After Work

Silvana Nicola

De buenas a primeras, Kumelén Rosano (29) y Rodrigo Prado (30) se quedaron sin trabajo. La llegada de la pandemia de COVID-19 obligó a la pareja a reconvertirse y buscar nuevas fuentes de ingresos. Así surgió Casa Ávila, tienda de cuadros.

A punto de festejar su primer año, el emprendimiento de esta dupla saltó de Instagram a un espacio físico e inauguró una tienda taller en Pascual Ruiz Huidobro 1326 bis (y Venancio Benavídez) en el barrio Prado.

«Rodrigo era agente de turismo y yo trabajaba en el rubro eventos. Con @celebratarjeteria me dedicaba a hacer invitaciones para cumpleaños de 15 y bodas», recuerda Rosano.

El hacer cuadros conjugó su profesión de diseñadora gráfica y de diseñadora de interiores. Le pidieron uno, recomendaron su trabajo y pasó de ser una cuestión puntual a formalizarse. Lo que era una salida para generar ingresos dio paso a una tienda taller que tiene en miras seguir creciendo, incluso con clases de marquería o con cursos varios.

La fórmula del éxito de Ávila cuenta con ingredientes clave: atención amable, asesoramiento a cada cliente, la calidad en lo que ofrece. Las láminas se imprimen en excelente calidad, en papeles de alto gramaje y los marcos son de buena madera (por ahora en colores natural, blanco o negro).

La casa tiene un catálogo con más de 150 posibilidades, entre artistas nacionales e internacionales y afiches retro, pero también encuadra láminas que proveen sus clientes. «Hay algunas que más que un cuadro terminan siendo casi como una foto u otras que dan vida a cuadros muy grandes», dice la emprendedora.

Los precios dependen de tamaños, tipo de molduras, pero van desde $ 500 a $ 3.600 (uno extra grande, de 60 x 84 centímetros). El universo de trabajo de «Kume y Ro» se completa con Joaquín, «el mejor cuadrero», y Facundo, «el mejor asesor de impresión». A través de la cuenta de Instagram @cuadros.avila, venden a todo el país.
?