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Le dijeron que sus muñecas no las compraría nadie y ahora las quieren de Disney+, grandes retailers y museos de EE.UU.

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Marjorie Spitalnik lidera Pequeñas Rebeldes,

Entrevista

Marjorie Spitalnik fundó y es CEO de Pequeñas Rebeldes, una línea de muñecas que homenajean a mujeres pioneras y fue reconocida como una de las 100 personas más influyentes del sector de juguetes

Marjorie Spitalnik lidera Pequeñas Rebeldes, proyecto que mediante muñecas destaca a mujeres icónicas del mundo en forma lúdica, que captó la atención de grandes jugadores del mundo y le valió premios internacionales del sector de juguetes.

Antes había creado Tedybujo, un emprendimiento que convertía dibujos de niños en muñecos reales.

Tiene 39 años y nació en San Pablo. Estudió gastronomía, publicidad, relaciones públicas, comunicación corporativa y audiovisual. También hizo el máster de Entrepreneurship and Competitiveness in Latin America (Universidad de Columbia), fue seleccionada por EE.UU. para el programa de Jóvenes Líderes de las Américas de Obama, ganó el premio Tagie y fue finalista del «Oscar» de los juguetes.

Este año fue elegida entre las 100 más innovadoras a nivel mundial del sector y su proyecto está en la mira de gigantes como Disney+, Universal, Target y Macy’s y un par de museos de EE.UU.

Tiene una hija y en su tiempo libre disfruta de cantar, leer y ver series. 

A continuación, un resumen de la entrevista que mantuvo con El Empresario.

Marjorie Spitalnik lidera Pequeñas Rebeldes,
Spitalnik. Fue seleccionada como una de las 100 personas más innovadoras a nivel mundial del sector de juguetes. (Foto: Estefanía Leal)

Estaba con su primer emprendimiento, Tedybujo y en el medio del máster en Columbia University decidió cambiar y seguir con Pequeñas Rebeldes, ¿cómo se dio esa transición?
El máster de Columbia lo gané por Tedybujo, un proyecto que transformaba cualquier dibujo en un juguete. A la mitad me di cuenta que no iba a escalar. En esos momentos, ayudando a estudiar a mi hija, me daba cuenta que todos los referentes de sus libros son hombres y cuando le preguntaba si sabía quién era Malala (Yousafzai) o Marie Curie me decía que no. Veía ese problema. De curiosa busqué cómo le podía enseñar sobre esas mujeres de una manera divertida. Estaban empezando a surgir libros como Cuentos de Buenas Noches para Niñas Rebeldes y los compré todos. Pero no había nada que fuera jugable, entonces se me prendió la lamparita y pensé en peluches. Entré a Alibaba, busqué una fábrica con buenas referencias y terminé con la que hace peluches a Disney. Les pedí una muestra de Frida Kahlo, la hacen y me mandan una foto. En eso me llaman de El Observador para hacerme una nota sobre emprender y les cuento del peluche y les mando la foto. Enseguida fui a seguir el máster (era virtual y presencial) y cuando llego a Nueva York y prendo el teléfono tenía varios mensajes, entre ellos del Departamento de Estado de EE.UU. (yo era alumna del programa de Jóvenes líderes de las Américas de Obama) donde me preguntaban si tenía inventario porque querían anunciar el emprendimiento en su cuenta de Twitter. Yo no lo había lanzado al proyecto, estaba con Tedybujo, pero me hacían notas sobre Pequeñas. Todo esto me hizo plantearle al director del máster cambiar el foco de Tedybujo a este. Me dijo que sí. Era agosto de 2018 y me faltaban seis meses del máster. Me puso como mentor a Alessandro Carlucci, CEO de Natura, y Bob Dorf, emprendedor. Con ellos armamos el business plan. Para noviembre del 2018 ya tenía cuatro muestras, había cerrado un acuerdo con el Malala Fund para usar la imagen de Malala. Entonces, tuve una call con el director para contarle cómo venía y ahí me dijo que no servía: «Nadie te va a comprar esto. Si no te venís con Tedybujo en enero, no te recibís». Entré en crisis, pero igual hice lo que me dijo. En enero presenté el proyecto de Tedybujo y cuando terminé la presentación hablé de Little Rebels. Una hora antes de la graduación el director me dijo que no me daría el diploma.

