Fue condenado por simulación de delito y destrucción maliciosa de cosa propia un hombre de 30 años que fingió que le habían robado su vehículo para cobrar el seguro. Terminó confesando pocas horas después de la maniobra, luego de que la Policía detuviera al amigo al que él le había dado el automóvil. Cumplirá con tres meses de libertad a prueba.

Los hechos ocurrieron el 12 de febrero de 2024. Sobre las 5:30 de la mañana, quien en ese entonces se presentaba como víctima, denunció que dos hombres que viajaban en moto y con casco le habían robado su auto marca BYD. Ese mismo día, a las 9:30 de la mañana, la Policía logró ubicar el auto frente a un depósito de comida para perros ubicado en Avenida Instrucciones.

Al llegar, los policías se entrevistaron con el encargado del depósito, quien les dijo que el auto estacionado era de un amigo suyo. Este amigo lo había dejado estacionado la noche anterior en la puerta de su domicilio y como el de él no tenía nafta había decidido usarlo.

Pese al relato, la Policía decidió detener al dueño del depósito. Allí fue cuando se presentó en la seccional el ahora imputado y reconoció que había sido él quien le había dado el auto al detenido.

El objetivo era “simular el hurto de su vehículo, con la finalidad de cobrar el precio del seguro, ya que andaba con un ‘tema de deudas’”, dijo el fiscal adscripto Diego Chaves en la audiencia judicial, según consta en el audio al que accedió El País.

“Fue una única conducta que vulneró dos normas jurídicas, contra la propiedad, la destrucción maliciosa de la cosa propia y contra la administración de justicia, la simulación del delito”, explicó en audiencia.

La Fiscalía de Flagrancia de 12° Turno, que integra Chaves y lidera Sabrina Flores, llegó a un acuerdo con él y su defensora pública, por lo que se lo condenó en la misma audiencia por proceso abreviado. La pena fue de tres meses de libertad a prueba, dado que el hombre era primario absoluto y admitió haber cometido el hecho, lo que configura un atenuante. Las condiciones para la libertad a prueba fueron: fijar domicilio, presentarse una vez por semana a la seccional policial y realizar seis horas de trabajo comunitario por el plazo de un mes. Si comete un nuevo delito durante estos tres meses, deberá cumplir el resto de la pena en la cárcel.

A su vez, el fiscal le explicó a la jueza María Noel Odriozola por qué decidió no solicitar la confiscación del auto. Manifestó que en un principio le generó “alguna duda” acerca de si se trataba de un instrumento del delito y por ende correspondía la confiscación, pero finalmente entendió que no por dos motivos.

En primer lugar, porque no utilizó el vehículo, sino que lo ocultó. Pero, “independientemente de eso, lo cierto es que la Fiscalía analizó que el reproche punitivo a un primario absoluto que tiene trabajo, que lo usa para trabajar, en este caso era excesivo”. Sobre todo, porque él no llegó a cobrar el seguro.

Además, “aplicando el principio de proporcionalidad que debe regir cada una de nuestras actuaciones, entendemos que el reproche punitivo que le debe realizar, en este caso el Estado, debe ser proporcional a la violación a los bienes jurídicos”, destacó.

Foto: Estefanía Leal