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El soutien la prenda que la moda ya no esconde

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Nuria Sardá (i), directora creativa de la firma de lencería Andrés Sardá, abrazada por el modelo Andrés Velencoso, al finalizar su desfile en la 75 edición de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid. EFE

MODA

#l soutien sale a la calle de manera muy evidente; según se vio este viernes en el desfile de la firma Andres Sarda, que fantasea con el exceso lencero.

Con femeninas transparencias, sofisticados encajes, enjoyado con cristales de Swarovski o en denim para mostrar su lado más rebelde, el soutien sale a la calle de manera muy evidente; según se vio este viernes en el desfile de la firma Andres Sarda, que fantasea con el exceso lencero.

"En esta colección el sujetador sale a la calle de manera muy evidente", explicó a Efe la directora creativa de la firma Nuria Sardá, que en esta ocasión apuesta por "los contrastes y las combinaciones atrevidas".
Salvo la edición en la que participó el actor y cantante español Mario Vaquerizo, es la primera vez que la firma de lencería y baño cuenta con una celebridad, el modelo internacional Andrés Velencoso, que abrió el desfile con una propuesta de día realizada en denim: "Es un icono de la moda, un lujazo poder colaborar con él", indicó Sardá.
Ante los acontecimientos mundiales, -la pandemia, y ahora la invasión de Ucrania por Rusia-, "no podemos controlar lo que va a ocurrir, solo cómo lo afrontamos", dijo la diseñadora que con este nuevo trabajo intenta trasmitir energía y fuerza "para tirar hacia delante".
Y con esa idea, se inspiró en el Nueva York de los 70, para crear prendas lenceras de aire tejano. Luego se vieron conjuntos contrastados con detalles metálicos y tejidos de peluche, ideados para el día jovial y divertido.
Para la noche, el sujetador, columna vertebral de la propuesta, se convierte en vestido. Una de las piezas más aplaudidas fue un triquini convertido en pantalón adornado con ocho mil cristales de Swarovski.
Como no podía ser de otra manera, el encaje, ADN de la firma, volvió a ser protagonista en la noche de esta firma que comenzó haciendo mantillas, un accesorio apegado a la tradición española que llamaba la atención en todo el mundo.

"El encaje negro sobre la piel me encanta", añadió la diseñadora que también trabaja la blonda, el encaje o el tul, siempre presentes en su trabajo, pero no como un mero adorno, sino como un tejido integrado en el patrón de su lencería.

"La lencería tiene el poder de hacerte sentir bien, aunque nadie la vea", aseguró la modista que considera que "vestirse bien por dentro da subidón".

Consciente de que no es momento de frivolizar con la moda, Nuria Sardá detalla que Ucrania y Rusia son parte del mercado de la firma. "Es un espanto lo que está ocurriendo", agregó la diseñadora.

A continuación, Isabel Sanchis mostró una colección inspirada en la diversidad cultural que tienen "sus clientes y su forma de entender la moda", explicó la diseñadora.

Como resultado, creó piezas que parten de un prêt-à-porter muy trabajado con estampados geométricos cercanos al "pop art" hasta piezas de costura con volúmenes y trabajos artesanales minuciosamente confeccionados como vestidos realizados con bambú y plumas.

En cuanto a la paleta de colores, además del negro, siempre presente en las colecciones de Isabel Sanchis, se introdujo una gama de marrones, naranjas, pistachos y rosas.

Por su parte, Hannibal Laguna presentó una colección en la que fusionaba las siluetas de los años 50 con los elegantes estampados de los años 60. "Es lo que más me gusta de las dos décadas", dijo el diseñador que, divertido, contó que uno de los estampados está sacado de un vestido de su madre que recuperó de una fotografía.

Una colección ausente de bordados con la intención de confeccionar los vestidos con la mayor celeridad posible.

"Las peticiones aumentan, pero no con mucha previsión por lo que pueda pasar", comentó Laguna, que apostó por los "vestidos de jardín", piezas para utilizar al aire libre, en vivos colores, intensos naranjas y amarillos vibrantes.

Escotes largos, en los que se cuelan faldas bombonera, vertiginosos en V, líneas marcadas con fajines que acentúan la cintura y manga larga con distintas estructuras conformaron una colección en la que no faltó un vestido "ecológico", en neopreno elástico. 

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