El viernes 14 de febrero Pablo Carrasco firmó el último documento como director de Conexión Ganadera. En ese escrito, en el que aceptaba la solicitud de un grupo de acreedores de que su empresa se declarara en concurso necesario, también estaba aceptando que se lo desplazara de la dirección de la empresa y se designara un síndico. Este lunes el juez Leonardo Méndez hizo lo propio y así lo dispuso. Pero el escrito firmado por Carrasco y entregado por sus abogados contiene parte de su versión de lo ocurrido.
El País reconstruyó cuál es el contenido del documento con diversas fuentes judiciales que tuvieron contacto con él. Carrasco desmiente que haya tenido malas intenciones en sus decisiones o que haya montado una estafa a sabiendas. Atribuyó la caída de Conexión Ganadera a motivos "coyunturales" que a su vez hicieron mella en "debilidades" que tenía el negocio. Enumeró tres motivos: la sequía, la pandemia y la "corrida" que se generó ante la quiebra de empresas del mismo rubro.
También reiteró lo que había dicho en el streaming que hizo para inversores a fines de enero: era el difunto Gustavo Basso quien se encargaba de la parte contable, por lo que la situación crítica en la que se encontraba la empresa solo la conocía él. De hecho, relatan los representantes de Carrasco, cuando él tomó conocimiento de lo que sucedía quiso convencer a los herederos de Basso de llamar al concurso voluntario pero no logró ponerse de acuerdo con ellos.
En cuanto al futuro, expresó estar a la orden para colaborar —si así lo deseara— el síndico y sugirió que se elabore un plan para gestionar los activos. Aseguró que a lo que se dedicó todas estas semanas fue a tratar de colaborar con la empresa para que perdiera lo menos posible, aunque eso pudiera jugar en contra suyo en el plano judicial. En ese sentido, indicó que la repercusión mediática del caso tuvo efectos negativos en Conexión Ganadera, que actualmente tiene su imagen destruida.
El diagnóstico que había hecho el contador
El contador Ricardo Giovio, contratado para hacer un diagnóstico de la situación, dijo en su presentación para los inversores que la maniobra comercial de Conexión Ganadera “terminó en un esquema ponzi” y que “las timbas terminó como terminan todas las timbas”. Entonces, resumió en una frase lo que para él motivó la caída de la empresa: el asegurar una renta fija cuando es variable es una timba.
A su vez, había argumentado que la empresa no sufrió un problema de liquidez, sino de solvencia. Es decir, matizó las afirmaciones de aquellos que sugerían que la caída de Conexión Ganadera era producto de una corrida generada por la previa caída del Grupo Larrarte y República Ganadera (otras empresas del rubro). “Esto lo que hizo fue acelerar el proceso”, pero era una cuestión de meses.
Desarrolló que los años 2020 y 2023 fueron especialmente duros para el sector ganadero. La pandemia y la sequía generaron una pérdida del entorno de 20%. Para el dinero que manejaba la empresa, calculan que puede haber perdido entre 20 y 30 millones de dólares. Pero a eso se suma que pagó intereses a los inversores por 30 o 40 millones de dólares. Así, la pérdida total para un año -citó como ejemplo- pudo haber llegado a 60 millones de dólares. “Imagínense cómo se tapa eso después”, dijo.
El contador estimó el faltante en unos 230 millones de dólares (calculó un margen de error de 30 millones de dólares).