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Entrevista

Peña reconoce “error infantil” con el título, pide mesa de coordinación en la coalición y responde a Bordaberry

"Se evidencia la necesidad de diálogo en la coalición", dijo el exministro.

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Por Pamela Díaz y Carlos Tapia
Luego de la polémica por su título, el exministro de Ambiente asume mañana la coordinación de la bancada de Ciudadanos y el martes retorna al Senado. En esta, la primera entrevista que da tras ausentarse de la esfera pública por dos meses, habla de la necesidad de instalar una mesa de coordinación en la coalición, dice entender los planteos de Manini en cuanto a la reforma de la seguridad social, se refiere a las críticas que recibió de Pedro Bordaberry y también a la posibilidad de ser precandidato. También se refiere a Sanguinetti y a su rol como secretario general del partido, cuya designación originó la mayor pelea que tuvo con Talvi.

-¿Le entregaron el título?

-El diploma está siendo tramitado en el MEC. Estoy a la espera. Pero ya puedo firmar y trabajar como licenciado.

-Luego de la investigación que usted hizo, que terminó con la confirmación por parte de un profesor de que sí había cursado la materia que la Universidad Católica decía que le faltaba, la institución señaló un error suyo al momento de hacer un trámite que lo habilitaba como inscripto al curso…

-En este proceso hubo errores y aciertos de todos. Pero sí hubo un error administrativo y burocrático de la universidad. También es cierto que hubo una omisión mía al no ser lo suficiente celoso en la realización de los trámites, por no exigir toda la escolaridad e irla revisando. Aunque si el estudiante fue a todas las clases, siguió el curso, tuvo una nota de Muy Bueno, claramente debería estar inscripto. Me quedo con lo bueno, en el sentido de que la Católica fue por la verdad. Después que yo presenté la evidencia me dijeron “vamos a buscar el acta”.

-No había otra alternativa…

-No lo sé. La universidad podría haber dicho que no accedía a hacer ese trámite, que ya habían pasado 17 años. Podrían no haber encontrado esa acta. Asumieron un costo. Y eso habla bien de ellos. No estoy enojado.

-La carrera, entonces, finalmente la había terminado, pero también es cierto que se presentó como licenciado antes de su culminación...

-Ese fue el mayor error. En este tema está lo más importante y lo que luego se percibe como importante por la sociedad, las redes sociales o la prensa. El hecho importante, por el cual yo renuncio, es por mi falta original, no porque me faltaba un curso de seis días. Para mí lo de los seis días, que luego se confirmó que no faltaba, era marginal. El otro había sido sí un error ético y moral. Sin embargo, la presión de la opinión pública, la social, la de la prensa, fue por el curso de los seis días. Cuando apareció, la presión desapreció. Pero la falta fue la primera.

-¿Sigue reconociendo, entonces, una falta moral y ética?

-Claro que sí. Y ese es el motivo de mi renuncia. Y eso me gustaría que valore la sociedad. No que había hecho el curso y se traspapeló por un tema burocrático. Un ministro de estado de este país renuncia por haber cometido un error. Se va a su casa sin nada y desde su casa logra demostrar que sí hizo el curso. Porque estas cosas no pasan en casi ninguna parte del mundo. Este episodio me hizo acordar al primer capítulo de la serie danesa Borgen. Allí el primer ministro renuncia porque le paga una cartera a su señora con la tarjeta que era para uso del primer ministro. Se va, vuelve al Senado y luego vuelve a ser primer ministro. La sociedad le valora como actúa en ese caso. El error estuvo y yo pagué con lo más alto que podía pagar, que era mi cargo de ministro. A mí nadie me pidió la renuncia. Nadie en el partido. Nadie en mi sector. Ni el presidente. Todos entendían que era exagerado renunciar por eso. Y hoy pasado el tiempo todos estos temas están superados: el presidente me pidió que volviera, el partido cerró el capítulo, por el sector estoy volviendo el martes al Senado. A quien más le ha costado reconciliarse consigo mismo es a mí. Yo sentí esa falta. Cometí un error. Estoy pasando el duelo, estoy enojado conmigo. Un error estúpido, infantil, pero aún no me lo perdono. Todo el mundo me lo perdonó, pero yo todavía no lo logro.

