A fines de junio, antes de que los blockbusters de dinosaurios (Jurassic World: Renace) y superhéroes (Superman y Los Cuatro Fantásticos: Primeros Pasos) comiencen a copar las pantallas de cine del mundo, salió de boxes rumbo a las salas F1, una película de ficción protagonizada por Brad Pitt, ambientada en el mundo de la principal competencia de automovilismo del planeta.
El proyecto, que tiene al piloto de Ferrari y heptacampeón del mundo Lewis Hamilton como productor, ha funcionado como un potente vehículo para amplificar la promoción de la Fórmula 1. En los últimos años, esta competencia ha recuperado el interés del público global no solo por la emoción de los Grandes Premios, sino también gracias a producciones audiovisuales como la serie documental Drive to Survive, de Netflix.
Apple, uno de los principales competidores de Netflix en el negocio del streaming, es la productora del film dirigido por Joseph Kosinski, el mismo realizador de la exitosa Top Gun: Maverick.
Carrera de sponsors
Además de ser un comercial de 2 horas y 35 minutos sobre la Fórmula 1 -donde incluso se dejan ver algunos pilotos reales-, la película es una vidriera para distintas marcas que buscan asociarse a la adrenalina y el prestigio que generan las carreras.
El traje antiflama blanco que luce Sonny Hayes -el personaje interpretado por Pitt- está estampado con logos de empresas reales: Expensify (plataforma de gestión de gastos), SharkNinja (electrodomésticos), MSC Cruises (cruceros), EA Sports (videojuegos), Mercedes (automóviles), IWC (relojes de lujo) y Geico (seguros). El auto del piloto, que corre para la escudería ficticia APXGP, está ploteado con esos mismos patrocinadores.
Para las empresas, asociarse a esta película es «posiblemente una de las mejores oportunidades de posicionamiento de marca de la historia», aseguró el CEO de Expensify, David Barrett. La expectativa es que el impacto comercial de la película que se extienda más allá de los créditos finales.
Un ejemplo es EA Sports, la empresa tecnológica detrás del videojuego oficial de la Fórmula 1. Este año, con motivo del estreno de la película, lanzó una versión del juego donde los usuarios pueden desbloquear al personaje de Sonny Hayes y competir a bordo del coche de APXGP en distintas modalidades.
Aparecer unos segundos durante la película, entre otros beneficios derivados de su inversión, le significó a las «patrocinadores de Hayes» un desembolso de US$ 40 millones, según estimó la revista Forbes.
Este tipo de inversión se diferencia de la que hacen las empresas para patrocinar un equipo de F1 real. Un sponsor principal de una escudería de Fórmula 1 desembolsa entre US$ 20 millones y US$ 100 millones por ocupar ese privilegiado lugar, revela la agencia RTR Sports Marketing.
Punto de partida
Los US$ 40 millones que generó la cinta de Brad Pitt por incluir marcas en su metraje engrosan la facturación obtenida en la taquilla. Hasta el momento, F1 recaudó US$ 293 millones en todo el mundo (US$ 109 millones en EE.UU.), según datos del sitio especializado Box Office Mojo. En las salas IMAX, las favoritas de los cinéfilos por sus pantallas tamaño XL, la cinta generó US$ 60 millones.
Sin embargo, aún es pronto para saber cuán rentable será F1. Se estima que la producción costó unos US$ 200 millones, a los que se suman otros US$ 100 millones en marketing. Además, Apple no se lleva toda la ganancia, ya que comparte los ingresos con Warner Bros. -encargada de distribuir el filme- y con los cines.
Apple tiene a F1 como uno de sus proyectos más importantes para ascender en el negocio del contenido audiovisual, donde Netflix tiene la pole position. Al año, Apple invierte aproximadamente US$ 4.500 millones en series y películas, reveló el sitio The Information.
Los buenos resultados de taquilla, así como las reseñas favorables que ha recibido tanto de críticos como de espectadores, colocan a F1 y Apple en camino a producir una secuela.
«Me gustaría conducir otra vez, hablando egoístamente», aseguró Pitt a la prensa sobre esa posibilidad.
Es cuestión de tiempo para volver a ver a Hayes pilotear su bólido. Los fanáticos de la Fórmula 1, los amantes del cine y las marcas, agradecidos.
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