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Partidos avanzan hacia un pacto para cambiar el ADN de la educación

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El Partido Independiente formalizó apoyo a Eduy21. Foto: Gerardo Pérez

REUNIÓN

Precandidatos apoyan idea de Eduy21 que elimina la UTU y CES.

Tabaré Vázquez había dejado salir al oncólogo que lleva dentro y, apelando a la biología, dijo que “hay que cambiar el ADN de la educación”. A pocos meses de que culmine su mandato, la mayoría de técnicos y al menos siete precandidatos a la Presidencia coinciden en la necesidad de acordar un cambio contundente en esta área. Tras el ateneo médico -para seguir con el juego de galenos- está claro el diagnóstico del “paciente enseñanza” y ahora hace falta iniciar el tratamiento.

El colectivo Eduy21, que había surgido a instancias de académicos y ciudadanos preocupados con el devenir educativo, está encabezando una propuesta de acuerdo. Se trata de un pacto multipartidario que incluye la modificación de al menos ocho artículos de la ley de Educación. Le dice adiós a la existencia de Primaria, Secundaria y UTU, y pasa a crear dos consejos: uno de educación básica (de 4 a 14 años) y otro de media superior (de 15 a 18 años). Le da autonomía a los centros educativos, pone fin al asignaturismo, cambia la elección de horas docentes, la paga y la integración del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed).

Con matices, Luis Lacalle, Jorge Larrañaga y Enrique Antía, todos ellos precandidatos por el Partido Nacional, han respaldado la propuesta. También lo han hecho Ernesto Talvi y José Amorín Batlle, del Partido Colorado. Banderas de Líber, el grupo mayoritario que apoya la candidatura del frenteamplista Mario Bergara ha dado el visto bueno. Daniel Martínez (Frente Amplio) está en diálogo y Pablo Mieres, del Partido Independiente, formalizó ayer su adhesión. “Es un asunto que tiene que escaparle a la campaña, no tiene que estar ligado a quién gane, y por eso iniciaré una ronda de encuentros con los precandidatos de partidos con representación parlamentaria para llegar a un consenso”, dijo ayer Mieres tras un encuentro con las autoridades de Eduy21.

Es que después de los asuntos de seguridad y económicos -léase el empleo-, la educación es el principal problema del país. Así lo confirman las encuestas de opinión pública. Hace unos años, cuando la desaceleración de la economía no era tal, la enseñanza ascendía incluso a la preocupación primordial. La pérdida de ese título de “principal problema del país”, aclaran quienes impulsan el pacto de cambio educativo, no es el resultado de la mejora del sistema, sino el “desmejoramiento de otros problemas”.

El exsubsecretario de Educación y uno de los líderes de Eduy21, Fernando Filgueira, aclaró que la de Eduy21 es una propuesta más, concreta, pero que lo importante “es ponerse de acuerdo con la necesidad de unos cambios concatenados”.

Para ello, estima el colectivo impulsor, es necesario el incremento presupuestal en 1,2 puntos del PIB de acá a diez años: 0,8 de gastos corrientes y 0,4 de inversión extra.

Esta inversión, según los cálculos, permitiría que antes de 2025 el 40% de los niños de hogares pobres estén cubiertos en educación de tiempo extendido.

Pero el dinero es solo un detalle de la propuesta macro. Hay una batería de cambios legislativos que, por ejemplo, le dan mayor conducción política al Ministerio de Educación. Los llamados consejos desconcentrados, a su vez, dejan de tener tal desconcentración y pasan a responder directamente del Codicen. El Ineed estaría integrado por representación parlamentaria y no por cuotas de los organismos que evalúa.

Esto hará cambiar la idea de profesores por asignatura y se pasaría a un régimen más parecido al de Finlandia, con educadores con especialidad en áreas temáticas, radicados en el mismo centro educativo, con tiempo de planificación, de clase y de evaluación.

Esto y más sería parte de un plan de cambio legislativo a impulsar en los primeros 90 días del próximo gobierno, “gane quien gane”.

El socio de CPA Ferrere, Bruno Gili, lo resumió así: “Hay experiencias de éxito, como esos liceales que ganan premios en el exterior, ¿por qué no generalizar esa forma de enseñar?”.

Eduy21 viene recolectando firmas, en la plataforma Change.org, para apoyar el acuerdo y ya lleva juntadas más de 4.000 adhesiones, la mayoría de actores del sistema educativo.

Aun así, los promotores del cambio son conscientes de que aún les resta terreno por avanzar. Uno de los desafíos es cómo hacer partícipes a los sindicatos de docentes.

Varios de los sindicatos mantienen un discurso contrario al acuerdo y usan el mismo argumento que había anunciado Gonzalo Abella (de Unidad Popular) cuando se lanzó el Libro Abierto de Eduy21: “Esto privatiza la educación”.

La Federación Uruguaya de Magisterio (FUM) realizará un congreso los días 8 y 9 de mayo en el cual se definirán las líneas de políticas educativas que los maestros promueven. Eso sí, aclaró la secretaria general de la FUM, Elbia Pereira: “Nos resulta difícil pensar en políticas educativas donde no se involucre a los actores (a los docentes) en las definiciones”.

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