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Un análisis del verano 2023: los datos hablaron

Si bien ingresaron más turistas extranjeros en el primer trimestre del año que en el mismo período de 2019, el gasto que realizaron en Uruguay fue casi 20% menor en términos reales, destaca un estudio de Ceres.

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Turismo
Las playas de Punta del Este
El País

Desde CERES analizamos en profundidad el desempeño de la temporada de verano. A continuación, un resumen de los resultados.

A pesar de que el número de turistas extranjeros[1] que llegaron a Uruguay en el primer trimestre de 2023 fue 4,3% más alto que en el mismo período de 2019 (Figura 1), el gasto en dólares fue 7% menor y estuvo 18% por debajo en pesos constantes. Analizarlo desde esta perspectiva cobra mayor relevancia, dado que los costos de funcionamiento del sector son en pesos y se ajustan entorno a la variación del IPC.

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Además, las cifras muestran una disminución significativa[2] en comparación con las mejores temporadas de verano: -41% versus 2018 y -44% versus 2017 (Figura 2). Esta caída se explica en su mayoría por el menor gasto realizado por argentinos: ingresaron 2,6% más personas que en 2019 pero gastaron 27% menos en términos reales.

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En tanto, se cierra una temporada de verano donde se volvió a los niveles prepandemia de llegada de extranjeros por vía aérea y se tuvo la mejor temporada de cruceros de los últimos nueve años.

En cuanto al turismo interno, el movimiento en Tres Cruces registró los niveles más altos desde 2016 con destino Punta del Este/Maldonado, pero el movimiento hacia Rocha, Canelones y otros balnearios de Maldonado estuvo 22% por debajo de 2019. El peaje de Solís, en tanto, alcanzó el mismo flujo que en la prepandemia, pero estuvo 11% por debajo de 2018.

Lo anterior da muestra de que si bien se afianza la recuperación, lo hace de manera heterogénea, por lo que aún persisten ciertas dificultades.

Esto se ve reflejado en la situación que enfrenta buena parte de los alojamientos turísticos del país. Para conocerla con mayor profundidad, desde CERES -en conjunto con la Cámara Uruguaya de Turismo (CAMTUR)- realizamos un cuestionario sobre tarifas y ocupación en temporada de verano de 2018, 2019 y 2023, donde se alcanzó a más de 80 alojamientos que engloban el 21% de las habitaciones del país. No hay indicios de ciertos sesgos en las respuestas que puedan afectar la calidad de los resultados, con buena representatividad a nivel tanto de destinos como de tamaño y categoría.

En enero y febrero de 2023, los ingresos reales del sector alojamientos -en la jerga del turismo conocido como RevPAR (Revenues Per Available Room)- fueron 4,6% más bajos que en el mismo período de 2019 y 20% inferiores con respecto a 2018 (Figura 3). En esta línea, los costos no tuvieron una caída que acompañen la disminución en los ingresos, por lo que muchos operadores siguen enfrentando problemas de rentabilidad luego de varios años, castigados tanto por la emergencia sanitaria por la Covid-19 como por la situación económica argentina.

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Cu.stodio, Luis

Con respecto a las tarifas de alojamiento, en pesos constantes estuvieron 10,7% por debajo de 2019 y 13,4% por debajo de 2018. Quienes tuvieron que reducir más sus precios para no resignar ocupación fueron los establecimientos de tres estrellas y de 50 a 100 habitaciones. En tanto, los balnearios (solamente se incluyeron en el análisis aquellos que reportaron 3 o más respuestas) que tuvieron que bajar más sus tarifas fueron La Paloma, Piriápolis, Punta del Este y Colonia.

Al observar ocupación, se ve una mejora con respecto a 2019 (70% vs 66% de ocupación promedio) pero se está aún por debajo de 2018 (cuando se registró 76%). Por categoría, los hoteles que tuvieron menor ocupación con respecto a 2019 fueron hoteles de cinco estrellas y por tamaño aquellos de entre 50 y 100 habitaciones. Los destinos que más lejos estuvieron de lograr los niveles de ocupación que registraron hace cinco años fueron La Paloma, Piriápolis, Punta del Este y el departamento de Salto.

