Ana Inés Echavarren nació en Montevideo y tiene 51 años. Está casada y tiene dos hijos. En su familia la educación siempre fue importante y aprender inglés una de las cosas principales, que le abrió muchas puertas. Estudió Ingeniería de Sistemas en la Universidad de la República, que para ella fue «una excelente universidad de la vida». Eligió especializarse en tecnología porque era la carrera más corta y necesitaba trabajar lo antes posible para poder ayudar a su familia. Cuando empezó a estudiar se enamoró de ese sector, siempre supo que quería dirigir una empresa.

Hoy es CEO de Infocorp, compañía especializada en soluciones de banca digital con presencia en 40 países y con planes de expansión a más mercados. «Me encanta resolver problemas de negocios con tecnología», dice. Además, integra la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información (CUTI), donde tiene como objetivo promover la concientización sobre la ciberseguridad y la visibilidad de la mujer en la tecnología.

La empresa nació en una época previa al auge de la digitalización de la banca. Tras ese comienzo, ¿en qué situación se encuentra Infocorp hoy?

Venimos en un período espectacular. Infocorp nació en 1994 y nos fuimos especializando en un producto de banca digital. El foco hace que la gente sepa un montón del negocio y tenga mucho expertise. Hemos aprendido mucho de nuestros clientes. Hoy somos una de las mejores soluciones de banca digital en Latinoamérica y el Caribe. Ponemos mucho foco en aspectos de la banca digital como la banca corporativa o el manejo del cash management. Hoy hay mucho movimiento de dinero entre países y el cash management se ha vuelto muy importante para los bancos.

¿Cuál es la fortaleza de la propuesta de la compañía?

Tenemos una aplicación nativa con una experiencia de usuario muy buena que rediseñamos hace unos años pensando en el usuario final, ahí tenemos un fuerte y un diferencial. Cuando los bancos implementan esa solución el feedback de los clientes es espectacular. Tenemos además un motor de marketing digital que permite a los bancos vender a través de la plataforma, eso les agrega muchísimo valor. En el área de banca empresa, corporativa o incluso en el caso de las pymes, los requerimientos son distintos. Por supuesto que importa la experiencia de usuario, pero lo que las empresas necesitan es una plataforma sólida que permita transaccionar un montón de dinero. Tenemos muchos clientes que son multipaís, entonces va y viene dinero entre países en volúmenes muy grandes. Hace poco empezamos a hacer proyectos en bancos más grandes. Típicamente nos concentrábamos en bancos de entre 2.000 y 10.000 millones de activos y hace poco empezamos a subir ese escalón. La plataforma viene más exigida y tuvimos que prepararla para que el producto pudiera transaccionar de forma eficiente más millones de operaciones. Nuestro diferencial es por un lado el producto, y por otro la gente. Los clientes nos dicen: «como el equipo de Infocorp no hay». Uruguay es un país chiquito, eso tiene desafíos, pero una ventaja grande para el mundo de la tecnología es que desde que nacemos como empresa sabemos que tenemos que servir al mundo si queremos crecer, porque el mercado local es pequeño. Ese mindset de pensar en vender afuera y esa vocación de servicio, el saber que tenés que adaptarte a otras culturas, importa.

¿En cuántos países trabaja la empresa actualmente?

Estamos en más de 40 países entre Latinoamérica y el Caribe. Tenemos clientes de habla inglesa e hispana. Nuestros equipos están muy entrenados para ponerse en el lugar del cliente, lo que no es fácil. Los proyectos tienen desafíos, pero tenemos un gran equipo, y uno de los ratios más bajos de rotación del mercado, cuidamos mucho a nuestra gente porque son un valor súper importante. Cuando empezamos a hacer canales digitales se llamaban «canales alternativos» y era algo que compraba el área de tecnología del banco. Hoy los canales alternativos son las sucursales del banco, y el celular y la computadora se han vuelto el canal principal.

¿Cómo cambió la actividad de Infocorp cuando fue adquirida en 2020 por el grupo canadiense Constellation Software?

Mucho y poco. Constellation es un grupo bien especial que invierte para siempre en las empresas, no es como un fondo de inversión que te hace crecer para después venderte y hacer dinero. Cuando entramos al grupo eran 3.000 empresas y hoy son 5.000, no paran de comprar, y el objetivo es hacerte mejor, pero por otro lado mantener tu independencia. Esa fue una propuesta de valor que nos interesó mucho.

