Los nuevos liderazgos de Tesla y China sacuden el statu quo en la industria automotriz

Una de las implicancias más visibles de la aceleración del cambio que está ocurriendo es que los pronósticos se demuestran falsos o verdaderos en cuestión de meses, con lo cual muchas «certezas» rimbombantes se exponen al ridículo y los gurúes más renombrados quedan desnudos de un semestre para el otro. En pocos campos esto es más claro que en el del futuro del transporte.

Algunas olas que se venían con todo no solo se desvanecen, sino que hasta parecen darse vuelta. Semanas atrás, una mayoría abrumadora (cerca del 90%) de los parisinos votó por prohibir los monopatines eléctricos de alquiler, una tendencia de micromovilidad que hasta el año pasado estaba para comerse la cancha. Los 15.000 scooters que hay en París protagonizaron 450 accidentes el año pasado, con tres muertes y escenas de desorden vial que se viralizaron y desbordaron a las autoridades. La alcaldesa de la capital francesa, Anne Hidalgo, tomó el plebiscito y la batalla contra firmas como Lime como una causa propia para reposicionarse políticamente.

¿Significa este revés de la nueva agenda de movilidad una vuelta al statu quo y al conservadurismo? Más bien, todo lo contrario: 2023 vino con novedades de transformación radical en el campo del transporte. A tal punto que muchos expertos creen que estamos en el inicio de la película del verdadero proceso disruptivo.

Por primera vez en la historia, en los primeros tres meses del año un vehículo eléctrico fue el más vendido del mundo: el modelo Y de Tesladesplazó de la cima a los muy populares Toyota RAV4 y al Toyota Corolla. De acuerdo con datos de 153 mercados, el auto de la empresa de Elon Musk vendió 747.500 unidades, un 91% más que en 2021.

En el eje de esta tendencia está la muy agresiva reducción de precios que implementó Tesla en el último año. Una estrategia que tiene precedentes históricos: la masificación y la baja de precios por la introducción de la línea de montaje le permitió a Henry Ford convertirse en el rey de esta industria en su momento, al igual que sucedió más tarde con el «toyotismo», que dejó relegadas a las grandes automotrices de Detroit.

Pero esta no es la única señal de disrupción a gran escala de 2023 en la movilidad. También por primera vez China se convirtió en el principal exportador de autos del mundo, gracias, especialmente, a la expansión de sus ventas de vehículos eléctricos.

Ambas noticias preanuncian una revolución en el sector. Porque tomaron la delantera nuevos incumbentes en el negocio (Tesla y BYD, entre otros) que obligan a acelerar los proyectos de transición tecnológica y ambiental de las empresas automotrices convencionales, que corren por detrás en la carrera de electromovilidad, porque no se esperaban este ritmo de expansión.

Si se analiza al segundo productor de vehículos eléctricos del mundo, BYD, se advierte que no viene del sector automotor, sino que en sus inicios, a mediados de los 90, era una fábrica de baterías. Junto a Tesla, hoy disfrutan de lo que en economía se llaman «rentas schumpeterianas»: el beneficio que se genera a través de una innovación, un nuevo producto o una tecnología exitosa en el mercado. Tesla hoy logra una ganancia neta de más de US$ 15.000 por unidad vendida, más del doble de las automotrices de Europa.

Ya hace rato que los vehículos eléctricos son más baratos que sus similares de hidrocarburos cuando se calcula el valor presente, considerando el ahorro de combustible, pero en 2023, incluyendo los incentivos fiscales, salen con un menor precio de lista en EE.UU. y Europa, y eso llama la atención de los consumidores.

Que China supere por primera vez a Japón, Alemania y EE.UU., como primer exportador de vehículos, refleja la madurez del mercado y da cuenta del paulatino proceso de globalización de sus compañías, con foco en India, el Sudeste Asiático y Latinoamérica.

El economista y especialista en transporte Leonardo Valente, dice que hay otras innovaciones y novedades importantes, como las nuevas baterías de sodio, que competirán con el litio.

«La batería de ion-sodio del modelo BYD Seagull podría desplazar al litio, mal que nos pese», completa el experto. Se trata de una innovación que está dando sus primeros pasos, pero ya hay 28 fábricas de esta nueva tecnología en China y otros países que tiene pros y contras: las baterías son más baratas y seguras, pero cuentan con menor densidad de energía, lo que reduce la capacidad de ofrecer autonomías elevadas. Por eso su introducción, por ahora, se realiza en coches baratos y pequeños, como el Seagull.

Foto: AFP

El segmento de autos presenta un blanco perfecto para los tecno-escépticos: las promesas de Elon Musk sobre una masificación inminente de los vehículos auto-manejados le valieron una lluvia de burlas y de críticas.

«Justo ahora, cuando está de moda pegarle a Tesla y a Musk por este tema, es cuando estamos viendo los avances más significativos en tecnologías de automanejo», dice Hernán Soulages, un programador que estudia y sigue el «momento disruptivo» de la industria automotriz.

«La gente que está probando el FSD (Full Self Driving) beta está maravillada con las últimas versiones, y lo mismo pasa con Waymo, que está andando mucho mejor. Estamos en una instancia súper interesante para autonomía y electrificación; todo el entusiasmo del año se lo lleva la IA generativa (ChatGPT), pero aquí también suceden cosas increíbles».