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Un rebote de bala podría haber matado al grafitero

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El grafitero había pintado un mural en una de las ventanas tapiadas, luego fue borrado. Foto: F. Flores

TIEMPOS VIOLENTOS

Experto sostiene que la deformación del proyectil es clave.

El crimen del grafitero Felipe Cabral es un desafío para los expertos en balística. Para Luciano Posada, ex policía y actual consultor privado, la muerte pudo haber sido ocasionada por un "rebote de bala". El especialista con más de 30 años de experiencia en este tipo de pericias, basa su apreciación en la información disponible en la prensa.

Hasta el momento, la investigación se ha manejado con mucha reserva aunque han trascendido algunos detalles. Uno de ellos es que el disparo mortal ingresó por el parietal izquierdo y que no tuvo un orificio de salida.

La propia fiscal de homicidios Mirta Morales confirmó el pasado viernes que el proyectil utilizado fue recuperado. También confirmó que la bala estaba deformada.

Mientras tanto, otras fuentes vinculadas con la investigación señalaron que se trata de un disparo surgido de un arma calibre 9 milímetros.

"Si el proyectil es calibre 9 milímetros como se ha manejado, y está deformado y no salió del cráneo, estamos frente a un rebote. Para quedar dentro del cráneo el proyectil necesita perder velocidad. Un disparo directo de ese calibre siempre atraviesa el cráneo, aunque fuera desde una distancia de 100 metros", aseveró el especialista.

Esa es la conclusión a la que llega Posada luego que se supo que el proyectil estaba deformado. "Cada ángulo de deformación representa un rebote distinto. Cuando ingresa al cráneo tiene una deformación específica. No hay dudas que es un rebote porque de lo contrario no queda dentro de la cabeza. Si le dispararon desde cerca, cuatro o cinco metros con ese calibre el disparo lo atraviesa", indicó el experto.

Debido al lugar del cuerpo en que la víctima recibió el disparo, para la Fiscalía de Homicidios, el ángulo de tiro se podría ubicar desde la casa de un hombre que el viernes fue liberado por falta de pruebas.

Sin embargo, no se puede descartar que Felipe se moviera en el preciso momento en que ocurrió el tiro, lo que cambiaría el ángulo y la teoría se desmoronaría. Por tanto, no es posible imputar al hombre. "Ese es el dilema de este caso", dijo a El País la fiscal Morales.

Hasta el momento, los investigadores de la Policía saben que el grafitero llegó al lugar en la tarde del sábado 16 y que se tomó unas fotos ante un dibujo que había realizado días atrás.

Luego se sentó en el muro que separa la casa del vecino con la vivienda en la que el artista hizo el grafiti. A su izquierda estaba la entrada secundaria de ambas residencias. Una cámara captó el preciso momento en que se desplomó.

Investigación sigue abierta

El dueño de la casa contigua al lugar donde ocurrió el crimen fue imputado el viernes por el delito de "tráfico interno de armas de fuego". Se le decomisaron varias armas largas. Durante la formalización alegó que esas armas habían pertenecido a su padre. La investigación por las armas del vecino todavía no terminó.

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