"No lo puedo creer”, repetía el diputado colorado Walter Cervini en la calle, fuera de la sala en la que se velaba el cuerpo del senador Adrián Peña, su amigo, quien falleció a los 48 años en un accidente de tránsito en la noche del jueves y fue sepultado en la tardecita de ayer en el cementerio de San Bautista, Canelones, donde vivió, reside su familia y desarrolló su actividad como empresario avicultor. Incrédulo y partido en llanto, Cervini recibió el abrazo y el pésame de correligionarios, blancos, cabildantes, frenteamplistas y dirigentes del Partido Independiente y de la Gente. Unos y otros destacaron lo articulador que fue Peña en su actividad política, pero lamentaron las pocas horas que le dedicaba al descanso. “Si no dormía...”, comentó un familiar.
El diputado colorado Felipe Schipani, integrante de Ciudadanos -el sector que forjó, coordinó y reflotó Peña tras la renuncia a la política de Ernesto Talvi- dijo sentirse “devastado” por la pérdida, ponderó su inteligencia, al igual que lo hizo el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, y aseguró que “tenía una capacidad de trabajo” que nunca había visto: “Se dormía a la 1 de la mañana y a las 4.30 estaba en pie; siempre decía que hace 30 años que le estaba ganando al sol y así encaraba la vida”. Otros allegados especularon con que el choque frontal de su camioneta al cruzarse de senda en la ruta 36 se produjo porque se durmió al volante o porque estaba mirando el celular. El senador no llevaba cinturón de seguridad. Varios políticos alertaron que su muerte es “un llamado de atención” para quienes recorren el país en campaña contra reloj.
“Hoy se nos va un hermano de corazón”, dijo Cervini en el cementerio, abrazado al sobrino de Peña, hijo de su hermana. “Más allá de su amor por la familia, su amor por sus amigos, su amor por el glorioso partido, Adrián era un tipazo”, agregó, y agradeció “las muestras de cariño” que el sistema político “conmovido” le hizo llegar a su familia y amigos.
El velatorio, que se realizó en San Bautista a pedido de sus padres, a pesar de que la vicepresidenta Beatriz Argimón ofreció hacerlo en el Parlamento, contó con honras fúnebres de ministro, con la presencia de las tres Fuerzas Armadas, ya que fue el primero en ocupar la titularidad del Ministerio de Ambiente. Participaron de la despedida el presidente y la vicepresidenta, el expresidente Julio María Sanguinetti, ministros, subsecretarios, senadores, diputados y precandidatos de varios partidos políticos, autoridades policiales y, entre otros referentes políticos, la intendenta de Montevideo y precandidata del Frente Amplio (FA), Carolina Cosse, quien recordó la “alegría” de Peña, que “era una persona muy activa, quizá demasiado, y que siempre, sin renunciar a sus ideas, trataba de tender puentes, con ideas concretas”. Lo hizo como ministro cuando intentó que se aprobara en la Junta Departamental de Montevideo un fideicomiso de obras para saneamiento a pesar de la resistencia del Partido Nacional (PN), y también durante su última intervención parlamentaria, al lograr un acuerdo con los demás partidos con representación parlamentaria para regular el ingreso y ascenso de funcionarios a los gobiernos departamentales, una iniciativa que también frenaron los blancos. Lo hizo muchas veces con los nacionalistas como aliados y tenía en el horizonte postularse a intendente de Canelones por la Coalición Republicana, el nuevo lema que competirá en mayo de 2025.
Intensamente
La mayoría de los concurrentes a su velatorio caminó tras el carro fúnebre por las calles de asfalto y pedregullo de su ciudad y se detuvo frente al Vida Nueva Fútbol Club, para el que trabajó, donde recibió el aplauso de los dolientes, al igual que en otros tramos del cortejo. Junto a su tumba, Robert Silva, el precandidato que impulsaba, repasó su origen humilde y su trayectoria política, ponderó que “era buena persona” y que se distinguía por “construir puentes”, e invitó “a todos y en particular a los colorados” a levantar la bandera “en memoria de Adrián” y a dejar “todo en la cancha en las próximas instancias que tocan vivir”.