¿Qué efecto tuvo puertas adentro, en la cultura de la empresa o en sus procesos?

En la cultura, en la gente, no cambió nada, el equipo directivo es nuestro y no hay lineamientos ni mandatos de la corporación. Lo que sí cambió mucho y para mejor, es que hoy somos parte de una red global de empresas. Este año, por ejemplo, creamos una vertical de empresas que trabajamos para instituciones financieras. Constellation tiene «mejores prácticas» y eso lo busca en todo el mundo. Está buenísimo compartir conocimientos, hacer alianzas comerciales o de aprendizaje. Los cambios más fuertes tuvieron que ver con temas administrativos y contables, hoy pertenecemos a una organización que publica sus resultados en bolsa. Eso fue duro, la parte de informar resultados y lo estricto de cómo se reportan, ese fue el único cambio. Y lo mejor es el acceso al mundo, en ese sentido nos hemos profesionalizado mucho y nos hemos medido un montón. Hay benchmarks (pruebas de rendimiento) regionales y globales y cuando creemos que tenemos alguna debilidad preguntamos y vemos el caso con esos indicadores que nos permiten medirnos en términos de eficiencia, performance, inversión, rentabilidad, y más. En donde ves una oportunidad de mejora hay libros de mejores prácticas de cosas que probaron otras empresas y funcionaron para que las apliques y veas, eso ha sido espectacular.

¿Qué planes de crecimiento tiene la compañía?

Al infinito y más allá. Seguimos siendo una startup de corazón, el ADN emprendedor en Infocorp siempre está. Venimos creciendo año a año superando nuestros planes. Especializarnos nos ha dado muchos resultados. Tenemos algunos planes para entrar en otros países de la región. En México hemos participado en algunos procesos exploratorios y está en nuestros planes a corto plazo. Argentina fue otro al que miramos y el año pasado tuvimos a nuestro primer cliente. No son muchos los clientes a los que accedemos por año porque los procesos para confirmar un negocio de este estilo son de un año y medio o dos en promedio. Las inversiones y los proyectos son grandes y los procesos largos. Típicamente tenemos tres o cuatro clientes nuevos por año. Estamos trabajando mucho para fortalecer el producto en performance y seguridad. Open bank es una de las áreas en las que venimos trabajando. La región aún está bastante conservadora porque no hay regulación lista. De los escasísimos casos que se ven son de empresas del rubro petrolero o de comercio exterior, esas se animan a compartir información y a hacer negocios entre ellas usando a los bancos como plataforma. El mundo va hacia eso. También estamos haciendo pruebas en criptomonedas.

Ignacio Sánchez

¿Qué falencias buscan mejorar los bancos con tecnología?

No creo que lleguemos nunca a que sea todo perfecto. La tecnología y las realidades cambian mucho, antes hacíamos planes a 10 años, hoy son a cinco y los plazos parecen larguísimos. Pero se está invirtiendo. El cuarto estudio Latinoamericano de Banca Digital (de Infocorp) dice que este año se proyecta aumentar la inversión aunque un poco menos que el año anterior, pero igual se está invirtiendo un montón. En Uruguay los bancos quieren convertirse casi en empresas de tecnología, quieren ser bancos 100% digitales y ahí hay inversiones grandes. Se está trabajando en que puedas comprar nuevos productos, que el onboarding digital sea 100% digital. Hoy no es así, podés iniciar digitalmente un proceso pero después en el back office del banco hay muchos procesos manuales. Hay cosas que en Uruguay la regulación aún no permite, por ejemplo, no podés firmar un contrato digitalmente con un banco, tenés que ir a la sucursal. Se está evolucionando, pero también hay temas de seguridad que han golpeado a la industria de la tecnología que dejan en evidencia que todavía las empresas no están preparadas. Hoy se habla mucho sobre la «resiliencia» en términos de tecnología. Como hoy todas las empresas dependemos tanto de la tecnología para el negocio, tenemos que tener un plan B y un backup para cuando los sistemas no funcionan. Los bancos en particular son de las empresas mejor preparadas, invierten en ciberseguridad desde hace mucho. En Infocorp un 20% de la inversión anual tiene que ver con mejoras en seguridad y certificaciones. Este año me sumé a la CUTI (Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información) como secretaria general y uno de los puntos que trabajamos es la concientización de lo importante que es como industria que todas las empresas del Uruguay tengamos un sello de seguridad.

