La aceleradora tecnológica OurCrowd Latam Labs concretó su segunda inversión en Uruguay

La elegida es la startup uruguaya Bookster, creada por Jan Kostadinov (uruguayo) y Facundo Levaggi (argentino), especializada en tecnología aplicada a la educación. Recibirá US$ 300.000 y mentoría

Maayan Schreiber, CEO de la aceleradora uruguaya OurCrowd Latam Labs y Jan Kostadinov , cofundador de la startup Bookster
Maayan Schreiber, CEO de la aceleradora uruguaya OurCrowd Latam Labs y Jan Kostadinov , cofundador de la startup Bookster

Dos meses. Ese fue el tiempo que pasó desde que Maayan Schreiber, CEO de la aceleradora uruguaya OurCrowd Latam Labs -consorcio integrada por la israelí OurCrowd, Mana Tech, la incubadora Ingenio, el Centro de Innovación y Emprendimientos (CIE) de Universidad ORT, Zonamerica y la tecnológica Willinn-, conoció a la joven startup uruguaya Bookster hasta concretar la inversión.
Esta edtech (empresa de tecnología aplicada a la educación) que ofrece una solución para motivar y retener el aprendizaje, se convirtió en la segunda empresa en la que invierte la aceleradora. La primera fue la healthtech Yeda, en abril de este año. Al igual que en ese caso, OurCrowd Latam Labs aportará mentorías y US$ 300.000.

Con esta inversión, Bookster, cofundada en 2024 por los jóvenes Jan Kostadinov (uruguayo) y Facundo Levaggi (argentino) en Punta del Este, cerró su ronda presemilla, que alcanzó los US$ 900.000.

Según Schreiber, detrás de la rápida decisión confluyeron varios factores, uno de ellos fue el humano: «En abril tuvimos una primera reunión virtual, y en mayo, cuando nos juntamos personalmente, confirmé lo que había intuido: Jan es muy carismático, respetuoso, maduro y con una visión clara. Además, su historia personal y experiencia en Speechify demuestran su capacidad para ejecutar».

Además, destacó a Bookster por estar en un mercado edtech B2C (empresa a consumidor) validado globalmente por Duolingo, Headway y Blinkist. También valoró al equipo y sus inversores ángeles como Facundo Garretón (fundador de Terraflos), Jorge Mazal (ex chief product officer de Duolingo), Martín Borchardt (CEO de Henry) y Juan Pablo Pereira (cofundador de Zapia). Finalmente, detectó posibilidades de potenciar el modelo B2B (empresa a empresa) del negocio. «Hay oportunidad para hacer certificaciones y seguimiento de aprendizaje en sectores como la construcción», especificó.

Clave. El problema que busca solucionar Bookster no es tanto el acceso a la información, sino la retención del conocimiento.
Clave. El problema que busca solucionar Bookster no es tanto el acceso a la información, sino la retención del conocimiento.

El problema que busca solucionar Bookster no es tanto el acceso a la información, sino la retención del conocimiento, explicó Kostadinov. «El problema principal es la motivación, la constancia y aplicación del conocimiento. Por eso se adapta a cada perfil y necesidad del usuario con resúmenes de libros, podcast, TED Talks y contenido original en audio, texto y video. Luego aplica herramientas como trivias para fomentar la retención del conocimiento», comentó.

La plataforma ofrece contenido gratuito en texto y, por una suscripción anual de entre US$ 60 y US$ 90, suma audio y video. Desde su lanzamiento, en febrero de 2024, superó el millón de usuarios en la región (Argentina, Brasil, Colombia, México y Uruguay) y los 4.000 suscriptores. Sus vías de aprendizaje abordan temas como negocios, finanzas, hábitos e inteligencia artificial, entre otros. Kostadinov adelantó que el objetivo a un año es crecer en EE.UU. y facturar US$ 2 millones en ese período.

Talento emprendedor

Bookster no es el primer proyecto con impacto de Kostadinov. Según relató, a los 16 años aceleró su graduación del colegio para mostrarle a su madre, diagnosticada con cáncer, su potencial para ayudar a otros. A esa edad ingresó a trabajar en Speechify de EE.UU., una plataforma que lee textos en voz alta, donde lideró el equipo de crecimiento de la compañía que contribuyó a escalarla de 20.000 usuarios a 25 millones y a generar US$ 50 millones de ingresos anuales.

A los 18 años participó en la ronda de inversión que transformó la compañía en un unicornio. Luego de ese hito, renunció, volvió a Punta del Este y, a sus 19 años, cofundó Bookster al detectar que unas 2.000 millones de personas no leen un libro al año.

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