INFORME

Ocho líderes de negocios cuentan cómo su pasado estudiantil influyó en sus carreras

La pasión por aprender une las historias de Isabelle Chaquiriand, Martín Dovat, Sylvia Chebi, Leonardo Isoardi, Carolina Bañales, Rodrigo Ferreiro, Diego O´Neill y Mario Taglioretti

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Alejandra Pintos

El camino hacia el éxito profesional no luce igual para todos. Un buen desempeño académico puede augurar un triunfo en el mundo de los negocios, o puede que no. No existen las recetas.

Algunos, como el magnate inglés Richard Branson, fundador de The Virgin Group, eligieron no terminar la secundaria -él, en particular, la abandonó a los 16 como consecuencia de sus dificultades de aprendizaje; el director del instituto le dijo que creía que iba a terminar «preso o millonario»-.

También están los que cambiaron varias veces de carrera, en busca de algo que los apasionara, y los que siempre supieron qué es lo que iban a estudiar.

Otros, como Anna Wintour -jefa global de contenidos del imperio editorial Condé Nast-, no tuvieron educación terciaria, o abandonaron la universidad al poco tiempo de haber ingresado, como los famosos Steve Jobs, Bill Gates y Mark Zuckerberg.

Mark Zuckerberg, Tim Cook, Bill Gates, Richard Branson, Jeff Bezos y Mary Barra
Mark Zuckerberg, Tim Cook, Bill Gates, Richard Branson, Jeff Bezos y Mary Barra

Y están los que fueron excelentes estudiantes, como Jeff Bezos, que se graduó con honores de la carrera de Ciencias de la Computación e Ingeniería Eléctrica en la Universidad de Princeton.

De acuerdo con CNBC, alrededor del 40% de los CEO de empresas que integran la lista Fortune 500 tienen un MBA. Entre ellos Tim Cook, de Apple y Mary Barra, de General Motors.

Alrededor del 40% de los CEO de empresas que integran la lista Fortune 500 tienen un MBA

Lo cierto es que a los grandes emprendedores, empresarios y gerentes no los une haber egresado de una misma universidad o tener el mismo título, sino la determinación, la pasión y la capacidad de aprender constantemente, dentro o fuera de la academia.

Mario Taglioretti, uno de los entrevistados para este informe lo resume así: «La facultad es la base de todo, pero van a seguir aprendiendo todos los días. Y el día que crean que no hay nada más para aprender, profesionalmente estarán muertos».

Isabelle Chaquiriand

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Cuando estaba en la escuela una maestra la bautizó «terremoto»: era inquieta y le gustaba conversar. En el liceo, «el nivel de exigencia» le implicó una mayor concentración, por lo que Chaquiriand se volvió «aplicada y seria». En la universidad encontró dónde canalizar su energía característica: estudió Ciencias Económicas porque le gustaba aprender «un poco de todo». «La hiperactividad se mantuvo a lo largo de toda la vida», dice. Como decana de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad Católica, directora de ATMA e integrante del directorio del banco HSBC, su diversidad de intereses es más evidente que nunca.

Martín Dovat

Martin Dovat
Nota a Martin Dovat, gerente general de Zonamerica, en sus parque de negocios y tecnologia en Montevideo, ND 20200508, foto Leonardo Maine - Archivo El Pais
Leonardo Maine/Archivo El Pais

El gerente general de Zonamerica define a su perfil de estudiante como «cuestionador». Tanto en el liceo como en la universidad, donde estudió Ingeniería Industrial, buscaba contrastar lo que decían sus docentes con fuentes diferentes -algo que era fomentado por los académicos-. Esa, afirma, es una cualidad que conserva hoy en día. «Estamos en una era donde hay exceso de información y es importante el pensamiento crítico», remarca. Sostiene que nunca tuvo una «duda vocacional», pero sí fue incentivado por uno de sus mentores a realizar un MBA para expandir sus habilidades «blandas» y financieras.