¿Por qué los bancos proyectan aumentar la inversión pero menos que el año anterior?

La inversión en tecnología es alta y hubo hace unos años una expectativa de decir «invertimos fuerte en implementar sistemas y después la inversión va a bajar». Pero nos dimos cuenta de que no va a bajar, porque siempre aparecen cosas nuevas, el volumen de las cosas que hacen las personas en las plataformas hace que todo el tiempo tengas que mejorar. El mundo financiero en los últimos años ha estado bastante complejo, hay que ser cuidadosos con la inversión. Cada iniciativa de inversión tiene que estar justificada porque agrega valor al negocio.

¿Cuáles son las principales áreas de inversión?

En innovación siempre se invierte, la inteligencia artificial (IA) es un área hoy que se toma con cautela. En Uruguay hay menos (de este tipo de inversión) pero en la región hay bastante. Como las regulaciones de IA no están 100% listas y hay que ser cuidadosos, primero se está utilizando para optimizar tareas. Hay muchas cosas que se pueden automatizar y las empresas están tratando de ser más productivas en base a IA. De cara a los clientes, donde se aplica IA generativa es en los chatbots. En la interna de los bancos está implementándose en gestión de riesgos, ciberseguridad, alerta de fraude o gestión de créditos. El potencial es gigante, pero estamos siendo muy cautelosos porque mucha parte de la IA y el machine learning tienen que ver con tener suficiente volumen de datos para poder aprender y predecir y hay que ser cuidadosos con la información, que suele ser confidencial. El 60% de los bancos que trabajan con nosotros tienen áreas de IA. Después, la inversión tiene que ver con mejorar los canales digitales, la ciberseguridad y los lineamientos regulatorios. Los bancos centrales y las superintendencias son cada vez más estrictos y atender eso requiere una gran inversión.

Ignacio Sánchez

¿Cómo ve la participación de la mujer en tecnología?

Hace varios años que soy CEO de Infocorp y parte de por qué me sumé a la CUTI tiene que ver con dar visibilidad a mujeres en roles de liderazgo. En la industria de la tecnología, en el mundo, el porcentaje de mujeres en cargos directivos es bajísimo, es del 15%. En Uruguay, en cargos gerenciales las mujeres llegan al 40%, pero en especialistas técnicos sólo son el 20%, y eso empieza en la formación, ahí tenemos el mayor problema. Ha mejorado un poquito pero lento, en 2018 había un 20% de mujeres en formación tecnológica, en 2023 un 30%.

Ante esto, ¿qué iniciativas impulsa y qué metas se ha fijado?

Soy parte de varias instituciones que impulsan la tecnología y la visibilidad de la mujer. Una es la CUTI, que tiene una iniciativa llamada Girls in Tech, un día en el que invitamos a chicas a las empresas y les contamos qué es estar en tecnología. Muchas veces les parece que la ingeniería es cosa de hombres y nada que ver, la tecnología es súper inclusiva. La otra es Endeavor, donde creamos una vertical, que después pasó a OMEU (Organización de Mujeres Empresarias, Ejecutivas y Emprendedoras del Uruguay), llamada Más Emprendedoras, porque nos dimos cuenta de que las mujeres tenían varias barreras para emprender, algo parecido a lo que pasa al estar en cargos directivos o de liderazgo. En promedio, las mujeres emprenden después de que sus hijos crecen, y son más conservadoras entonces crean microempresas y les cuesta pensar en crecer al principio. Hacemos hincapié en visibilizar a la mujer, porque es necesario. Hoy hay en Uruguay un montón de emprendedoras jóvenes que han logrado muchas cosas, como vender empresas por millones de dólares a EE.UU., y sin embargo no se sabe tanto. Uno de mis objetivos es visibilizar esas cosas para inspirar a más gente. La oportunidad que tiene Uruguay es gigante. Ya hoy, con el tamaño chico que tiene es uno de los países que exporta más software per cápita y el software se convirtió en el quinto rubro de exportación del país. Lo que tiene la tecnología es que hay espacio para todo el mundo y un millón de oportunidades.