Una idea nacida en el campus de la Universidad de Stanford fue la semilla que hizo germinar Snapchat, una de las redes sociales más populares del mundo y un negocio valuado en US$ 13.500 millones. Gracias a su visión, su CEO y cofundador, Evan Spiegel, se convirtió en multimillonario en 2015, con apenas 25 años; hoy su fortuna alcanza los US$ 2.600 millones.
El empresario tecnológico proviene de una familia adinerada de Los Ángeles, California. Sus padres, John y Melissa, son dos exitosos abogados que facturaban millones al año. Cuando se interesó en estudiar diseño de productos, ingresó en Stanford, el lugar donde nacería Snapchat tiempo después.
El concepto de la plataforma surgió en 2011, cuando Reggie Brown, un alumno de esa universidad, le propuso a su amigo Spiegel crear una app de mensajería donde las fotos desaparecieran luego de ser enviadas. Al actual CEO le gustó la idea y sumó a Bobby Murphy, su compañero de la fraternidad Kappa Sigma y un destacado estudiante de Ingeniería de Stanford.
Aunque la premisa de la aplicación sonaba descabellada en ese entonces, Spiegel confiaba en su potencial y decidió convertirla en el proyecto final en una de sus clases de diseño bajo el nombre de Picaboo. Con el tiempo, la app debió ser rebautizada como Snapchat (combinación de «chasquido» y «conversación»), ya que sus creadores recibieron una carta de cese y desista de una empresa de álbumes de fotos con el mismo nombre.
Brown, por su parte, creó la identidad visual de la plataforma. El famoso fantasma blanco que identifica a la red social, conocido como «Ghostface Chillah», está inspirado en Ghostface Killah, rapero del grupo de hip hop Wu-Tang Clan.
Para finales de 2012, Snapchat ya contaba con más de un 1 millón de fotografías intercambiadas y una extensión para Android, lo que le permitió llegar a más personas. Spiegel dejó ese año sus estudios para concentrarse en el negocio, aunque luego retomó sus estudios y egresó en 2018 como licenciado en ingeniería con especialización en diseño de productos.
El ascenso meteórico de la aplicación atrajo el interés de grandes tecnológicas. En 2013 Facebook ofertó más de US$ 10.000 millones por Snapchat, pero la propuesta fue rechazada. Los emprendedores estaban convencidos de que ellos podrían explotar el potencial de la red social.
Fuerte demanda
A lo largo de su trayectoria, Snapchat ha tenido que enfrentar diversas dificultades. En 2013, Brown demandó a Spiegel y Murphy acusándolos de haberse quedado con su idea y de sacarlo del negocio sin pagarle una compensación. Finalmente, en setiembre de 2014, las partes llegaron a un acuerdo y Brown cobró US$ 158 millones de sus exsocios, además de ser acreditado como uno de los creadores de la red.
Snap (el nombre de la empresa desde 2016) también ha tenido que batallar para competir contra nuevos rivales como TikTok e Instagram, o para revertir su caída en la bolsa tras decepcionar las expectativas de los inversores. En 2017, Snap se convirtió en una empresa pública, aunque Spiegel y Brown poseen el 25% de las acciones y tienen acciones con derecho a voto, lo que les da el control sobre el directorio.
Más allá de estos obstáculos, Snapchat ha logrado mantenerse como una de las redes sociales favoritas de los jóvenes, especialmente aquellos de entre 18 y 24 años. Según la revista Forbes, cada día 432 millones de personas usan la app, la cual generó ingresos por US$ 5.361 millones el año pasado.
Una cifra astronómica —US$ 1.500 millones—es el presupuesto que la compañía está invirtiendo en la integración de inteligencia artificial a la plataforma, su nueva gran apuesta. No obstante, el CEO asegura que «la creatividad es el factor clave» en los negocios, más allá de la tecnología.
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