Tras esto, ¿cómo retomó Pequeñas Rebeldes?
En junio de 2019, mirando Facebook encuentro el programa Women in Toys. Aplico y quedo seleccionada para presentar mi proyecto a Mattel, Hasbro, Spin Master, Walmart y todos los gigantes de la industria de juguetes en la Feria de juguetes de Dallas en octubre de ese año. Fui con las cuatro muestras y tuve un feedback increíble, pero me preguntaban si viene con un libro para conocer la historia. No lo tenía y no lo quería porque ya existen. En la feria estaba Jacinto Montú, de Unicorn Games, y juntos comenzamos a pensar la aplicación. Al regresar me presenté en ANDE, obtuve capital semilla y desarrollamos la app. Me contacté con la productora audiovisual argentina Pipalupa (hacen Pocoyó y otros) para generar los vídeos. Al final teníamos video, trivia, realidad aumentada. Así surgió Little Rebels. Además, en la feria había generado muchos contactos de esta industria de EE.UU. quienes me nominaron a los premio Tagie (como los Emmys del sector) y gané. Luego, en febrero de 2020 me nominaron a los Toy Of The Year (Toty), como los Óscar de los juegos, donde competí con Baby Yoda. El 8 de marzo lancé Kickstarter para la primera producción y el 13 se declara la pandemia. Igual, logré el objetivo de la campaña de US$ 6.000 para las primeras 2.000 muñecas que importé a Uruguay en septiembre de ese año. Ahí descubrí que importar siendo una startup es lo peor. Salió más caro que hacerlas y es una de las cosas por las que Uruguay no sirve como mercado. Acá el primero en aceptarlas fue Mis Petates. Ahora están en Boomerang, Mosca, Minibosque y Upalalá. Luego, en otras jugueterías y tiendas online. En fechas de zafra, las ventas online son el 80% del total; el resto, el 80% es tiendas físicas.

Marjorie Spitalnik, fundadora y CEO de Pequeñas Rebeldes

"Me nominaron a los premio Tagie (como los Emmys del sector) y gané. Luego, en febrero de 2020 me nominaron a los Toy Of The Year (Toty), como los Óscar de los juegos, donde competí con Baby Yoda".

¿Cómo está la empresa hoy?
Esas 2.000 se vendieron en 34 países. Hoy estamos viendo cómo sacar la segunda partida de 3.000 muñecas de China, porque hay un problema de logística. Por eso, y los altos costos (pasó de US$ 11.000 a US$ 35.000 el costo del contenedor ), decidí enviarlas a un depósito de Amazon en EE.UU. y de ahí al mundo. Esa partida llegará en un mes más o menos. Hace dos meses sumé al equipo a Santiago Pérez como responsable de ventas y logística para que se encargue de eso.

¿Cuánto pesa Uruguay en ventas?
Un 40%. Pero de las próximas 3.000 unidades será solo 20%.

Marjorie Spitalnik lidera Pequeñas Rebeldes,
Pequeñas Rebeldes. Sus muñecas están en la mira de Disney+. (Foto: Estefanía Leal)

¿Por qué?
Estamos cerrando varios acuerdos internacionales, sobre todo en EE.UU. Por ejemplo, el viernes pasado me escribieron de Macy’s para retomar negociaciones para este año. También cerramos con el Museo de Washington, Smithsonian Institution. Ellos quieren a Amelia Earhart, Mary Jackson y Gladys West (creadora del GPS) la quinta rebelde que se lanza este año. Además, también cerré acuerdo con Museo de Ciencias de Oklahoma que el 25 de mayo va a exponer las muñecas y luego las quiere para su tienda de regalos. También comenzamos negociaciones con Target a través de Kaplan Toys, comprador más pequeño de la empresa. Además, estamos muy avanzados con Disney+ para lanzar una serie. En paralelo, estamos hablamos con la NASA para agregarle el logo oficial a Mary Jackson. En 2021 me reuní también con Universal para hacer la película, pero como tenían cerrada la grilla de 2021 y 2022 quedamos en retomarlo en 2023. Y este 13 de abril fui a una feria de juguetes en Brasil a buscar distribuidores licenciatarios y una fábrica para producir ahí para Latinoamérica o por si China se complica y estamos cerrando con Candide, la mayor distribuidora de juguetes de Brasil, dueños de la licencia de Harry Potter y Paw Patrol, por ejemplo. Además, como la idea de ir a un mercado es lanzar con una mujer icónica de ese lugar, estamos hablando con Marta, la jugadora de fútbol.

