Expertos dan pistas y claves sobre cómo encarar las segundas oportunidades en pareja

Aceptar las equivocaciones, asumir los errores y establecer nuevos acuerdos es fundamental. Se debe estar dispuesto a vivir desde el verdadero perdón y reconciliación.

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Pareja discutiendo
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Foto: Archivo

El Tiempo (GDA)
De buscar una nueva oportunidad con la expareja nadie está exento, pero que la atracción sea mutua "y las causas de la ruptura sean corregibles” no es suficiente, indica Patrice Lafforgue, asesora en reconquista amorosa ydesarrollo personal.

Para intentar una segunda temporada es importante que la desesperación o la obsesión no sean las razones para volver y mucho menos actuar por puro impulso o para satisfacer necesidades del momento “como cumplir favores o establecer una relación de amigos con derechos”.

Las deudas, la soledad, el aburrimiento, el trabajo o los hijos no deben ser tampoco el argumento, sino el amor, “darse cuenta de que realmente se ama a la otra persona”, recalca la experta Gloria Sierra Uribe, psicóloga de pareja y autora del libro Amores que matan, amores que sanan (De psicópatas y esclavos emocionales al amor en plenitud).

Se requiere que “el contexto sea sentimentalmente ‘limpio’ en el sentido de que no haya ‘contaminación’ del pasado, o esta sea lo menos posible. Ahora bien, cuando el evento disruptivo, es decir, el hecho por el cual la persona dice ‘no aguanto más y me voy’ ha sido muy catastrófico, es muy difícil que se busque una segunda oportunidad”, explica Gloria Sierra.

“Se debe tener claro para quién es catastrófico el evento porque puede suceder que para uno de los dos no lo sea, por ejemplo, si la pareja con quien estoy me robó o si tiene un(a) amante…”. En una segunda vuelta, cada uno debe tener claro cuál es el punto de no retorno en la relación, es decir, qué es imperdonable para él y para ella.

Algunas de las situaciones más expuestas en consulta, refiere la psicóloga, son tener un hijo con otra persona o cuando alguno de los dos se compromete económicamente con la familia de origen (madre, padre o hermanos) y, en cambio, su pareja (e hijos, si los tienen) viven en la miseria o en condiciones adversas; o también, por ejemplo, pedir no ser exclusivos sexualmente. Lo importante es que quienes estén contemplando la idea de volver tengan muy claro cuáles aspectos son negociables y cuáles no.

El pasado (de una relación) es como un mapa y una lección de vida que puede indicarnos la viabilidad o no de explorar una segunda temporada juntos. “En la vida de pareja pueden aparecer momentos de tensión, pero si estos se volvieron una tendencia sin posibilidad de solucionarlos, entonces sería pertinente que cada uno siga por su lado”, apunta Lafforgue.

La perversidad narcisista, el maltrato y la violencia, las infidelidades crónicas y la falta de respeto son algunos ejemplos. Igualmente, si no hay cambios respecto a las causas de la ruptura sería un gran riesgo empezar de nuevo con esta persona.

Cambios y compromisos que cuentan

Para que una segunda temporada se augure positiva y edificante, la psicóloga Gloria Sierra Uribe recomienda:

• Hablar de lo que les pasó en la primera temporada, así como aprender de los errores cometidos y tener la certeza de la no repetición para evitar idas y vueltas y que la relación se convierta en un círculo vicioso.

• Hagan un cierre del primer ciclo. “Incluso les sugiero a las parejas que cambien de casa, de muebles, de ropa, si se pueden dar ese lujo económico, para entrar como nuevos a la segunda oportunidad, sin olvidar la maleta de aprendizajes como: ‘no queremos ninguna forma de violencia o maltrato ni que falte el diálogo o la comunicación’”.

• Lo ideal es que cada uno haya sanado las diferencias a través de terapia individual y/o de pareja con psicólogo, terapeuta, sacerdote o que hayan participado en un encuentro o curso de pareja, etc.

• Juntos construirán y cuidarán de su vida en pareja, pero también cada uno tiene una vida propia que no debe perder. Por eso consideren aspectos como ‘tu familia, la mía y la nuestra’, por ejemplo, establecer cuándo visitas a la tuya, cuándo yo a la mía, y cuándo ambos visitaremos a la tuya y a la mía. Establezcan acuerdos también al hablar de tus amigos, los míos, los nuestros; tu dinero, el mío, el nuestro, etc.

• Estar dispuestos a vivir desde el verdadero perdón y reconciliación tanto consigo mismo como con la pareja. No se queden como disco rayado resaltando los errores del pasado; recuperen todo lo lindo de su vida en común, por ejemplo, cuando eran más románticos y aventureros. Revivan también los mejores momentos en familia, en el caso de que haya hijos.

• Vuelvan sin culpa ni remordimientos. “Pareja es par, o sea igualdad, y por eso uno no debe llegar a negociar en una relación afectiva en condiciones de inferioridad para evitar que quien se sienta culpable se quede en el papel de salvador en la relación, al punto de mendigar amor, y el otro actúe como un verdugo”.

• Respeten las vivencias íntimas del otro en el tiempo que no estuvieron juntos. Eviten los cuestionamientos y saqueos emocionales como preguntar: ‘¿Estuviste con otras personas?, ‘cuéntame cómo fue el sexo con él/ella…’, ‘¿fue mejor que conmigo?’ Esta intimidad debe ser respetada para no exponer las vulnerabilidades del otro cuando tengan alguna crisis.

• Procuren que no haya una convivencia inmediata, dice la psicóloga autora de libros como Si nos amamos, amémonos bien y UCI-Unidad de Cuidados Intensivos para el amor. “Dense un tiempo para reestructurar la relación, disfruten un segundo noviazgo y hagan planes juntos”.

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