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Crecen cifras de incautaciones y el gobierno reafirma que avance contra narcotráfico aumentó homicidios

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Incautan más de 60 kilos de drogas por un valor de 800 mil dólares. Foto: Unicom

DATOS

En lo que va del año se confiscaron 800 kilos más de cocaína que en todo 2021, según datos oficiales a los que accedió El País.

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Las incautaciones de pasta base se cuadruplicaron con la nueva estrategia de la actual administración del Ministerio del Interior. Incluso, el año pasado se incautó 10 veces más que en los años previos a 2020.

En 2015 se confiscaron 79 kilos, en 2016 fueron 137, en 2017 la cifra descendió a 33 kilos y en 2018 y 2019 se llegó a incautar 169 y 111 kilos respectivamente. En el caso de 2020 y 2021, la incautación de pasta base alcanzó los 642 y 1.196 kilos, según los datos de la Dirección General de Represión al Tráfico Ilícito de Drogas a los que accedió El País. De enero a octubre de 2022, asimismo, se confiscaron 428 kilos de esta droga.

El aumento exponencial que se dio en 2021, con más de una tonelada incautada, se debe a que hubo tres episodios en los que se confiscó la gran mayoría de las dosis de pasta base. En febrero de 2021 se incautaron 174 kilos, en julio fueron 407 kilos y en setiembre del mismo año la cifra fue de 409.

Desde la cartera de seguridad se apunta sobre todo a la incautación de pasta base porque es la droga más dañina que se consume a nivel nacional y es el “disparador de otros delitos”. Además, el aumento de la incautación de pasta base está ligado a una mayor cantidad de bocas allanadas y desarticuladas.

En este sentido, según los datos de Interior, en 2018 y 2019 se allanaron 709 y 828 bocas de venta de droga, respectivamente; mientras, en 2020 y 2021, hubo 1.339 y 1.205 bocas allanadas en cada año. De estos totales, 338 bocas se desarticularon en 2018 y en 2019 fueron 363, mientras que en 2020 y 2021 se desarticularon 525 y 1.152 bocas respectivamente. En 2015 y 2016, sin embargo, no se llevaba un recuento de la desarticulación de las bocas de drogas.

Si bien hay un aumento de las bocas desarticuladas, desde la cartera se reconoce que aunque esta categorización hace referencia a que luego de que los puntos de venta fueron allanados se lograron detenciones, muchas veces ocurre que las bocas igual vuelven a abrirse.

La estrategia

El golpe directo al narcotráfico tiene que ver con el plan de seguridad que lleva adelante el Ministerio del Interior. Por eso se destacan como cambios claves de la gestión de la cartera la creación de las brigadas antidrogas en Montevideo y Canelones, que están abocadas al trabajo en territorio, reprimiendo el microtráfico y el narcomenudeo.

Esta decisión, a su vez, hizo que se liberara a la Dirección de Drogas para que así este departamento del ministerio se ocupe de realizar las tareas de inteligencia enfocadas en las altas jerarquías de la pirámide del narcotráfico. La Dirección de Drogas trabaja en coordinación con sus pares de otros países de la región porque, según sostiene la cartera, por lo general el que envía la droga no es un ciudadano uruguayo.

El cambio en la estrategia tiene que ver con que ahora no solo se allana y desarticula la boca, dado que en este caso solo se está atacando al último eslabón del narcotráfico y se detiene al criminal con menos jerarquía.

“De las bocas te vas con 10 gramos de pasta base”, explicó a El País una fuente del ministerio. Es por eso que se pone el foco en las organizaciones, en identificar a la cabeza de cada banda, al distribuidor. También se intenta llegar a los lugares en donde se guarda la droga.

El cambio de rumbo también se vio acompañado por un aumento de recursos. Con el inicio de la administración de Luis Lacalle Pou, la dirección de lucha contra el narcotráfico pasó de contar con 160 funcionarios a tener 200 personas, y cada brigada además cuenta con 25 policías trabajando para ellas. Por otro lado, hubo una inversión en tecnología, por ejemplo, para reforzar el sistema de escuchas telefónicas.

El golpe al narcotráfico se traduce en condenados, cifra que se duplicó en 2020 y 2021. Mientras que en 2018 y 2019 hubo 593 y 774 personas condenadas a partir de operaciones relacionadas a drogas, en 2020 y 2021 las cifras ascendieron a 1.066 y 1.465 en cada año.

El ministro del Interior, Luis Alberto Heber, afirmó -en declaraciones a El País a comienzos del mes- que la estrategia que llevan a cabo ha dado “un gran resultado”, y mencionó la identificación de 45 organizaciones que operan en el área metropolitana reclutando gente para sus respectivas bocas, “en algunos casos más de 20”. Estos grupos son abastecidos por seis distribuidores locales. Todos están identificados y dos ya están en la cárcel, según lo asegurado por las autoridades. La Policía también tendría identificadas las rutas que utilizan para el tráfico.