-Durante este tiempo dio un paso al costado en la coordinación de Ciudadanos, pero mañana vuelve a ese lugar…

-Sí, era un momento oportuno para mantener un respiro, porque además la coordinación tiene una carga muy fuerte de trabajo, de horas, de conexión con los lugares que ocupamos en el gobierno. Pero vuelvo el martes para una reunión de bancada (de cara a la votación de la ley de tenencia compartida).

-¿Qué rol piensa tomar en el Parlamento, luego de haber pasado por el Ejecutivo? ¿Se ve como un interlocutor?

-Ese es en realidad el rol que tuve cuando fui Senador. Yo estuve cuatro meses en la cámara antes de ser ministro. Me tocó ser el coordinador del partido. Trabajé mucho en la LUC. Negocié casi 50 artículos con el FA, que terminaron votando. Se me da naturalmente el rol de la negociación, de la mediación. Y seguramente en la etapa que viene estaré atento en generar acuerdos a nivel legislativo con el resto de la coalición, pero también con el FA.

-¿Cómo ve el debate que se está dando en cuanto a la reforma de la seguridad social y la posición contraria a votar por parte de Cabildo Abierto?

-Primero quiero destacar el rol activo que ha tenido el Partido Colorado con la reforma. Aportamos hasta en la última instancia, en la que se presentaron más de 40 propuestas, y muchas de ellas se tomaron. El partido está cumpliendo con el compromiso de acompañar este proyecto. Esto está unido a nuestro histórico sentido de la responsabilidad. Esta reforma no es simpática, porque es lógico que a la gente le guste jubilarse antes y con más plata. Lo que pasa es que si esto no se hace, el sistema va a caer. ¿Esto puede tener costos políticos? Sí, los puede tener. Pero el Partido Colorado, como lo hizo siempre, está dispuesto a asumirlos.

-¿Cabildo no lo está?

-Para nosotros, como partido, nos es medio extraño ver como se suceden estas conversaciones entre un socio, Cabildo, y el líder de esta sociedad, el Partido Nacional. Lo vemos por televisión. No sabemos qué están negociando, qué se está hablando, si va a haber alguna concesión. No es, sin duda, un escenario deseable. Yo no he estado en las negociaciones y no sé exactamente qué negoció el general Manini con el presidente. Pero sí sé que la reforma tiene sus complejidades y no creo que tenga riesgo la coalición si es que no aparecen los votos. El sentido de pertenencia va a sobrevivir más allá de la crisis.

-¿Y quién tiene la responsabilidad de que se haya llegado hasta este punto?

-Ambos la tienen, pero el que lidera tiene mayor carga, y debe asegurarse de que estas cosas no pasen. En algún punto lo entiendo a Manini. Muchas veces los proyectos de ley, las decisiones, nos llegan demasiados elaboradas, muy avanzadas, en un punto de no retorno. Cuando eso pasa, nos vemos un poco embretados, porque no acompañar determinada propuesta puede ser leído como conspirar contra la coalición, cuando en realidad la responsabilidad es de quien lidera. El líder es el que tiene que hacer que las cosas se trabajen de mejor manera para así llegar a mayores puntos de acuerdo. Desde el primer momento el Partido Colorado reclamó una mesa, una coordinación de la coalición. Estos problemas evidencias que esa mesa era necesaria.

-¿Por qué no se instaló?

-El presidente tiene un estilo de liderazgo por el cual prefiere los relacionamientos mano a mano. Es un estilo exitoso, porque le ha ido bien. No olvidemos que este es el presidente con menor respaldo parlamentario desde el retorno de la democracia, sin embargo ha logrado un apoyo parlamentario inédito. Esto habla de su gran capacidad para conducir este barco. Sin embargo, yo creo que la falta de esa mesa de coordinación se evidencia con estos síntomas. Hay muchos en el Partido Nacional que creen que este es un gobierno blanco. Y este es un gobierno de coalición liderado por el Partido Nacional. Es una diferencia muy grande. Cuanto más sea percibido como blanco este gobierno, menos chance tiene de volver a ganar en 2024. Entonces, sin estar de acuerdo con su posición, sí entiendo dónde se para Cabildo. Lo entiendo porque nos ha pasado..

-Algunos señalan que Manini faltó a su palabra, ¿es así?

-Conozco lo que dijo en la televisión: que está dispuesto a votar la reforma, que entiende su necesidad, pero también que tiene diferencias en cuanto a cómo está planteada. No estoy de acuerdo con lo que plantea Manini, pero entiendo desde el lugar que lo plantea.

