Redacción El País
El expresidente Luis Lacalle Herrera declaró como testigo en un juzgado de la calle Bartolomé Mitre en el marco de la causa que intenta determinar quién envió vinos envenenados a él, Carlos Julio Pereyra y Mario Heber en 1974, bebida que mató a Cecilia Fontana, esposa de Heber y madre de Luis Alberto Heber, hoy ministro del Interior.

“Pude haber sido víctima de esto, yo estuve a punto de tomar la botella con veneno delante de mis hijos y, por esas cosas que manda Dios, mi mujer me dijo ‘no tomes’”, relató. “Después descubrimos que la botella tenía veneno, o sea que hubiera muerto delante de mis hijos”, añadió en rueda de prensa a la salida del juzgado.

“Mi vida no fue la que se perdió pero fue la de mi prima, Cecilia Fontana. Yo la quería muchísimo y hasta el día de hoy estamos con esa duda de quién fue o cómo se generó esta conspiración, este acto terrible”, lanzó el expresidente, quien agregó que podría haber muerto más gente incluso si hubieran convidado a alguien en su casa.

De todas formas, aseguró no saber quién es el responsable del asesinato. Solo recordó que el 29 de agosto de 1978 llegaron los vinos que fueron dejados en la puerta de su casa con su nombre, el de Carlos Julio Pereyra y el de Mario Heber, todos dirigentes del Partido Nacional. Esos vinos fueron repartidos a cada uno de los destinatarios. “Un día que no había vino dije ‘vamos a tomar este vino’, mi mujer dijo ‘no’, y yo estaba a punto de tomar”, contó.

Cada botella llevaba una tarjeta con la inscripción “El jueves 31 brindaremos por la Patria, en su nueva etapa. MDN”. La única en ingerir el líquido fue Fontana, en su casa, que murió casi al instante.

Los involucrados no dudan de que se trató de un ataque de los militares por motivos políticos y que se buscó dar muerte a tres de los principales referentes que por entonces tenía el Partido Nacional, y que Fontana no era una de las destinatarias específicas del vino envenenado.

El fiscal especializado en delitos de lesa humanidad, Ricardo Perciballe, encargado de investigar el tema, declaró a la salida del juzgado que "se ratificaron algunos puntos que quedaban aún por ratificar" y que "la semana próxima se hacen audiencias de testigos y la siguiente van a ser de testigos e indagados"

En concreto, se esperan "testimonios de exmilitares y expolicías que, de acuerdo a la documentación, surge que pueden tener algún dato".

Foto: Francisco Flores/El País

El abogado de las víctimas, el edil del Partido Nacional Javier Barrios Bove, dijo que se continúa "trabajando con dos líneas de investigación". Una es por las huellas dactilares halladas en una de las botellas que una pericia reveló que correspondían al comisario Ricardo Zabala. Otra línea señala a la exfuncionaria policial María Lemos, a quien se le apunta por presuntamente haber escrito las cartas.

"Este fue un atentado político perpetrado durante la última dictadura y creo que toda la población tiene derecho a saber quiénes fueron los autores del mismo", apuntó Barrios Bove, quien aseguró que el testimonio de Lacalle Herrera sirvió para situar "el contexto histórico" y evacuar "algunas dudas que tenía la jueza (Silvia Urioste) al respecto".