Publicidad

“Vemos un giro en la región, pero con fuerte control parlamentario”, dice precandidato a la Presidencia de Paraguay

Compartir esta noticia
Santiago Peña, candidato presidencial favorito en Paraguay
Santiago Peña, candidato presidencial favorito en Paraguay.
Foto: Estefanía Leal

ENTREVISTA

Santiago Peña habló de sus perspectivas para las elecciones internas del 18 de diciembre y de su visión sobre la región: “El presidente que no haga una buena gestión, el pueblo se lo va a reclamar”.

Precandidato a la Presidencia de Paraguaypor el movimiento Honor Colorado del Partido Colorado, y según las encuestas favorito a llegar al gobierno, Santiago Peña, estuvo esta semana en Montevideo por los 30 años de la Unión de Partidos Latinoamericanos (UPLA). En diálogo con El País, habló de sus perspectivas para las elecciones internas del 18 de diciembre, y de su visión sobre la región. Peña, economista, de 44 años, trabajó en el FMI, fue presidente del Banco Central y ministro de Economía. “Hoy América Latina está viviendo una situación adversa (...). Aquel presidente que no haga una buena gestión, el pueblo rápidamente se lo va a reclamar”, afirma.

-Paraguay está en la recta final de la campaña por las elecciones internas del 18 de diciembre. Según las encuestas, usted encabeza la intención de voto en el Partido Colorado, y es favorito a ganar la Presidencia. ¿Con qué perspectiva encara este tramo final de la campaña?

-Yo hice un intento cinco años atrás, con nula experiencia política partidaria. Fue un proceso de aprendizaje muy rápido. Fue como salir a correr un rally sin hoja de ruta, sin conocer a los mecánicos. La carrera fue intensa, cinco meses de campaña, mucho aprendizaje. En los últimos cinco años como un actor político desde afuera, en el sector público, y trabajando en temas económicos principalmente. Así que hoy estoy con una madurez mayor de la que tenía, con más experiencia, a pesar de tener 44 años. Eso me da la facilidad de poder saber dónde hay que acelerar, dónde hay que frenar, la construcción de alianzas políticas que es fundamental. Nadie llega solo, entonces para mi es fundamental consolidar mi posición dentro de un partido de masas como es el Partido Colorado. Un partido policlasista, de demandas populares, de una base rural muy importante. Estar cerca de los diferentes segmentos ha sido muy importante para mi, me ha permitido consolidar no solamente la imagen sino la realidad de una candidatura. Así que el balance es muy positivo.

-En Paraguay el Partido Colorado está fuertemente dividido, lo que lo hace al mismo tiempo gobierno y oposición. ¿Cómo va a trabajar para unir al partido en caso de ganar?

-El discurso ha sido positivo, a favor de un Paraguay y un partido político fuerte. Nuestros adversarios circunstanciales, que es el oficialismo del actual presidente, no son nuestros enemigos. Nosotros apostamos a una unidad al término de las elecciones. Ellos son los que se rehúsan, con un discurso polarizante, más divisorio. Y hay dos elementos que me permiten ser optimista. Uno, el Partido Colorado ha sido gobierno en los últimos 70 años, con la excepción de un período del 2008 al 2013 en el gobierno de Fernando Lugo y Federico Franco, que fue justamente por la incapacidad de la cúpula dirigencial del partido de poder hacer ese abrazo después de las internas. El pueblo colorado sufrió mucho esa época. Entonces, está muy fresca en la memoria el haber ido a la llanura para un partido que tiene una vocación del ejercicio del poder. Y el segundo elemento que me permite ser optimista es el nuevo sistema electoral, donde se dejan de lado las listas sábanas por un régimen de lista de voto preferencial. ¿Qué quiere decir esto? Que el candidato al Senado número uno como el número 45 tienen las mismas chances y todo van a tener que salir a trabajar. Esto de por sí obliga a la unidad del partido.