-Se señaló que Cabildo podía pedir como moneda de cambio el proyecto de prisión domiciliaria para mayores de 65 años. Es cierto que ellos lo negaron, pero también lo es que se puso como prioritario para trabajar en comisión. ¿Ciudadanos podría apoyarlo?

-No me consta que sea prioritario. Voy a ser presidente de la Comisión de Constitución a partir del martes y nadie me ha hablado de ese tema.

-Desde la comisión (la senadora Graciela Bianchi) se señaló que iba a ser prioridad…

-Hay un montón de temas a tratar y este viene desde hace tiempo. Supongo que igual iba a ser prioritario, porque un socio de la coalición lo está planteando hace mucho. No me consta que sea una moneda de cambio. Desde nuestro punto de vista no puede negociarse un proyecto, cambiando uno por otro.

-¿Lo votaría?

-Nadie me lo ha planteado.

-¿Pero lo votaría?

-El tema está en discusión a nivel de Ciudadanos. Lo hemos trabajado mucho. No hay una posición unánime. Es más, en una bancada de 10 legisladores había cinco con una visión y cinco con otra. Pero este es un tema político. Hay temas en los que hemos dejado a libertad a los legisladores, como tenencia compartida. Acá es distinto, la decisión debe ser del sector.

-Se contemplaría así la liberación de represores de la última dictadura militar…

-Planteado así es difícil de votar. Pero si se generan cambios…

-¿Cómo cuáles? ¿Qué no sean contemplados aquellos que hayan cometido delitos de lesa humanidad?

-Ese no sería tanto el tema, porque procesados por delitos de lesa humanidad en realidad son muy pocos. Pienso más en una consideración general sobre la situación de las personas mayores de determinada edad que están en las cárceles. Hay planteos de especialistas que aseguran que no es conveniente tener en cárceles, y ni que hablar en las nuestras, a personas de determinada edad. Además, esto no significa que la persona queda en libertad, sino que queda recluida en otro lado.

-La pasada semana Pedro Bordaberry escribió una columna en El País manifestando su desacuerdo con la regulación del aborto (aprobada durante el gobierno de José Mujica) y el proyecto de ley de eutanasia. Esto llevó a una respuesta por parte de su autor, Ope Pasquet (Ciudadanos), en redes sociales. ¿Qué opinión le merecen los comentarios de Bordaberry?

-Primero, respeto ante quienes piensan diferente. Segundo, nosotros respaldamos el proyecto de eutanasia y, aunque no era legislador, yo estaba de acuerdo con la despenalización del aborto. Pero uno respeta la opinión, sobre todo si es de Pedro, alguien con quien yo me formé en política y a quien le estoy muy agradecido. Si las discusiones son con respeto, por lo alto, como fue la respuesta de Pasquet, estas son cosas que le hacen bien al partido. Uno no cree en un partido de unanimidades, es mejor la diversidad. Por supuesto, uno también dice, hay tantas cosas para hablar, por qué hablar de proyectos de ley de los colorados. Pero bueno, así se ha dado y hay que vivirlo con naturalidad. La efervescencia le hace bien al partido.

-Bordaberry también ha escrito columnas sobre la salida de Carolina Ache de la Cancillería en medio del caso Marset. Se refirió directamente a Ciudadanos, señalando que se habían “llenado la boca” diciendo que habían levantado “la vara ética”, y que el ministro Francisco Bustillo había pasado por debajo de ella. ¿Eso no le hace daño al partido?

-A mí me cuesta mucho hablar de Pedro, porque gran parte de mi trayectoria en política fue junto a él. Es un tipo del que aprendí mucho. Es un gran trabajador, un gran estudioso de los temas y quién me dio la oportunidad. Desde Pedro Bordaberry las listas en el partido se arman por votos. Nuestro grupo compitió en Canelones, ganó y luego fue en el primer lugar en la lista de diputados de Bordaberry. Antes eso era difícil que se diera. Entonces, a mí me cuesta mucho... Tengo un vínculo afectivo con él y de mucho respeto. Y digo más, creo que estoy en política por él, porque una vez me quise ir y él me retuvo, mucho antes de ser diputado. Si me das a elegir, prefiero el Pedro de talante propositivo al de talante crítico. Pero es subjetivo.

-¿Su eventual regreso implica un movimiento en las actuales alianzas que existen a nivel interno?

-Es imposible predecir lo que puede pasar. Puede que haya algún realineamiento, pero yo siento que hay una base en Ciudadanos que está muy consolidada con el proyecto.

