GUSTAVO TORENA

Lo condenan por viajar sin autorización judicial a Venezuela.

Se sabía buscado por la Policía pero no se fue del país. Cuando le pareció oportuno, se presentó ante la Justicia y comenzó a resolver su situación legal. Ahora está preso. Pero, según su abogado, Emilio Mikolic, estará poco tiempo entre rejas.

No es la primera vez que conoce los calabozos. Ya estuvo en prisión por estafa y hurto en el Comcar y en el Penal de Libertad, según el propio Torena ha confesado. Sabe que esos delitos no le generaron antecedentes porque son muy viejos.

Mikolic sostiene que Torena viajó cuatro veces al exterior con autorización judicial. En la quinta ocasión surgió un problema. El abogado asegura que la nueva autorización llegó por fax en horas de la madrugada a la oficina de Migración cuando su cliente ya estaba en vuelo. Además, entiende que el documento que prueba el presunto delito consiste en dos fotocopias, elementos que no pueden ser periciados, según explicó.

Primero, el jueves Torena hizo un acuerdo privado con el relator Julio Ríos tras haber ingresado violentamente a su radio mientras se emitía su programa deportivo. Torena aceptó pagar $300.000 y dar a conocer un pedido de disculpas por diversos medios de comunicación. Sin embargo, la Justicia lo condenó a seis meses de libertad vigilada. Esa noche el “Pato Celeste” no durmió en su casa. La juez del caso ordenó que permaneciera detenido porque tenía que responder por una acusación muy seria: uso de certificado falso.

El incidente con Julio Ríos ocurrió en febrero del año 2017. Aquel día lo sacaron de la radio a empujones y luego la Justicia lo imputó pero no lo envió a la cárcel. Eso sí, fue obligado a pedir autorización judicial cada vez que saliera del país.

Torena, que tras ser uno de los hombres de mayor confianza del ex presidente José Mujica, hizo buenas migas con el líder del régimen bolivariano Nicolás Maduro, se dedica a hacer negocios en Venezuela, según confesó a Montevideo Portal en diciembre del año 2016.

Por ese motivo, viaja continuamente a ese país. “Viajo muy seguido a Venezuela, donde hago ventas de lo que sea, porque ese país tiene la particularidad que tiene poca producción de lo que sea. Entonces vendo: comestibles, aceite, harina, vasos, pelotas de fútbol. Lo que menos te imaginás, le podés vender a los venezolanos”, narró Torena.

En realidad, se hizo famoso por disfrazarse de pato en los partidos de la selección celeste. Pasó a ser el Pato Celeste. Se hizo amigo de muchos futbolistas y representantes. Decía dedicarse a la venta de camisetas. Durante el año 2012 el propio José Mujica lo definió en declaraciones a La diaria como “un pobre muchacho el Pato Celeste, no tiene gollete que se preocupen (...) un pobre loco que se gana la vida vendiendo camisas, que es entrador, que se cuela por todos lados, que es un muchacho de barrio. ¿Que tiene sus defectos? Claro que los ha tenido, estuvo en cana por no pagar cuentas”.

Después Torena perdió pie, a tal punto que Luis Suárez, el mayor ídolo celeste, le impidió sacarse una fotografía con el plantel uruguayo en medio de una transmisión de un partido internacional. De ahí en adelante se concentró en sus negocios con el régimen de Venezuela y en un importante complejo hotelero que levantó en la costa de Maldonado.