Las 7 puertas de Madrid: íconos de la historia

Las 7 Puertas de Madrid consiste en un recorrido por antiguas puertas, algunas de las cuales funcionaban como ingreso a través de la muralla que protegió la ciudad durante varios siglos. Exploremos estos monumentos del patrimonio cultural y arquitectónico de la capital española.

Las 7 Puertas son solamente algunas de las tantas que se encuentran al recorrer la ciudad. Estas puertas formaron parte de la muralla que protegió la ciudad desde fines del medioevo hasta finales del siglo XIX. A lo largo de los siglos, fueron remodeladas y, en algunos casos, se realizaron construcciones nuevas sobre las más antiguas.

Hoy en día, es posible apreciar las estructuras, aunque antiguamente contaban con puertas macizas que cerraban las murallas para impedir el ingreso a Madrid. Las enormes puertas de hierro y madera solo se abrían en caso de ser necesario. No pueden faltar en el itinerario de todo viajero que se aventure a recorrer la hermosa Madrid la visita a la Puerta de Alcalá, la Puerta del Sol, la Puerta de Toledo, la Puerta de Hierro, la Puerta de San Vicente, la Puerta de Felipe IV y la Puerta Real.

Sin lugar a dudas, se trata de uno de los símbolos más renombrados de la ciudad y punto de encuentro en la actualidad. Su construcción, de estilo neoclásico, se concluyó en el año 1778, durante el reinado de Carlos III.

Se ubica junto a la Fuente de Cibeles y debe su nombre a que era la puerta que comunicaba con Alcalá de Henares. Era uno de los 5 portales de acceso a la Villa de Madrid.

La Puerta del Sol es sinónimo de Madrid. Esta puerta formaba parte de la muralla medieval que protegía la ciudad en el siglo XV. El monumento debe su nombre al sol que estaba colocado sobre el portal y que miraba hacia oriente.

Aunque el portal no quedó en pie, en su lugar se erige la Plaza Puerta del Sol, que contiene varios puntos de gran interés turístico como el kilómetro cero de las rutas radiales de

España, el Reloj de la casa de correos donde suenan cada año las 12 campanadas de Nochevieja, la Estatua del Oso y el Madroño y la placa con el nombre de la plaza.

De diseño neoclásico, se terminó de construir en el año 1827. Está ubicada en el barrio de La Latina y daba acceso a la zona sur. Fue erigida en honor a Fernando VII como tributo a la resistencia española durante la ocupación napoleónica.

Esta puerta de estilo barroco clásico se terminó de construir en 1751. Su nombre se debe a la verja de hierro forjado que la compone. No se trataba de un punto de acceso a la ciudad, sino que funcionaba como ingreso a la residencia real de Moncloa, la actual sede oficial del presidente del Gobierno de España.

Esta puerta fue construida en el siglo XVIII y demolida en el XIX como parte de un reordenamiento urbano. El nuevo monumento se finalizó en 1995 siguiendo el diseño original neoclásico. Está ubicada en la zona oeste, en proximidades del Río Manzanares y permitía el ingreso y salida para quienes iban hacia la ciudad de San Vicente.

Este portal, también conocido como Puerta de Mariana de Neoburgo, constituye una de las entradas históricas al Parque del Retiro. Fue construida en 1680 en estilo barroco y servía como entrada real al parque y los jardines del buen retiro, lugares de esparcimiento de la realeza española en el pasado.

La Puerta Real, ubicada en el Paseo del Prado, data de 1781 y está construida en piedra y granito, en estilo clásico. Funcionaba como entrada al Real Jardín Botánico, un lugar destinado hasta la actualidad para la conservación y estudio de plantas.

Recorrer estos puntos destacados de Madrid es adentrarse en la historia, los personajes y la evolución de su sociedad a lo largo de los siglos. Este recorrido es una conjunción de momentos y lugares, históricos y contemporáneos, que forman parte del alma de esta ciudad. Incluir este recorrido en el itinerario de viaje implica sumergirse en la herencia cultural de Madrid, descubrir su esencia y comprender qué la hace tan especial.