De todas formas, el jerarca de seguridad reconoció que al haber “menos droga, menos plata y menos bocas, se disputa mucho más duramente el territorio que antes”. Por eso, si bien sostiene que lo bueno es que existe un descenso de las rapiñas y los hurtos para comprar droga, también se activó “una guerra violenta entre bandas que provoca muchos asesinatos”. Así es que justifica que los homicidios aumentaran un 17,2% en el último trimestre.

Cocaína

En el caso de la cocaína, si bien la cantidad de incautaciones aumentó en 2020 y 2021 en relación a años anteriores, no existió un salto tan grande como con la pasta base y la cifra récord, por lejos, fue en 2019. Desde el 2015 a 2017 la incautación fue de entre 125 y 144 kilos; luego en 2018 se alcanzaron los 586 kilos. En 2019 el panorama cambió totalmente, dado que se incautaron casi 12 toneladas de cocaína. En 2020 y 2021 los operativos policiales derivaron en que se incautaran 1.480 y 2.075 kilos, respectivamente. En lo que va del 2022 han confiscado 2.895 kilos.

Los números por incautación de pasta base y cocaína difieren porque la estrategia y el impacto en Uruguay es distinto. En el caso de la cocaína, la mayoría de esta droga está en nuestro país “de paso”. Gran parte de los ladrillos de cocaína se confiscan al examinar buques de carga que vienen de otros países de América Latina y tienen como destino final a Europa o África.

De hecho, el récord de incautación de cocaína en 2019 surge por confiscaciones en solo dos oportunidades. El 21 de noviembre de ese año hallaron tres toneladas de cocaína -con un valor de US$ 740 millones- en el puerto de Montevideo. Estaban en un contenedor que tenía como destino final la ciudad de Cotonou en Benin (África). Y el 28 de diciembre de 2019 se dio un récord histórico cuando se incautaron seis toneladas de cocaína -con un valor de US$ 1.340 millones- luego de que examinaran un buque en el puerto de Montevideo que tenía como destino final África y de que allanaran una estancia en el kilómetro 292 de la ruta 21.

La región

El aumento de las incautaciones de cocaína tiene que ver con el incremento de la producción en los principales países productores: Colombia, Perú y Bolivia. No solo se produce más, sino que también se mejoró el producto. “Bolivia aumentó la cantidad de hectáreas destinadas a la coca luego de la pandemia porque la gente se quedó sin trabajo y se decidió empezar a plantar especies más rentables”, dijo la fuente del ministerio.

El tráfico de cocaína -y sus derivados- baja de estos países productores hacia Argentina, Brasil y Paraguay. Un 90% de los buques que salen de Paraguay van por la Hidrovía y hacen escala en Uruguay.

Paraguay es atractivo para los narcotraficantes. Por un lado, este país no tiene casi puertos nacionales sino que la mayoría son puertos privados. Los investigadores de narcotráfico también han identificado que se está trayendo la droga en barcazas y que Uruguay se usa como acopio para luego exportar la sustancia ilegal.

Esto fue lo que se identificó el lunes pasado, cuando se incautaron 653 kilos de cocaína en el puerto de Montevideo, cargamento que tenía un valor de US$ 25 millones. Se encontraron 600 ladrillos en un barco que venía desde Paraguay y transportaba carne congelada con destino final en la ciudad de San Petersburgo (Rusia).

“Tenemos que ir en la línea de la legalización”

El secretario general de la Secretaría Nacional de Drogas, Daniel Radío, dijo a El País que las cantidades de droga que se incautan “no tiene nada que ver” con la droga que se consume. “Que se incaute más cantidad no quiere decir que haya más consumo y tampoco significa que las personas van a consumir menos ahora que se quitan esas cantidades”, sostuvo.

El funcionario cree que la persona que quiere consumir droga siempre tiene dónde comprarla y por eso señaló que el combate al narcotráfico que existe mundialmente “nunca logró entorpecer el consumo, ni siquiera en países como China o Rusia”.

En esta línea, señaló que el camino a largo plazo debería ser apuntar a la legalización de algunas sustancias. “El prohibicionismo lo que hace es aumentar la violencia”, dijo Radío e hizo referencia a la Ley Seca en Estados Unidos, que consistía en la ilegalización del alcohol.

Radío comentó que la aplicación de esta medida demuestra cómo incrementó la violencia y el poder de las organizaciones delictivas, y “lo que menos se hizo fue lograr que la gente dejara de consumir alcohol”.

Aun así, celebró el aumento de las incautaciones porque entiende que “hay que hacer todo lo posible para frenar el narcotráfico y el crimen organizado”. Pero al hacer esto no se está afectando al consumidor, sino al criminal, insistió.

Y entre estos criminales están los vendedores, los que están más abajo en la pirámide, y Radío considera que el camino hacia la legalización salvaría la vida de todas estas personas que se meten en el negocio.

Uno de los mayores problemas que debería atacar la Policía y la Justicia, según el secretario general de la Secretaría Nacional de Drogas, es el lavado de dinero que realizan los narcotraficantes en el país.

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