Sin embargo, el turismo sigue siendo un sector importante para la economía de Uruguay, a pesar de no lograr una recuperación total. Para poder analizar su impacto en la actividad económica, se estimó su participación en el Producto Bruto Interno (PBI). Dado que la actividad turística comprende a múltiples industrias, existe cierta complejidad para estimarla. La metodología empleada se basó en la utilizada en la Cuenta Satélite de Turismo, estimada por el Ministerio de Turismo hasta 2019 (ver Figura 4).[3]

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Desde el año 2017, la participación del sector tiene una tendencia a la baja, en línea con los datos analizados anteriormente. En 2020, si bien los dos primeros meses se desarrollaron con relativa normalidad, la participación se desplomó con la llegada de la pandemia (2,6% del PIB). En 2021, con fronteras cerradas en gran parte del año, se consolidó la caída (1%). En 2022 comenzó la recuperación a pesar de las restricciones durante la temporada de verano, y la actividad representó el 4,2% del PIB. En 2023, a la luz de lo sucedido en el primer trimestre y en vistas del flujo esperado en el resto del año, desde CERES proyectamos que representará el 5,9% del PIB, dando muestras de que la recuperación se afianzó, pero no logrará alcanzar los niveles de 2019 y se ubicará lejos de 2017, cuando la situación económica y cambiaria argentina era más favorable.

Aún no es posible determinar los empleos generados en la última temporada, y para esto habrá que esperar a fines de setiembre cuando estén disponibles los microdatos del primer semestre de 2023 de la Encuesta Continua de Hogares (ECH) realizada por el INE. Para 2022, la estimación propia revela que el sector empleó a más de 109 mil personas, mientras que alcanzó las 123 mil personas en 2019.[4] Esto da muestra de la resiliencia de la actividad en términos laborales: a pesar de que el PBI turístico disminuyó 35% en 2022 en comparación con 2019, la reducción en el empleo del sector fue apenas del 11%.

Para asegurar la sostenibilidad a largo plazo, es necesario abordar los problemas de rentabilidad y competitividad a la que se enfrenta el turismo desde hace años. Además, es importante continuar invirtiendo en mejoras de infraestructura y promoción para mejorar la atracción tanto de Brasil como de mercados extrarregionales, para afirmar la tendencia lenta de diversificación de orígenes dada la inestabilidad argentina (Tabla 1). A su vez, se debe seguir trabajando en la búsqueda de mejores datos para lograr una mayor eficiencia en la toma de decisiones.

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En resumen, la temporada turística de verano de 2023 en Uruguay mostró buenos registros en cuanto al número de visitantes, pero no en términos de recaudación con relación a los costos de funcionamiento, lo que deja importantes lecciones y desafíos que deben ser atendidos para impulsar el crecimiento del sector en el futuro.

[1] No se toma uruguayos no residentes por tratarse de un público cautivo.

[2] Siempre en pesos constantes.

[3] Los supuestos utilizados se explicitan en Altmark (2009). La Cuenta Satélite de Turismo (CST) es un instrumento que reúne información económica sobre actividades turísticas, y que brinda registros continuos, confiables y comparables a nivel internacional. A diferencia de la última estimación realizada por el Ministerio (2019), la cual se basó en los Cuadros de Oferta y Utilización (COU) de 2005, la estimación de CERES contó con los COU de 2016. Para realizar la estimación para años posteriores a 2016, se actualizaron los valores de valor agregado tomando como referencia las variaciones en un índice de volumen físico basado en las entradas y salidas de personas del país y su gasto, junto a un IPC turístico elaborado por CERES.

[4] Con base en microdatos de Encuesta Continua de Hogares (ECH) realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE). El empleo turístico se define como el empleo en los sectores de la economía vinculados al turismo, en base a los criterios de la Organización Mundial del Turismo (OMT).

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