Sylvia Chebi

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A la cofundadora de ThalesLab siempre le gustaron las matemáticas, la física y la filosofía. En ellas concentraba su atención y sus ganas de aprender. Cuando en la dictadura echaron a sus profesores favoritos siguió «tomando clases particulares con ellos para ampliar conocimientos de matemáticas, por hobby». Con ese perfil entró a la Facultad de Ingeniería, originalmente con la idea de hacer Sistemas, aunque luego se volcó por Electrónica. «La universidad me dio las herramientas y los fundamentos necesarios para aprender a aprender, que es lo que más sirve hoy en el mundo de la innovación en que me muevo», resalta Chebi.

Leonardo Isoardi

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El socio director de CPA Ferrere define a su pasaje por la escuela y el liceo como «promedio»; fue en la universidad donde encontró su pasión. Llegó a Montevideo desde Salto para estudiar Contador Público. Sus materias favoritas eran Legislación y Técnica Tributaria y Finanzas, de las que años después fue docente. Su consejo para un estudiante es: «Que elija lo que realmente le guste y se dedique a aprender, pero sin perder de vista el disfrute. La pasión es un valor que no se aprende en los libros, pero es muy valorado en el ámbito laboral. Asimismo, que sepa que las relaciones humanas son fundamentales para su futuro profesional».

Carolina Bañales

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«Mi motivación estaba muy relacionada con el interés y curiosidad que el profesor generaba en mí», afirma lafundadora de Eyecue Insights, resaltando la importancia de tener un buen docente tanto en el liceo como en la universidad. De todas formas, sus materias favoritas -y en las que le iba mejor- eran las relacionadas con números. Hizo la carrera de Ingeniería en la Universidad de Montevideo y enseguida creó su propia empresa. En ese sentido, afirma: «Me hubiera gustado tener más materias de emprendedurismo, negocio y manejo de equipos. Emprendí muy rápido luego de dejar la universidad y nunca pude hacer un MBA».

Rodrigo Ferreiro

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Para el gerente comercial de Montevideo Shopping, el camino para encontrar su vocación fue sinuoso. En el liceo hizo la orientación Arquitectura, después se pasó a Medicina. Luego empezó la Facultad de Química, pero la dejó. Ese año, 1989, ingresó como cadete en Montevideo Shopping y «lo atrapó» conocer cómo funcionaban las distintas áreas del negocio. Con ese impulso, a los 25 años empezó la Licenciatura en Gerencia y Administración de Empresas. «La universidad me dio conocimiento, herramientas y principalmente la gran oportunidad de desarrollarme laboralmente. Mi escuela de negocios fue el shopping», reconoce.

Diego O’Neill

Diego ONeill
Diego ONeill, director de CEAOSA - Archivo El Pais
Francisco Flores

El director de la constructora CEAOSA y expresidente de la Cámara de la Construcción se define como un «buen estudiante», excepto por los últimos años de la dictadura. «Fui parte del movimiento de la sociedad para concretar la caída del régimen. En esos tiempos descuidé un poco los estudios», aclara. Fue a la Facultad de Ingeniería y allí fortaleció características personales que hacen a un buen profesional: ser «ordenado, metódico y analítico». Para O’Neill, «de facultad salís con una formación básica que en la vida profesional se irá profundizando e irás encontrando el área específica a la que dedicarte, tu propio camino».

Mario Taglioretti

Mario Taglioretti
Mario Taglioretti, director general creativo de Publicis Impetu, 20201104, foto Leonardo Maine - Archivo El Pais
Leonardo Maine/Archivo El Pais

Al socio y director general creativo de Publicis Ímpetu le fue bien en la escuela y el liceo. Como siempre le gustaron las artes y las letras, consideró hacer Derecho pero cuando vio que «los juicios no eran como los de Matlock», optó por Comunicación para ser periodista o cineasta. «Mi vocación publicitaria no nació espontáneamente, me fui enamorando de a poco», asegura. Desde su época como estudiante la tecnología ha sacudido la industria varias veces, por eso resalta: «Nunca crean que la herramienta de moda es lo más importante, lo son los conocimientos de fondo que seguirán siendo necesarios cuando esa herramienta ya sea paleolítica».

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