robo inédito

Todavía no hay pistas sobre los dos hombres que robaron $3,5 millones de la refinería de La Teja

El 21 de noviembre dos personas vestidas de overol entraron a la planta de Ancap diciendo que tenían que arreglar el aire acondicionado y robaron el fondo fijo luego de agredir a una funcionaria.

Refinería de Ancap de La Teja
Refinería de Ancap de La Teja.
Foto: Estefanía Leal

Aunque ya transcurrió más de un mes desde el robo millonario a la refinería de Ancap en La Teja, la investigación de la Policía aún no logró resolver el caso y, de hecho, tiene varios baches. Por el momento, la única información asegurada es que dos personas ingresaron al predio vistiendo un overol azul con el motivo de arreglar el aire acondicionado de la Tesorería, pero las cámaras de seguridad no han aportado información de por dónde entraron o cuál fue su recorrido antes de llegar a la oficina que tenía el fondo fijo de la refinería. Ninguno de los dos está identificado.

El mayor problema al que se enfrentan los investigadores de Zona Operacional IV es que no cuentan con la filmación de varias cámaras que eran claves. Desde tres días antes del robo había 18 cámaras -de las 60 que hay en la planta- que no estaban transmitiendo en tiempo real, es decir que las filmaciones no llegaban al centro de monitoreo, según informaron fuentes de Ancap a El País en su momento.

En el edificio donde se ubica la Tesorería no se contaba con cámaras por lo que no se pudo captar el rostro de los hombres que entraron en esta oficina y, a su vez, había algunas entradas en la refinería que no tenían un guardia de seguridad. “Si entraron por agua ni siquiera hay personal allí”, dijo a El País una fuente policial a cargo de la investigación.

Al ser consultado si el mal funcionamiento de las cámaras pudo haber sido parte de la estrategia de los dos hombres que robaron los $ 3,5 millones, el policía contestó que “es una hipótesis”. Lo que es indudable -dijo- es que alguno de los criminales o el autor intelectual sabían “cómo era el movimiento”. No solo porque estaban vestidos con el uniforme de Ancap, sino también porque sabían dónde no había control.

El director de Ancap, Richard Charamelo, al día siguiente del robo millonario dijo a El País que la única persona que tuvo contacto con los ladrones fue la funcionaria de Tesorería a la que agredieron. Aunque mencionó que había un guardia del edificio “a pocos metros”, pero dijo que “no vio nada”.

En este sentido, el jefe de Policía de Montevideo, Mario D’Elía, señaló que las declaraciones del hombre fueron “confusas” dado que no estaba en su posición en el momento en que se produjo el asalto. Es por esto que también se consideró como hipótesis que haya habido algún cómplice de los delincuentes trabajando en la refinería.

El guardia de seguridad está a “dos vidrios” de la oficina de la Tesorería donde se encontraba la funcionaria que fue agredida. Por una puerta ingresaban los empleados y por otro el público general y los proveedores. En esta segunda puerta sí había cámaras, pero que no llegaban a captar la entrada para trabajadores.

“La investigación sigue en curso, pero no hubo avances hasta el momento”, indicó la fuente policial.

La indagación se complejiza aún más dado que, según detalló el policía, por los lugares en donde transitaron los dos delincuentes también circulan unas 1.000 personas por día. Lo que hacen los investigadores actualmente es continuar con las entrevistas a los empleados.

Frente al robo inédito, la dirección de Ancap decidió reforzar las medidas de seguridad en la refinería y por eso se incorporaron guardias 222, algo que ya se estaba pensado hacer, dijo una fuente del organismo a El País. Además, la empresa de seguridad de la planta le ofreció a los directivos colocar el valor del robo en cámaras de vigilancia, sobre todo porque luego del hurto la empresa determinó que las cámaras no funcionaban porque faltaba una antena.

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Stipanicic sacó todo el efectivo de la refinería

Dos días después del robo violento en la refinería de La Teja, Stipanicic decidió retirar “abruptamente” todo el efectivo que estaba como fondo fijo en esta dependencia de Ancap. La eliminación del efectivo era un proceso que venía hace tiempo, según dijo el presidente del organismo. “Lo único que habíamos hecho era concentrar el dinero en un lugar solo y ahora ya no está más”, señaló tras el inédito robo. A su vez, indicó que en las oficinas centrales se va a reducir la cantidad de efectivo “prácticamente a cero”. “La tentación va a desaparecer”, destacó el presidente del organismo ese día.

Lo que pasó

Sobre las ocho de la mañana del pasado 21 de noviembre, dos hombres vestidos con overol azul ingresaron a la refinería de Ancap, ubicada en el barrio de La Teja, y dijeron que venían a arreglar el aire acondicionado de la Tesorería, que estaba roto hace dos meses. Cuando la única funcionaria que estaba en esta oficina los dejó pasar, le exigieron que los ayudara a colocar los $ 3,5 millones en efectivo que estaban en la caja fuerte en bolsos que habían llevado. Luego le pegaron un “culatazo” con una pistola, la ataron y la drogaron con una sustancia que provocó su desmayo por 40 minutos. La rapiña se conoció cuando otros funcionarios pasaron por el edificio y, al mirar a través de la ventana, vieron a la mujer atada y desmayada en el suelo.

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