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Son emprendedores uruguayos, aceleraron sus negocios en Silicon Valley y sus startups se volvieron un éxito

Agustina Sartori, Martín Alcalá Rubí, Juan Caviglia y Maximiliano Casal participaron de los programas de aceleración de Y Combinator y 500 Startups

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Emprendedores uruguayos Agustina Sartori, Martín Alcalá Rubí, Juan Caviglia y Maximiliano Casal.
Emprendedores uruguayos Agustina Sartori, Martín Alcalá Rubí, Juan Caviglia y Maximiliano Casal.

Por Antonio Larronda

Qué tienen en común empresas «unicornio» como Airbnb, Dropbox, Reddit, Twitch, Coinbase, Canva o Solana? Que todas pasaron por un proceso de impulso de sus negocios en dos de las aceleradoras tecnológicas más importantes del mundo:Y Combinator (YC) y 500 Global (ex500 Startups).

Para tener una idea de la magnitud de estas organizaciones, YC, creada en 2005 por el inversor Paul Graham, su esposa Jessica Livingston, Robert Morris y Trevor Blackwell, ha invertido en más de 3.000 empresas. Una docena de ellas cotizan en bolsa, más de 60 están valuadas en más de US$ 1.000 millones (por eso son «unicornios») y la valoración combinada de los antiguos alumnos de YC supera los US$ 600.000 millones, según reseña el sitio web de la aceleradora.

En tanto, 500 Global maneja más de US$ 2.700 millones en activos. Según informa la empresa, en su portafolio hay 49 startups valuadas en más de US$ 1.000 millones y cerca de 150 con valores mayores a US$ 100 millones.

500 Global (ex 500 Startaups)

La aceleradora maneja más de US$ 2.700 millones en activos.

Con estas credenciales, y con una red contactos que incluye a los fundadores y fondos de capital más importantes de Silicon Valley y otras partes del mundo, no es extraño que entrar ahí sea un anhelo de muchos emprendedores a nivel global.

Y los uruguayos no son la excepción.

Inicio en 500 Startups

«Si una startup quiere meterse en el mercado de EE.UU., hay que estar en ese lugar, entender cómo se le habla a los inversores, juntarse en persona con ellos. Son contactos que uno lleva para toda la vida y que pueden ayudar en otras instancias. Y eso se logra viviendo ahí, hablando con personas cara a cara», valoró Agustina Sartori, cofundadora junto a Carolina Bañales de GlamST, startup adquirida por el gigante de belleza Ulta Beauty en 2018.

Sartori, que ingresó a la entonces 500 Startups en 2015 cuando buscaban entrar a EE.UU., define esa instancia «como una de las mejores experiencias en mi camino en GlamST». Hoy la emprendedora es managing director de Prisma Ventures (fondo de inversión de Ulta Beauty) y directora de innovación digital de la compañía y reconoce que cada tanto apela a contactos generados durante aquella instancia. Sobre su experiencia, entre otros aspectos, destacó aprendizajes a la hora de levantar capital. «Aprendimos mucho sobre cómo relacionarnos con inversores, qué decir y qué no, y que al llegar a una reunión tener preguntas para el inversor es importante. Hay que entender que cuando uno busca un inversor uno busca a alguien que te acompañará en el camino de la startup y hay que conocerlo bien», fundamentó.

Aceleradora 500 Startups es de las más importantes del mundo
Aceleradora 500 Startups es de las más importantes del mundo

Tras ese camino fue Martín Alcalá Rubí, emprendedor serial (Tryolabs, MonkeyLearn, Ultradrop y BrainLogic). De hecho, para postularse apeló a la ayuda de las fundadoras de GlamST. «Teníamos buena relación con ellas. Aplicamos, tuvimos una entrevista y contamos con el apoyo de las chicas», recordó. Fueron aceptados en 2015, cuando recién comenzaba MonkeyLearn (spin-off de Tryolabs) y comentó que esos cuatro meses en 500 Startups los cambió. «Vivimos la experiencia de ser una startup de Silicon Valley, estar allá te da otro nivel, entendés que están a otra velocidad. Además, ellos valoran mucho que estés físicamente ahí, que estás a walking distance de los inversores», comentó.

Otro punto alto es la inversión inicial recibida (en su caso US$ 120.000) porque «ganás al primer inversor de Silicon Valley, algo que no es menor». De su paso por el programa rescató varias mentorías y cursos como uno de marketing dictado por expertos en growth hacking (técnicas de crecimiento acelerado que buscan adquirir el mayor número de usuarios o clientes al costo más bajo y en el plazo más corto) y marketing de varias firmas. «Recuerdo que vino la persona que hizo crecer Pinterest de 10.000 usuarios a los primeros 10 millones, vino gente de Dropbox, de Google, de Amazon», ejemplificó.

Por supuesto, la red de contactos es otro valor destacado. «Los mentores son muy conocidos y están muy bien conectados. Eso básicamente se traduce en que pueden llegar a la compañía que quieran», remarcó.