-Ernesto Talvi se definía como liberal progresista. ¿Usted también?

-Jorge Batlle decía que le gustaban las carreras de caballo porque todos salían del mismo lugar. El socialismo es igualdad de llegada: lo mismo para todos. El batllismo es desarrollo del individuo desde una igualdad de salida. Ese es el Partido Colorado y por eso Ciudadanos va a tener su expresión. Si Pedro viene, va a tener seguidores, y eso está bueno, pero nuestro lugar es este.

-¿Va a ser precandidato a presidente?

-Creo que las candidaturas son emergentes. Emergen de colectivos, circunstancias, momentos. Entonces, en Ciudadanos hay más de uno que puede ser candidato. Un nombre es el mío. Otro también es el de Robert (Silva). Hoy a mí me interesa más lo permanente que lo emergente. He dedicado años a este sector, desde su construcción junto a Ernesto y luego que él se fue. Entonces, mi plan es que siga siendo un sector mayoritario, en un partido que tiene que crecer y en el que quiero a todo el mundo. Viene un momento nuevo en el Partido Colorado. La salida definitiva de Sanguinetti supone una nueva instancia. Es un escenario inédito en los últimos 50 años de historia política del partido. Se va a dar la postergada, anunciada, o esperada, renovación. Es una nueva etapa. Y yo abono esa tierra para que eso pase. ¿Quién va a ir por Ciudadanos? No lo sé. Pero a mí lo que me interesa es eso. El partido hoy necesita mucho menos yo y más nosotros. Hace más de un año vengo diciendo que el partido no va a tener un problema de candidatos. Hasta Sanguinetti hoy lo dice. Lo otro, lo permanente, es en lo que hay que trabajar. Ciudadanos va a llegar con la mejor oferta cuando llegue el momento.

-Talvi fue quién le dio a Sanguinetti su cargo como secretario general de los colorados. ¿Cree que hoy debería dar ya un paso al costado?

-El hombre y sus circunstancias. Mi mayor discusión con Ernesto Talvi, en todo el momento que trabajamos juntos y muy bien, fue cuando él le dio la secretaría general a Sanguinetti. Fue mi momento de mayor enojo y casi no voy al Senado por esa situación. Esto porque yo sentía que había una renovación, que habíamos logrado eso y veía a Ernesto liderando al partido desde el Senado, preparándose para ser el presidente en 2024. Por eso trabajé y esto lo cambiaba todo. La renovación, entendía, quedaba trunca. Y no es que no le reconozca méritos a Sanguinetti. De hecho, una de las mejores cosas que me han pasado en este tiempo fue conocer a Sanguinetti. Eso ha sido un privilegio. Pero yo esperaba otra etapa. Con el diario del lunes, con la salida de Ernesto de la política y la situación de orfandad en que quedó Ciudadanos, pienso que quizá fue algo muy bueno que estuviera Sanguinetti ahí, porque sostuvo la carpa. Hoy, entonces, lo que puedo hacer es decirle gracias a Sanguinetti por haber estado ahí.

“El partido está mejor y no precisa un outsider”

-¿Cómo ve las encuestas que le dan tan bajo al Partido Colorado?

-El Partido Colorado está mucho mejor de lo que parece. Hace cinco años Pedro había dejado el partido, no había candidato a la vista, luego apareció por estas fechas la posibilidad de Talvi, y sobre finales de año se confirma lo de Ernesto y aparece del otro lado Sanguinetti. La Coca Light y la Coca tradicional, como nos dijo una vez Sanguinetti en una discusión. Hoy el partido está en una posición distinta. Está cómodo porque está en el gobierno, porque es su rol. Y lo hace bien, se destaca. Con hombres y mujeres que lo pueden representar en cualquier parte. Y hay una barra joven con muchas ganas. Es la antesala del renacimiento. Cada uno de nosotros, que sonamos como nombres, nos enfocamos en la gestión. No estamos distraídos. La educación, la mayor transformación de este gobierno, la lleva adelante un miembro de Ciudadanos. El liderazgo en el Ministerio de Turismo, en el Ministerio de Ganadería -frente a la peor crisis por la sequía-, la gestión en Antel y Ancap… En cada lugar dónde hay un colorado, lo está haciendo bien. Ahí va a estar nuestra carta de presentación

-¿El candidato puede venir de afuera? Hay quiénes hablan de Ignacio Munyo...

-El partido hoy no precisa un outsider.

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