Tras el sepelio, Lacalle Pou reconoció su “muy buen humor” y lo definió como “un exponente clásico de un dirigente canario, popular, querido y respetado por su pueblo, un tipo muy vivo, muy inteligente, (que) aprendía muy rápido”, como lo demostró al asumir como ministro de Ambiente. “Vivió poco, pero intensamente”, sentenció.
Antes de ser secretario general del partido, senador y ministro, Peña fue electo diputado en 2014 por Vamos Uruguay, el grupo que lideraba Pedro Bordaberry, quien también participó de su velatorio y sepelio. “Un gran tipo, un laburador incansable, un forjador de acuerdos que entendía mucho el departamento de Canelones, que es difícil, porque tenés la parte urbana y la rural. De Canelones han salido los grandes dirigentes de todos los partidos, que entienden todo eso. Formarte acá enseña a hacer acuerdos y a tener infinita paciencia. A veces en todos los partidos hay mucha gente que tiene ese perfil; se lo veo a (Álvaro) Delgado en el PN”, dijo Bordaberry, quien, consultado por El País sobre si también eso caracteriza a Yamandú Orsi, precandidato del FA, respondió que le tiene “aprecio”, pero que no hablará de “los rivales”.
Al pie de la sepultura de Peña, Cervini exclamó el último adiós: “Adrián está tranquilo porque está en San Bautista, lo que él llamaba la sucursal del cielo; que descanses en paz, amigo”.
Un cuadro y el dolor por el “final abrupto”
En 2020, tras la asunción de Adrián Peña como ministro de Ambiente, el expresidente Julio María Sanguinetti le regaló un cuadro pintado por él que ocasionaba “sana envidia” en otros dirigentes colorados.
El año pasado, en conversación con El País, Peña contó que correligionarios que durante muchos años habían sido muy cercanos a Sanguinetti, siempre bromeaban con él en cuanto a ese cuadro y por la suerte que tenía de haber recibido un obsequio de tales características por quien había sido dos veces presidente de la República.
Ayer, en diálogo con El País, el exmandatario contó que el cuadro es “un dibujo de Aguas Corrientes, que es el lugar donde Adrián decidió asumir como ministro y que además fue su lugar natal y el sitio de la primera usina de agua del país”.
Además, contó Sanguinetti, la pintura tiene “una leyenda alusiva a su inauguración como secretario de Estado”.
En cuanto a la muerte de Peña, el líder colorado sostuvo que genera una “gran consternación”, dado “lo abrupto de la noticia”.
“La muerte de Adrián, siendo además a sus 48 años, representa una enorme pérdida para el partido, para la coalición y para la vida cívica del país”, sostuvo.
Talvi contó el rol clave de Peña en Ciudadanos
Ernesto Talvi, exlíder del sector Ciudadanos y exministro de Relaciones Exteriores, alejado de los medios desde su renuncia a la actividad pública en 2020, publicó una carta en su cuenta de Linkedin para despedir a Adrián Peña.
“Adrián fue mi mano derecha en la construcción del proyecto de Ciudadanos. Mi socio, como me gustaba decirle y cada vez que lo hacía asomaba en él esa sonrisa casi infantil que lo caracterizaba. Fue el responsable de desarrollar la red territorial de referentes de Ciudadanos, una tarea titánica”, señaló. Y lo definió como “un gran laburante”, que estaba “comprometido hasta los tuétanos con todo lo que hacía, siempre con una expresión que proyectaba frescura y entusiasmo”.
Era “un articulador magistral, de diálogo, que se llevaba bien con todo el mundo. Un hombre de trabajo que nunca dejó a sus pollos abandonados no importa cuán exigentes fueran las otras responsabilidades”, agregó. Y dijo que Peña era “una persona de palabra” y “que miraba a los ojos”.
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