-¿Qué es lo que más le cuestiona al presidente Abdo Benítez?

-Dos cosas principales. La falta de idoneidad tremenda, la incapacidad de liderar una agenda defensa del Paraguay en la pandemia, y casos de corrupción.

-El presidente Abdo Benítez también ha acusado de corrupción a líderes de su movimiento político, entre ellos al expresidente Horacio Cartes.

-Asimismo. Y en cuatro años y medio, y a pesar de tener a todos los organismos de control, no se ha podido demostrar absolutamente ni un solo hecho de corrupción, no existe un solo ministro del anterior gobierno que tenga hoy una causa abierta. Hoy hay ministros del actual gobierno que están con causas abiertas. Entonces, hemos visto un uso y un abuso por parte del gobierno de los organismos de control con fines político-electoral. Por ese lado ha habido un deterioro de los organismos de contralor.

-En la región hay una nueva “ola progresista” por la llegada de gobiernos de izquierda en Chile, Colombia, Perú, y ahora la vuelta de Lula en Brasil. ¿Usted cómo lo ve?

-Veo una ola renovada pero muy diferente a la que vimos en la década de los 2000. Es muy, muy diferente. Hoy vemos sí un giro nuevamente en los liderazgos presidenciales, pero con fuertes contrapesos parlamentarios; que es cómo deberían funcionar nuestras democracias. Lo que ocurrió en la década de los 2000 con Hugo Chávez, el primer mandato de Lula, Néstor Kirchner, Evo Morales y Rafael Correa, era no solamente un control a nivel de los poderes ejecutivos, sino también un fuerte control a nivel de los poderes legislativos, que les permitió hacer enmiendas constitucionales, ser reelectos. En esta nueva temporada vemos que los contrapesos están muy fortalecidos. En el caso del Perú estamos viendo lastimosamente cinco años de una enorme inestabilidad. En Chile Boric gana pero el Congreso le rechaza la reforma constitucional. En el caso de Brasil gana Lula pero tiene como vicepresidente a alguien de otra ideología y un parlamento que es dominado en principio por la oposición, pero no tengo duda de que Lula va a ser muy hábil para tejer las alianzas, y eso le va a dar un marco, no se va a poder mover muy libremente. En esto hay una frase que acuñó el ex presidente Julio María Sanguinetti en Asunción; habló que el populismo es el hijo indeseado de la abundancia. Y hoy América Latina no es la de 2003 o 2004 del boom de los commodities. Para que el populismo pueda prosperar tiene que haber recursos. Hoy América Latina está viviendo una situación adversa, la pobreza ha aumentado en gran parte del continente, el empleo es escaso, así que hay un enorme desafío. La palabra clave es gestión. Aquel presidente que no haga una buena gestión, el pueblo rápidamente se lo va a reclamar. Los gobiernos de derecha que nos hemos concentrado muchas veces en la gestión, hemos dejado de lado la comunicación. Yo creo que la clave es la gestión con comunicación.

Régimen tributario, china y Taiwán

En los planes de Santiago Peña no está un aumento de impuestos. Por el contrario, buscará crear las condiciones para mejorar la situación dentro de frontera, antes de comenzar a mirar hacia la extrazona del Mercosur. “No vemos bajo ninguna circunstancia modificar el régimen tributario, a no ser que lo hagamos más atractivo todavía disminuyendo más los impuestos. Así podremos generar muchísimo empleo, antes que empezar a mirar la extrazona o fuera del Mercosur”, dijo Peña. Paraguay es el único país de la región que mantiene relaciones diplomáticas en Taiwán. Sin embargo, eso no le impide hacer negocios con China. “China es el mayor proveedor de mercadería al Paraguay, y la mayor productora y compradora de alimentos del mundo, Cosco, del gobierno de China, opera en Paraguay y es el mayor comprador de soja paraguaya. Hay empresarios chinos, inversión china” en Paraguay, explica.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

Paraguay

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad