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La lencería femenina se reinventa tras la pandemia del coronavirus

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MUJERES

La lencería como prenda exterior, de exhibición, vuelve con fuerza, tras dos años de mascarillas, guantes y alergia al contacto.

Con el fin de la pandemia, la lencería femenina vuelve con fuerzapese al peso que el covid tuvo sobre la intimidad y el  escrutinio que el movimiento MeToo hizo sobre todos los excesos.

La estrella del pop Rihanna lanzó un aviso durante la pasarela Dior en París en pleno invierno, luciendo su embarazo y un camisón transparente sobre un string negro.

La actriz Megan Fox se atrevió con un string blanco debajo de un vestido Mugler transparente durante los premios MTV.

El Salón Internacional de Lencería de París se cerró el lunes con un aluvión de desfiles que no solamente mostraron cuerpos esculturales, sino también modelos con diversidad de tallas, una tendencia que ya venía imponiéndose poco a poco en la publicidad.

Fuera la mascarilla, paso al string

La lencería como prenda exterior, de exhibición, vuelve con fuerza, tras dos años de mascarillas, guantes y alergia al contacto.

"Es una tendencia que estamos viendo enormemente en la cultura pop. Rihanna, Cardi B, Kim Kardashian se han apoderado de esos códigos de manera muy extravertida y con una verdadera dimensión feminista", explica a la AFP Renaud Cambuzat, director de creación e imagen de la marca francesa Chantelle.

Instagram es la ventana a ese movimiento "sexy desacomplejado", que está siendo adoptado "de forma personal por las generaciones más jóvenes y gente de mediana edad. Lo veo en las escuelas donde enseño", declaró a la AFP Jacqueline Quinn, creadora y profesora del Fashion Institute of Technology de Nueva York.

La conocida marca Victoria's Secret ya aparcó su eslogan "Un cuerpo perfecto" y expone ahora una mayor diversidad de modelos, con edades, tallas y looks diferentes, como por ejemplo la futbolista estadounidense Megan Rapinoe, símbolo del colectivo LGBT.

"Hace cuatro o cinco años estábamos en pleno #MeToo, había ganas de huir hacia algo que se percibía como más respetuoso. El combate #MeToo no ha sido completamente ganado, pero han abierto nuevas perspectivas. Hay mujeres y marcas que tienen legitimidad" para proponer un regreso a la lencería ultrasexy, dice Renaud Cambuzat.

"No hay que confundir #MeToo con puritanismo. Una mujer puede desear seducir, por voluntad propia" declara a la AFP Samar Vignals, de la firma Aubade.

De sus conocidas publicidades en blanco y negro, con sugerentes bombachas y pronunciados escotes, Aubade ha pasado a mostrar modelos que miran directamente a la cámara y proponen "una seducción franca".

Tras "la necesidad de confort" a causa de la pandemia, las clientas de Aubade piden ahora "más audacia", asegura esta creadora. "El string o el tanga es nuestra mejor venta", destaca Samar Vignals.

Sexualidad desenfrenada, pero no tanto

"Asistimos al retorno de la sexualidad desenfrenada de los años 2000, a códigos que reenvían al arquetipo de la mujer objeto pero que ya no tienen el mismo sentido (...). No se trata de una exigencia de seducción sino que consiste en reapropiarse de manera feminista de una vestimenta sexualizada", explica Benjamin Simmenauer, profesor del Instituto Francés de la Moda.

Se trata de "desdramatizar la seducción", explica Aline Tran, fundadora de una tienda de lencería erótica en París.

"Ahora se habla mucho más de aceptar su cuerpo (...) La seducción es un activo superfeminista, dentro de la tendencia de recuperar el control de su cuerpo", explica.

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