El relato de la funcionaria policial en la Justicia de Tacuarembó fue claro. Dijo que el comisario hizo varios gestos de acercamiento hacia ella y luego la emboscó en el patio de la Jefatura.

El comisario la abrazó por detrás con un brazo solo y le dio un beso en el cachete tomándola en forma totalmente sorpresiva, según relató la jueza Letrada de Tacuarembó de 2° Turno, Sylvana García Noroya en su fallo fechado el 29 de julio pasado.

El comisario pretendió darle otro beso a la agente. “Pará, salí”, dijo la funcionaria. El jerarca respondió: “Te quiero mucho”.

El fallo, al que accedió El País, relató que la agente caminó hasta el baño y se encerró durante unos minutos. Cuando salió, el comisario ya no estaba. Minutos más tarde, agrega la sentencia, la agente relató lo sucedido a sus compañeros. “Es la primera vez que me pasa algo así”, dijo entre llantos.

El comisario, por su parte, negó en el Juzgado de Tacuarembó haber estado al momento de los hechos en la Jefatura.

Y expresó que ese día no se encontraba de guardia, pues si bien fue designado Jefe de Día de la Jefatura de Tacuarembó, solicitó autorización a sus superiores por haber recibido una llamada por un quebranto de salud de su madre. Además, agregó que no concurrió a trabajar en los primeros días del mes de julio de 2017 cuando la denunciante dijo que fue acosada en el patio de la Jefatura.

El comisario fue sumariado, separado del cargo por seis meses por sugerencia de una comisión contra el acoso sexual del Ministerio del Interior y finalmente la denuncia por acoso fue archivada por la Justicia Penal.

Posteriormente, el abogado del comisario, Braulio Rodríguez, entabló en la Justicia Civil una demanda por daños y perjuicios contra la mujer policía por US$ 70.000, tras entender que esta realizó una denuncia falsa en su contra.

En el escrito, el comisario rechazó el relato de la funcionaria policial. Y agregó que el único episodio que tuvo con la agente databa entre abril y junio de 2017 cuando ella casi lo atropelló en la escalera de la Jefatura de Tacuarembó. “Por esa situación a ella le hice un llamado de atención. Le señalé que tuviera cuidado. Ella me respondió: ‘disculpe, comisario, es que yo ando apurada’. Ella bajó la escalera casi corriendo”, declaró el jerarca.

En el juzgado civil, el abogado de la agente policial, Guillermo Chiribao, argumentó que la denuncia por acoso sexual se hizo en la defensa de los derechos de intimidad, libertad de trabajo, integridad moral y salud entre otros derechos a la personalidad. Y recordó el principio general de quien causa a otro un daño cuando ejerce su derecho, dicha lesión no es reparable.

Según la jueza García Noroya, “no surge acreditado” que el comisario se hubiera retirado a las 8:00 horas del sábado 1° de julio de 2017, ya que fue visto por al menos dos funcionarios policiales durante la recorrida de estos pie a tierra en la mañana del sábado. “A esa situación se agrega el episodio en las escaleras (de la Jefatura de Tacuarembó) que podría haber ocurrido el 1° de julio de 2017. Si bien ello no acredita la existencia del hecho denunciado (el acoso sexual), sí la presencia del jerarca por lo menos a las primeras horas del día sábado lo que haría caer la hipótesis de que este tomara el ómnibus rumbo a Rivera” a ver a su madre, señala el fallo.

La jueza coincidió con Chiribao sobre que la funcionaria policial tenía el derecho constitucional de recurrir ante los tribunales o ante el órgano competente por la protección de sus derechos. Y por ello, agregó la jueza, “debemos ser muy cautelosos al calificar la denuncia realizada por la demandada (la agente policial) como un uso abusivo a su derecho a denunciar”.

García Noroya desestimó la demanda del comisario señalando que las pruebas existentes en el expediente no acreditan el acoso sexual denunciado ni tampoco que el mismo no haya ocurrido.

La magistrada reconoció el daño que pudo haberle causado al jerarca policial la denuncia penal de acoso realizada por la agente. Sin embargo, advirtió, la desestimación de la demanda civil del comisario obedece a que “no puede” ser resarcido dicho daño por la agente, ya que el jerarca “no ha logrado” acreditar que el derecho a denunciar por parte de la funcionaria fue empleado por esta en forma abusiva o excesiva con intención de dañar a su superior.

A partir de ahora, el comisario podría apelar el fallo.