Paso por Y Combinator

Y así como las fundadoras de GlamST fueron una guía para Alcalá Rubí, este empresario lo fue para los hermanos Juan y Luis Caviglia, cofundadores de la plataforma para restaurantes Meitre. «Habíamos emprendido pero con la idiosincracia de Uruguay. Quisimos hacer algo diferente, pero sobre todo ser globales. Al ver cómo lo hacían las empresas que tenían esa escala, veíamos que coincidían en que estaban presentes y levantaban venture capital en Silicon Valley. Buscamos quiénes habían pasado y descubrimos que uno de los primeros fue Martín. Lo contacté y con él aprendimos todo lo necesario», relató Juan Caviglia.

Y Combinator

La valoración combinada de los antiguos alumnos de YC supera los US$ 600.000 millones

En su caso, se postularon a varias aceleradoras y en 2018 fueron aceptados por YC. Además de los US$ 130.000 de inversión inicial captados, los emprendedores tenían otro objetivo claro: aprender cómo levantar capital en Silicon Valley. «Nueve meses antes estuve ahí buscando contactos con fondos, inversores y la verdad que yo no era nadie. Me faltaban credenciales. Entendimos que si entrábamos en YC tendríamos esa chapa ante posibles inversores, era pasar de ser cualquiera de Uruguay a ser emprendedores de YC».

De la experiencia, destacó especialmente las cenas semanales con otros fundadores de startups, las mentorías grupales y las reuniones uno a uno para discutir en qué etapa estaba el proyecto, dónde querían ir y qué habían logrado en la última semana en pos de ese objetivo. Sus mayores aprendizajes giran entorno a cómo levantar capital, cómo hablar con inversores, el modo de estructurar la empresa hasta cómo pensar en las diferentes rondas de inversión.

Y los resultados fueron positivos. Al terminar la fase de aceleración, durante el demoday para levantar capital, los emprendedores se presentaron frente a unos 30 fondos y cerca de 70 inversores ángeles.

«De todo lo que sé acerca de levantar capital, un 80% lo aprendí en YC», acotó. Y ese conocimiento lo sigue aplicando hasta hoy. «Lo que aprendimos en la ronda original lo aplicamos en la que hicimos el año pasado», señaló.

Y Combinator. La aceleradora de Silicon Valley destaca por las startup unicornios que han participado de sus programas
Y Combinator. La aceleradora de Silicon Valley destaca por las startup unicornios que han participado de sus programas

En tanto, el uruguayo Maximiliano Casal, cofundador del «unicornio» Nowports, un agente digital de carga, definió a YC, la aceleradora a la que ingresó en 2018, como una «Universidad de emprender». «Lo que intenta hacer YC es ayudarte a pensar y prepararte para los desafíos. Te dan las herramientas, te cuentan historias de éxito, de fracaso y ayudan a crear una empresa que genere un cambio significativo en el mundo», resumió.

A modo de ejemplo, citó que además de US$ 150.000 de inversión, recibieron workshops, charlas y reuniones con especialistas de ventas, marketing, operaciones, finanzas, fundraising, entre otras áreas. Asimismo, aprendieron sobre cómo abrir un mercado, crear una cultura, levantar capital, armar una base de datos de inversores (con calificaciones), entre otros puntos. Incluso, destacó que todos los que participan en la aceleradora pueden acceder a la plataforma Bookface, un red social de YC.

Pero sobre todo, Casal remarca que para los emprendedores latinoamericanos, la aceleradora aporta un «sello de confianza» que legitima el proyecto frente a inversores. «Valida que tenés las capacidades de construir algo importante y que tu startup tiene un futuro prometedor». Y esto redunda, agregó, en que sea más fácil levantar capital porque los inversores «te conocen mejor y ven tu potencial».

Finalmente, lo que más marcó a Casal, fue entender que la vida del emprendedor es «una montaña rusa de emociones» y que deben tener capacidad y fortaleza mental para asumir que «los highs no pueden ser muy highs y los lows no pueden ser muy lows».

500 Startups en Uruguay

El 17 de octubre de 2017 dio inicio 500 Startups Montevideo, un capítulo de la aceleradora estadounidense en Uruguay coorganizado por la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), el Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU), la Agencia Nacional de Desarrollo (ANDE) y el instituto Uruguay XXI. Durante seis semanas, varios emprendedores de unas 20 startups uruguayas recibieron mentoría de expertos de la aceleradora. Uno de ellos fue el actual presidente de la ANII, Flavio Caiafa. «Lo hice porque estaba en ThalesLab y Abya, empresa de videojuegos online que estaba en la incubadora y que fue seleccionada. Había dos cupos, en la empresa era una sola persona y me sumé», contó. Caiafa sostuvo que el aporte diferencial de la aceleradora fue que sus expertos brindan «herramientas y consejos muy prácticos de cómo gestionar una startup». También valoró las instancias con los mentores donde ayudaban a cada emprendedor a resolver un problema concreto. «Te dan una metodología, una forma de aplicar soluciones y en una semana hay resultados. Estas aceleradoras tienen un nivel de experiencia muy alto, han visto cientos de startups, saben lo que funciona y cómo aplicarlo rápidamente en forma efectiva», señaló.
El presidente de la ANII remarcó además que ese primer proyecto cimentó la base del programa Pasaporte Emprendedor, ejecutado junto con Endeavor Uruguay, donde seis

500 Montevideo
500 Montevideo

startups pasan una semana en 500 Startups. Además, según adelantó, este año se hará un llamado internacional a aceleradoras en tecnologías digitales y biotecnologías que quieran instalarse en Uruguay.

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