El arquitecto uruguayo que emigró a EE.UU. y hoy desarrolla obras millonarias en Nueva York

Diego Hodara dejó Uruguay en 2003 con el objetivo de convertirse en empresario. Hoy dirige Titanium Realty Group, firma fundada en 2011 con foco en inversiones y desarrollo de proyectos inmobiliarios

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Diego Hodara, arquitecto y empresario uruguayo radicado en EE.UU.
natalia rovira

El arquitecto uruguayo Diego Hodara estudió las probabilidades de convertirse en empresario inmobiliario sin tener capital. Era 2003 y, aunque Uruguay comenzaba a salir de la crisis de 2002, entendió que si quería concretar su plan, debía emigrar a EE.UU. Cerró un emprendimiento de importación de materiales de construcción que sufrió la debacle económica del país, sacó un pasaje con las millas acumuladas gracias al viaje de Arquitectura y, con US$ 800 en el bolsillo, se fue a Nueva York. Más de 20 años después, Hodara aún vive en EE.UU. y es fundador y CEO de su firma, Titanium Realty Group, dedicada a la inversión y el desarrollo inmobiliario.

Creada en 2011, la compañía ha desarrollado 1.000 apartamentos, proyecta otros 1.000 y maneja más de US$ 400 millones en activos, cifra que se duplicará cuando se completen las nuevas obras.

El empresario -de visita en Uruguay para brindar una charla sobre negocios en un evento organizado por la plataforma Comuno- sostiene que la cultura, la formación y los valores han cimentado su trayectoria. En Uruguay, «nuestra cultura nos hace ser muy exitosos en el fútbol; en EE.UU., la cultura hace que la gente esté siempre en busca de crear nuevas cosas, de crear valor», comparó. Más allá de alcanzar el rédito económico, su motivación estaba puesta en crear empresas. «Sabía que si tenía éxito, lo material vendría», explicó.

Hodara empezó «sin dinero, sin contactos y sin visa de trabajo». Pero también contaba con fortalezas: su formación como arquitecto y un posgrado en administración de empresas (ambos títulos de la Universidad de la República) y un nivel de inglés medio-avanzado. «Además tenía algo muy importante y necesario: ética de trabajo», enfatizó.

Crecer con cautela

Las obras del grupo se erigen en la zona metropolitana de Nueva York, en Jersey City (Nueva Jersey) y Port Chester (Nueva York).

«Ingresamos en mercados emergentes donde los medios de transporte público son muy fuertes» y con potencial de crecimiento a mediano, detalló. En esos puntos, la compañía desarrolla propiedades multifamiliares (apartamentos de vivienda de padrón único).

Bajo ese modelo, su firma creó el proyecto 425 Summit Ave, en Jersey City, un edificio de 26 pisos, 386 apartamentos y US$ 150 millones. Para alcanzar ese monto contó con diversas fuentes de financiamiento: inversores de alto patrimonio, family offices y banca.

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Edificio 425 Summit Ave, desarrollado por la empresa Titianium Realty Group del uruguayo Diego Hodara.

«Yo busqué ser fuerte, no grande y la fortaleza la encontré siendo un pescado grande en una piscina chiquitita», ilustró el empresario, quien destacó que una de sus fortalezas es tener un trato directo con las autoridades de las zonas donde opera.

La compañía planea seguir construyendo, aunque Hodara admite que los últimos dos años han sido «muy duros», porque el mercado estadounidense de real estate está sufriendo el alza de tasas, la inflación y el aumento de ciertos impuestos. A pesar de ese contexto desafiante, dice que la empresa está «estable y fuerte» debido a su estrategia de crecer con cautela, reflejo de la experiencia que vivió en Uruguay.

Mientras, la compañía está incursionando en la compra de inmuebles -especialmente edificios de oficinas- con precios a la baja para reconvertirlos en viviendas. Además, Hodara se diversificará con una plataforma de préstamos hipotecarios dirigida a otros desarrolladores.

«La Suiza de América»

El empresario mantiene un fuerte vínculo con su país. Se informa en medios uruguayos y tiene compatriotas trabajando para su empresa, tanto en su oficina de EE.UU. como desde Montevideo. «Mi equipo es de uruguayos porque estamos muy bien preparados y tenemos flexibilidad» para usar diferentes «sombreros y adaptarnos a distintas situaciones y necesidades, dijo. Esa adaptabilidad lo ha ayudado a negociar y revertir la resistencia inicial de vecinos que no respaldaban sus proyectos.

También destaca que luego de 2002 Uruguay ha consolidado su economía y hoy es un ejemplo a nivel internacional.

«Uruguay puede ser mañana la ‘Suiza de América’», asegura, aunque para lograr ese desarrollo potencial se necesita un cambio de actitud que incentive a los sectores más vulnerables de la sociedad a formarse en un oficio y emprender, sin desampararlos.

«Tenemos que ser los campeones del mundo en negocios y emprendedurismo», insistió.

Casado con una uruguaya y padre de dos hijos, en su casa se habla español y se mantienen las raíces «charrúas». Tan es así que planea alentar a la Celeste en el Mundial 2026 que se jugará en México, Canadá y en el país que es su hogar desde hace 22 años.

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