Dejó Irlanda, creó una fintech y se convirtió en multimillonario: la historia del creador de Stripe

John Collison cofundó la plataforma de procesamiento de pagos online que hoy utilizan gigantes como Amazon, IBM, Lyft, OpenAI, Toyota y Urban Outfitters. En 2024, Stripe procesó pagos por US$ 1.400 billones

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El irlandés John Collison, fundador de Stripe
El irlandés John Collison, fundador de Stripe

Su ADN emprendedor, espíritu inquieto, olfato para los negocios e interés por la tecnología han llevado al irlandés John Collison hasta la cima empresarial de la mano de su fintech, Stripe.

La plataforma de procesamiento de pagos online se ha convertido en una de las más influyentes y utilizadas en el mundo, captando a grandes empresas de diversas industrias como clientes, entre ellas, Amazon, Decathlon, IBM, Lyft, OpenAI, Shopify, Toyota y Urban Outfitters. Solo el año pasado, Stripe procesó pagos por US$ 1.400 billones, un 38% más que en 2023.

También es sideral la cifra de valuación de la compañía: US$ 91.500 millones, según comentó en febrero su cocreador en una entrevista con The Wall Street Journal. A propósito de Collison, su fortuna asciende a US$ 10.100 millones, según estima la revista Forbes.

En los últimos días, su nombre volvió a ser noticia en el mundo empresarial tras anunciarse su incorporación al directorio del gigante tecnológico Meta. La trayectoria de Collison ha sido imparable desde que comenzó a programar en su Irlanda natal.

De Irlanda a EE.UU.

El presidente y CEO de Stripe, hoy de 34 años, nació en la ciudad sureña de Limerick, pero se crió en Dromineer, un pequeño pueblo rural situado a las afueras de esa localidad. Sus padres -una microbióloga y un ingeniero electrónico- administraban un hotel situado junto a un lago. El clan se completa con sus dos hermanos, Patrick y Tommy.

John y su hermano mayor Patrick -también cofundador de Stripe- encontraron de pequeños su pasión en la tecnología. En una biblioteca descubrieron un libro de programación que encendió en ellos su deseo de aprender a escribir código y desarrollar software.

Rápidamente, el talento de los Collison comenzó a hacerse notorio. Patrick ganó el premio al Joven Científico del Año de Irlanda a los 16 años por crear un nuevo lenguaje de programación.

Tras finalizar la secundaria, los hermanos dejaron su país natal en busca de nuevos horizontes y se instalaron en EE.UU. para estudiar en la universidad. Patrick ingresó al MIT y John a Harvard. Pero, su paso por las aulas fue breve, ya que en 2009 dejaron los estudios para dedicarse completamente a su emprendimiento.

Padrinos de peso

En 2007, el dúo había creado Shuppa, una plataforma de comercio electrónico que atrajo el interés de la aceleradora de startups Y Combinator. Allí conocieron a dos socios con los que transformaron el proyecto en Auctomatic, una desarrolladora de software para vendedores de eBay. En 2008, la compañía fue vendida en US$ 5 millones a Live Current Media.

Ese hito sería apenas el preámbulo del proyecto que llevaría a los Collison al estrellato: Stripe. Su plan para la plataforma se basaba en simplificar las operaciones de e-commerce, permitiendo a las tiendas cobrar a través de Internet sin necesidad de contar con licencias o acuerdos con bancos. Todo corría por cuenta de Stripe, a cambio de una comisión del 2,9%.

En 2010, los hermanos le presentaron su idea a Peter Thiel, un famoso inversor de riesgo y cofundador de PayPal. El empresario mostró interés, y pronto se sumarían otros pesos pesados como Elon Musk y Michael Moritz (de Sequoia Capital), un reconocido inversor tecnológico.

Peter Thiel,  famoso inversor de riesgo y cofundador de PayPal
Peter Thiel, famoso inversor de riesgo y cofundador de PayPal

Seis años después, en 2016, John y Patrick Collison se convirtieron en los multimillonarios autodidactas más jóvenes del mundo, con una fortuna estimada en US$ 1.100 millones, tras el cierre de una ronda de inversión que valoró a Stripe en US$ 9.200 millones. Hoy, la compañía vale casi 10 veces más y emplea a unas 8.000 personas.

Sin embargo, John no romantiza la aventura de emprender y reconoce que es un esfuerzo de largo aliento. Como reflexionó en una entrevista hace unos años: «Uno de los mitos que se ven en el emprendedurismo es que las personas tienen un sueño una noche, se despiertan a la mañana siguiente y comienzan a construirlo. En realidad, es un proceso mucho más iterativo».

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