Redacción El País
Al momento de justificar la solicitud de pena, el fiscal de Homicidios Carlos Negro evitó entrar en tecnicismos legales -en los que ya había ahondado previamente- y apuntó a que su alegato fuera lo más simple posible: “No hay pena que pueda satisfacer a una familia. Una niña de nueve años quedó sin padre. Esa es la justificación”.

Así lo dijo frente a la atenta mirada de los familiares de Damián Esteves, el hombre que en abril de 2023 fue asesinado por un hombre de 27 años que intentó robarle el celular y, ante su resistencia, le incrustó un destornillador en la cabeza.

A su vez, enumeró quiénes resultaron ser víctimas de lo sucedido: familiares y amigos del fallecido. “Ninguna víctima es el imputado, él es el que merece la pena”, señaló. Un rato antes, en los alegatos de apertura, la defensa del imputado había relatado su historia de vida: el origen en una familia fuertemente golpeada por la crisis económica, sucesivas muertes de parientes a raíz de enfermedades y un problemático consumo de drogas.

Al homicida de Damián Esteves lo condenaron a una pena de 18 años de prisión, con la que estuvo de acuerdo la defensa del imputado. Se le computó como agravante el hecho de que cometió el crimen para cometer el delito de rapiña.

El 4 de abril de 2023 sobre las 19:30 horas, Esteves estaba caminando por Joanicó y Felipe Sanguinetti mirando su teléfono. Allí fue que lo sorprendió el imputado y le sacó el celular.

Cuando el ladrón intentaba fugarse, la víctima corrió tras él, lo alcanzó, forcejearon y el acusado se dio vuelta y le clavó el destornillador en el rostro.

Durante el juicio simplificado -al que asistió El País- quedó en claro que se pudo identificar al agresor gracias a que todos los días hacía el mismo recorrido.

Con las cámaras del Ministerio del Interior lograron captar su recorrido en los días anteriores al crimen y los posteriores al hecho, lo que permitió reconocer su vestimenta y que solía caminar junto a otro hombre.

Foto: Darwin Borrelli

A partir de toda esta información y algunas declaraciones, lograron ubicarlo a los pocos días y se le incautó el destornillador y un cuchillo de mesa, entre otras cosas. El condenado se dedicaba a robar autos estacionados y es por eso que llevaba consigo un destornillador.

El caso se resolvió por juicio simplificado (esto es, un proceso que emula al juicio oral pero es más breve) y tuvo lugar en dos etapas. En la primera, la Fiscalía acusó al imputado y pidió la pena. En la segunda, la defensa se pronunció sobre el pedido, diciendo que el imputado aceptaba los hechos y la pena que se le pretendía imponer.

Pese a eso, en este tipo de procesos, a diferencia del acuerdo abreviado, se pueden exponer las pruebas frente al juez. En esta oportunidad, declaró el policía encargado del caso, que brindó los detalles de la investigación, y una policía de la Dirección de Videovigilancia, Analítica y Relevamiento Urbano (Divaru). Esta última era quien había relevado las imágenes que surgían de las cámaras del Ministerio del Interior y proyectó los videos en la audiencia.

Con toda esta prueba y la admisión de los hechos por parte del imputado, el juez Alejandro Asteggiante condenó al hombre a 18 años de prisión.

El abogado de la familia de la víctima, Jorge Barrera, insistió en audiencia en que el imputado volverá a estar en libertad cuando cumpla 45 años, mientras que Damián Esteves no volverá a vivir.

En esa línea, recordó que cuando ese momento llegue, la hija de Esteves va a tener 27 años, la misma edad que el condenado tiene hoy. También valoró el rol en el proceso de la Fiscalía de Homicidios de 1er Turno, que comanda Negro y que también componen Victoria Ghiorsi y Natalia Pereira.