¿Cómo elige las mujeres y negocia los derechos?
Comencé con mujeres que conocía y me inspiraban. Opté por casos mundiales para que sean reconocibles y bajar la barrera de entrada. También tuve en cuenta si era fácil acceder a la licencia sin tener que invertir. Marie Curie y Mary Jackson son de dominio público, de Amelia los tiene una empresa en EE.UU. pero no en todos los estados, por eso la lancé en algunos. Con Malala hice un acuerdo con Malala Fund mediante el cual un porcentaje de las ventas va a la fundación. Y con West haremos algo similar. Esto es ganar-ganar, porque nuestra intención es empoderar la mayor cantidad de niñas posible.

¿Qué mujeres se vienen?
Estoy hablando con los padres de Greta Thunberg y Autumn Peltier (activistas sueca y canadiense). Tengo diseñadas más de 10 para la primera tanda de colección y en carpeta entre 50 y 60 ya elegidas.

¿Mujeres uruguayas?
Ya tengo pensada una línea de mujeres uruguayas, pero acá el mercado es chico; necesito tener más piso financiero. Ya tengo definida a Delmira Agustini, pero puede salir antes Anita Aisenberg (bióloga), porque tal vez lancemos una campaña de Kickstarter antes.

¿Cómo se ha financiado?
Con préstamos bancarios. No tengo inversor y me he presentado con varios. Ahí choco con varios problemas. Primero, que soy mujer. Segundo, que no tengo cofundador, estoy sola. Hace dos semanas, hablando con un inversor me dijo que cada vez que preguntaba por mi proyecto los comentarios que recibía eran del tipo «está sola», «no se sabe relacionar» «¿por qué no tiene un socio?», etcétera. ¿Por qué asumen que si soy mujer sola no puedo interactuar? Mark Zuckerberg, Elon Musk o Sara Blakely (fundadora de la marca Spanx) hicieron sus empresas solos y nadie los cuestiona. También pasa que los inversores en Uruguay no invierten en producto, van por lo tecnológico, por el próximo unicornio. La empresa no llegó al punto de equilibrio, vivo de asesorar en comunicación a marcas. Cada peso que entra a Pequeñas Rebeldes se reinvierte. Si cerramos los acuerdos, despega la empresa.

Marjorie Spitalnik, Fundadora y CEO de Little Rebels
Spitalnik. Sus muñecas se exhibirán en dos museos de EE.UU. (Foto: Estefanía Leal)

¿No captó atención de empresas locales del rubro juguetes?
En Uruguay el mercado es complicado. No por el público, porque recibo comentarios de que gusta. Pero por eso mi foco es el exterior; hice de todo en Uruguay para triunfar, pero no lo logré. Hace un mes y algo me nombraron una de las 100 personas más importantes de la industria de juguetes del mundo y me da lástima y bronca que acá no lo reconozcan. Ha sido un gran aprendizaje, como tengo muchos «no», encaro todas mis reuniones dando por sentado el «no» y me sorprendo cuando me dicen que sí.

«Dije de no vender la licencia a Mattel y no me arrepiento»

¿Ha pensado pasar de productos a vender licencias?
Sí, pero para eso necesito tener muy pulidos los contratos con los personajes y necesito tener la marca patentada en EE.UU. Esto está en proceso iniciado, estoy esperando el documento final.

En este tiemop, ¿recibió ofertas de compra?
De Mattel, en 2020. Llegué hasta la última etapa de negociaciones de la licencia, pero no cerramos por diferencias. No era para ellos este proyecto. Ellos querían sacarme del mercado porque no hacen línea de peluches sino que tienen una de Barbie que es muy parecida a la mía. Querían comprarme para sacarme. Por el lado económico seguramente me hubiera acomodado casi de por vida, pero no me arrepiento de decir no, porque el potencial de Little Rebels es 10 veces mayor. Además, mi misión nunca fue hacer dinero sino empoderar niñas, y si puedo pagar las cuentas, bien.

Pero le lleva tiempo y dinero...
No importa, porque le tengo mucha fe. Si cierro lo que está en el aire, ya está. Si Disney y Universal están interesados, algo hay.

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