar para el triunfo de la coalición de gobierno, porque este progresismo liberal permitió en octubre de 2019 que desencantados del Frente Amplio cruzaran el charco hasta el Partido Colorado, y también evitó un derrumbe por la fuga de votos que podría haber significado la aparición de Cabildo Abierto.

La salida de Talvi, en 2020, primero de la Cancillería y luego de la política en general, lo terminó poniendo en el centro de la escena. Se convirtió en la voz de Ciudadanos, y de los colorados junto a Sanguinetti, ante el presidente Luis Lacalle Pou; y también en ministro, siendo el primero en dirigir la cartera de Ambiente.

Adrián Peña
Adrián Peña.
Foto: Fernando Ponzetto

El cargo lo ostentó hasta enero de 2023, a pocos días del jueves en que el semanario Búsqueda advirtiera que, sin serlo, se había presentado como licenciado alguna vez, pero sobre todo había dejado que otros le atribuyesen ese título. Presidencia de la República lo respaldó, porque Peña mostró su escolaridad y dijo enseguida que había terminado la carrera en 2022, mientras ya estaba al frente del ministerio. Pero al domingo siguiente Búsqueda informó que, según fuentes de la Universidad Católica, Peña en realidad no estaba recibido. Un mes después, El País contó que el curso de seis días que el líder de Ciudadanos supuestamente no había hecho, lo había culminado en realidad hacía 18 años y no lo recordaba.

Tras esto el presidente Luis Lacalle Pou dijo que estaba en su derecho de volver al cargo de ministro si así lo deseaba, pero este declinó el ofrecimiento con los ojos ya puestos en la campaña, y reconociendo también que nunca había corregido a quienes alguna vez lo habían presentado como licenciado.

“El hecho importante, por el cual yo renuncio, es por mi falta original, no porque me faltaba un curso de seis días. Para mí lo de los seis días, que luego se confirmó que no faltaba, era marginal. El otro había sido sí un error ético y moral. Sin embargo, la presión de la opinión pública, la social, la de la prensa, fue por el curso de los seis días. Cuando apareció, la presión desapreció. Pero la falta fue la primera”, dijo en la entrevista que dio a El País en abril del año pasado.

Tras este escándalo, incluso, el nombre de Peña se manejó como el del posible precandidato de Ciudadanos. Sin embargo, luego de intensas negociaciones el sector apostó a Robert Silva, que reconoció al exsenador como un hombre clave tanto a nivel humano como político de cara a las elecciones de este año. “Es un golpe durísimo”, declaró el expresidente de la ANEP a El País.

La política, sin embargo, era para Peña solo un aspecto de su vida, pues nunca dejó, ni cuando fue ministro, su actividad privada como empresario avícola.

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