Por Pamela Díaz
Punta del Diablo vivió un impactante incendio: ocho cabañas se prendieron fuego en plena temporada turística, en días en que el balneario recibe el mayor número de turistas. Todo comenzó sobre las 5:00 horas y concluyó unas tres horas después, cuando los destacamentos de esa localidad, La Esmeralda, Santa Teresa, Castillo y el Chuy lograron extinguirlo. Pero este no es el único incendio que vive el país en los últimos días. La sequía por la falta de lluvias y las altas temperaturas agravan esta problemática que se vive a nivel nacional.

En Punta del Diablo, las cabañas tenían paredes de madera y techo con cubierta liviana de quincho. Cada una -estaban pegadas una a la otra, lo que facilita la propagación del fuego- eran de unos 15 metros cuadrados. No hubo lesionados y se logró evitar que el incendio continuara hacia otras viviendas en la zona.

La pregunta que aún queda por responder es cómo inició la situación. El departamento de pericia ya viajó desde Montevideo a Punta del Diablo para comenzar la investigación. Así lo explicó a El País el comandante de Bomberos del interior Martín Bogao.

El jerarca, que tiene en la mira 16 departamentos, indicó que desde el fin de semana se registraron incendios en “prácticamente todas las regiones”, donde hubo áreas con un “contexto bastante complicado”. Debieron acudir a apagar focos ígneos en Artigas, Rivera, Paysandú, Salto y Tacuarembó. Y en el centro -Durazno, Flores, Florida, Lavalleja, Treinta y Tres- es donde se han realizado las “mayores intervenciones” en respuesta a los “grandes incendios”.

Parte de la explicación detrás de la aparición de tantos incendios son las altas temperaturas y la sequía que se registra en el país. La conjunción de esos dos factores -señaló Bogao- implica que el “material esté cada vez más seco, más propicio a que, ante cualquier fuente de calor, se tenga mayor riesgo y probabilidad de que se inicie un foco”.

El Instituto Uruguayo de Meteorología (Inumet) tiene vigente una aviso a la población hasta el viernes por altas temperaturas, con “escasa nubosidad, riesgo de incendio forestal muy elevado y en aumento, y un índice de UV extremadamente alto en la tarde”.

Bogao también marcó que hay un “factor preponderante” que los “ha perjudicado en los incendios”: el viento. Durante la jornada se dan “cambios sin avisar: podemos tener un día calmo y, en determinada hora del día, viene una brisa, una racha de viento fuerte y hace que las brasas de cualquier fuego que esté al descubierto se desparramen a zonas de material combustible. Ahí se empiezan a propagar los incendios”, explicó.

¿Cuáles son las recomendaciones a la población? “Fundamentalmente que no prendan fuego”, marcó Bogao, quien cree que a las personas les “ha costa un poco tomar conciencia” de que no debe hacerlo “más allá del desconocimiento del decreto 436/007”. En esa norma se establece la prohibición de inicio de todo tipo de fuegos y quemas al aire libre. La norma estará vigente hasta el 30 de abril de este año.

“Muchas veces la gente se confía y cree que quemando un par de ramas o unas hojas cuando hacen limpieza no va a pasar nada. Pero siempre termina sucediendo lo mismo…”, comentó a El País.

Otra de las recomendaciones es que, mientras dure la “alerta a nivel nacional”, se traten de evitar tareas que pueden “generar algún tipo de fuente de calor y propiciar los incendios”. Bogao dio de ejemplo las tareas de mantenimiento con “cortadoras de pasto en campaña con maquinaria que ha generado chispas”. Es más, indicó Bogao, han aconsejado que no se hagan “algunas coseches en el ámbito forestal”.

Por último, volvió a reiterar los lineamientos para el comportamiento de quienes acampan. El funcionario remarcó que quienes realicen esta actividad, por ejemplo, a las orillas de algún río o arroyo, no hagan un fogón porque después puede suceder que no se apaguen bien las brasas.